De Holanda a crear una casa rural de ensueño en Naraío: «Con Galicia tuvimos amor a primera vista»

FERROL CIUDAD

Patty y Hans dejaron «el estrés de la ciudad para encontrar la felicidad»
15 feb 2025 . Actualizado a las 17:32 h.En el corazón del bosque gallego, Hans Berg y Patty Vegt han montado su particular remanso de paz. Él era broker inmobiliario en las afueras de Ámsterdam, volcado en la venta de grandes tiendas y restaurantes. Ella era herborista e impartía cursos. Y juntos decidieron hacer las maletas y cambiar totalmente de vida, para dejar Holanda y crear una casa rural en Naraío. «Con Galicia tuvimos amor a primera vista, dejamos el estrés de la ciudad, en la comarca de Ferrol todo es más tranquilo y a la vez lo tienes a mano», indica esta pareja, vecina de San Sadurniño desde hace dos años.

En A Fontela, transformaron una vivienda de 60 años en el nuevo alojamiento turístico Casa Natura Galicia: con cuatro habitaciones para los clientes, una gran sala con chimenea, terraza, zona para glamping (tienda de campaña con ducha y aseo exterior), una gran bañera en el jardín para seis personas, o un altillo donde una profesora imparte clases de yoga. «Y para el próximo verano tendremos dos piscinas naturales, una pequeñita y otra de mayor tamaño; también hay un invernadero y huerta, con alimentos para preparar a nuestros huéspedes como grelos, patatas y champiñones; y hemos plantado 200 árboles como manzanos, castaños, robles, nogales, higueras...», enumera Patty, gerente de la casa rural y que también escribe para diversas publicaciones holandesas.

Reconocen que «el ritmo de Holanda era demasiado agitado, todo muy volcado en el trabajo, queríamos vivir en la naturaleza y comer sano con frutas y verduras de nuestra huerta». Las grandes tierras verdes que no encontraban en los Países Bajos las hallaron en Galicia. «Aquí hay muchísimo espacio, conocíamos España porque mi hermana vive cerca de Peñíscola pero al final viajamos por aquí en autocaravana y nos enamoramos de esto, en Galicia crece de todo y puedes cocinar lo que nace en el campo», indican Patty y Hans, de 61 y 62 años.

En Naraío encontraron «que no está lejos del mar, se acerca a las montañas y tiene una ciudad cerca; y nos gustó mucho esta casa». Ella se prepara en la Escuela Oficial de Idiomas en Ferrol, y ya da sus pinitos en gallego «para usar as herbas». Y en la entrada de la casa tiene una pequeña herboristería, además hace rutas por el bosque y la huerta para enseñar a los huéspedes los usos medicinales de las plantas en una finca de tres hectáreas. Con ellas preparan postres como tarta de physalis («nuestro vecino Carlos nos enseñó que son muy abundantes aquí, el vecindario es agradable y servicial») o salsas como pestos, que enseñan a cocinar.

«Antes ya éramos felices pero aquí mucho, nos encantan las playas, los bosques para pasear, Hans adora especialmente las carnes y pescados, y los gallegos son encantadores y tranquilos... era lo que estábamos buscando», admite la pareja. Como dice Hans, «en Holanda era todo work, work work y coches».
Desde aquí hacen rutas al castillo con chapuzón en la fervenza. Y en el jardín hay una barbacoa entre limones, camelias, peras, fresas, cerezas, pesegos, el perro Floyd, el gato Otto y dos gallinas.