Luces y sombras en el día uno del bulevar de As Pías: del «parece la Castellana» al «hazmerreír» de entrada a Ferrol

FERROL CIUDAD

Los usuarios valoran el cambio viario y urbanístico al tiempo que apuntan defectos
12 mar 2025 . Actualizado a las 18:32 h.El bulevar de As Pías amanecía en su primer día de apertura oficial con nuevos usuarios sobre su firme. Muchos a pie, menos al volante, y, esporádicamente, alguno en bici. Y la mayoría de las plazas de aparcamiento todavía libres, quizás por la novedad. La sensación generalizada en el estreno del tramo entre Porta Nova y la Trinchera es positiva. El adiós al talud ha permitido despejar las vistas entre Ultramar y Esteiro. Y dominar la panorámica hasta Caranza. «Está todo máis unificado, xa non se ve tan separado», apunta una vecina que, no obstante, reconoce que «se fai un pouco raro», pero considera que se ha conseguido el objetivo. Además, «puxeron moita zona de aparcadoiro e me parece estupendo, que facía falta», añade, aunque, a su juicio, la rotonda de Nova de Caranza está sobredimensionada. Porque en estas primeras horas de puesta en servicio pesan, también, los detalles. Entre los más criticados, la ausencia de acera en la margen derecha, la del parque del Pilar, sustituida por un sendero peatonal de tierra. «No tiene mucho sentido que en vez de acera haya tierra. Debería haber también acera o cemento», defiende un usuario. Muchos viandantes la evitan, pasándose al contiguo carril bici, y obstaculizando así el paso de los ciclistas. Y sobre esta vía teóricamente ciclable, visibles huellas de quien que no dejó secar el material antes de pisar.
Los aparcamientos en batería inversa no convencen a usuarios que consideran que están «al revés» y recriminan tener que maniobrar para estacionar. Y los semáforos peatonales en las salidas de la rotonda también suscitan críticas por el colapso puntual que provocan. Pero si hay algo en la que la mayoría coincide es el rechazo a haber dejado sin remodelar el tramo hasta la carretera de Castilla, que ahora se muestra más deteriorada que nunca.
Con todo, la mayoría coincide con que «Ferrol gana» con esta actuación, que alcanzará los 11 millones de euros con el tramo inconcluso de Caranza.

María Fernanda Rey, vecina del edificio del diapasón
«Parece la Castellana»
Vecina del cercano edificio del Diapasón, María Fernanda Rey admite que «que quedar quedó bastante bien», lo que no oculta el disgusto que comparte con otros residentes de su inmueble: «Nos dejaron una calle muy estrecha, con una sola dirección; tenemos que invadir la acera para aparcar, hubo muchas filtraciones al garaje al arrancar la acera...», enumera. No obstante, valora el resultado global: «Antes veías el puente y ahora todo esto... Es que por esta parte parece la Castellana de Madrid», compara. «Yo estoy contenta, si no fuera por esos detalles, pero queda muchísimo mejor, no cabe duda. Pero aún falta mucho», apostilla.

Antonio Luis Balseiro, vecino
«Se ve más claridad»
A Antonio Luis Balseiro le gusta casi todo del bulevar. «En resumidas cuentas, es más bonito», dice. «La zona gana y lo veo muy bien: para la gente que vive aquí, desde luego, es mucho mejor ahora que antes, porque se ve más claridad. Lo veo perfecto», añade. Incluso le gusta el hormigón que recubre el tramo inicial hasta la Trinchera: «Creo que es mucho mejor» que el asfalto. «La única pega», contrapone, «es que ahora hay que ir mucho más despacio hasta pasar Caranza. Para el que va en coche —prosigue— no es igual que antes, porque hay que parar mucho más. Pero como seguridad, es mucho mejor. Y para los peatones es formidable», concluye este vecino.

Esther Cortés, usuaria del bulevar
«Vamos a ser el hazmerreír»
Pasea con sus perros por el bulevar, que «está muy bonito, pero tiene muchos fallos». Para empezar, «la pintura blanca de los pasos de peatones: yo ya resbalé en ella. En otro ya hay un desnivel donde se formó un lago estos días que llovió, y que obligaba a caminar por la carretera. Y las bicicletas van a poder ir poco por el carril bici, porque el camino es de tierra y a lo mejor la gente no se quiere manchar». Además, «me parece que vamos a ser el hazmerreír: el gran bulevar y la fastuosa entrada a la ciudad y los cien metros que quedan, la gran cagada», expresa. «Me parece una chapuzada. Y una cantidad de dinero increíble para lo que aquí hay», concluye.
José Ramón Tuya, usuario con problemas de movilidad
«No he encontrado ni un obstáculo»
Transita en su vehículo motorizado por la amplia y flamante acera cercana a la rotonda de la calle Nova de Caranza. Y como persona con movilidad reducida, José Ramón Tuya valora especialmente la accesibilidad del bulevar: «No he encontrado ni un obstáculo», reseña. «Se ha gastado mucho dinero, pero me parece bien aprovechado y se ve una cosa bonita en la entrada a Ferrol. Está quedando todo muy bien. Al barrio esto le favorece: antes era todo un oscurantismo. Y ahora quizá haya más complicación en la circulación, pero está bien». Lo único que lamenta es que el tramo de Caranza vaya más retrasado y no se haya abierto «todo junto».