La oftalmóloga Ana González cumple doce años de viajes solidarios ideando otro para el mes de mayo

FERROL CIUDAD

De la India a las zonas más remotas de África, la cooperación para esta especialista afincada en Ferrol es un deber: «Por mucho que vayamos queda mucho por hacer»
24 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La oftalmóloga Ana González lleva doce años reservando muchos meses de cada año a preparar y realizar unos viajes a la India y a África para tratar todo tipo de dolencias en los ojos. Son miles las operaciones que ha realizado, pero siempre recuerda que a veces se puede devolver la luz a unos ojos simplemente aplicando gotas. Un ejemplo son las conjuntivitis tropicales, que son tan intensas que terminan por arrasar la córnea: «Recuerdo un niño que ya casi no podía ver y agrandaba al máximo la pantalla del móvil para poder seguir leyendo, a ese niño aquí, en el primer mundo, lo podríamos curar con un trasplante, pero no nos dejaron traerlo», cuenta no solo de un caso, sino de muchos que ha visto a lo largo de unas campañas a las que ha ido con diferentes oenegés.
Ahora mismo tendría que estar en el sur de Sudán en una la acción Ojos Turkana de la Fundación Emalaikat, pero un imprevisto se lo impidió: «En mayo me voy de nuevo con Azul en Acción», anuncia con ganas. Con ellos tienen el proyecto de construir un hospital en Senegal para poder tener un espacio estable y el material preparado cada vez que regresan a operar.
«Yo siempre recuerdo que la madre Teresa de Calcuta decía que cada acción es una gota y el océano está compuesto de muchas gotas: para mí es muy angustioso cuando te vas y ves todo lo queda por hacer, pero también a lo largo de los años se ve que se ha ido formando una cadena de ayuda —cuenta—. El objetivo es tener ese hospital para que médicos de todo el mundo puedan ir a operar o tratar allí y para formar a sanitarios locales y que puedan continuar con los tratamientos o mandarnos fotos para hacerles teleconsultas».
Ana nunca olvidará los primeros viajes a África: «Nunca vi tantas personas ciegas juntas, mayores, niños... por diversas causas, pero sobre todo por glaucoma, que en España se detiene con unas gotas, o simplemente por cataratas», explica a unos metros de su clínica, el Instituto Gallego de Cirugía Ocular, que también celebrará un gran aniversario en poco tiempo: el de los 30 años.

Otra vivencia que la aferra a la cooperación la tuvo en India, cuando vio la expresión de una niña con miopía que se ponía, por primera vez, unas gafas que le permitían ver bien. «La falta de lentes para ellos es una especie de ceguera, porque los inhabilita para la vida y en eso hemos avanzado un montón porque creamos una óptica solidaria en Senegal», detalla sobre una necesidad básica. Por eso mismo, cuando preparan los viajes, se cuida mucho el cargamento de anteojos: «Llevamos de cerca para cada persona que operamos de cataratas, pero también todas las que podemos donadas y que recogemos en nuestras ópticas del Noroeste, porque nos ayudan a completar los tratamientos».
Hace dos años organizó un festival en el Jofre para recaudar fondos para una labor para la que no se le agota la energía ni la ilusión. Y eso que cada año se encuentra con una África más pobre: «Por mucho que vayamos, siempre queda mucho por hacer».
¿Cómo se puede cooperar desde Ferrol?
Donando gafas en el Instituto Gallego de Cirugía Ocular de la calle de la Tierra y en cada una de las Ópticas Noroeste.
¿El reto para los próximos años?
Construir un hospital en Senegal y seguir acudiendo a sitios como Kédougou, una localidad del sureste de muy pobre.