La ruta de los cráteres de Ferrol: «Es una vergüenza cómo está todo»

FERROL CIUDAD

Hundimientos, baches y socavones infestan el callejero e indignan a los vecinos

11 feb 2025 . Actualizado a las 10:54 h.

Comienza en un clásico: el aparcamiento de tierra del Sánchez Aguilera. Continúa por el Paseo de la Estación y se extiende por la carretera de Catabois y la FE-13 hasta llegar al hospital. Es el ramal norte de la ruta de los baches ferrolana, con variantes que irradian hacia todos los puntos cardinales, desatando la indignación vecinal. En algunos casos son auténticos cráteres. Otros, agujeros peligrosos difíciles de sortear. Y la mayoría, accidentes orográficos del pavimento que, si bien no impiden el paso, revelan la falta de mantenimiento y degradan la estética de la ciudad.

Una plaga de baches asedia las calles ferrolanas, sempiterno problema en la urbe y el más irritante para los conductores: «Es una vergüenza cómo está todo», resume uno de ellos al volante. Para erradicar algunos casos hay planes sobre la mesa, pero con actuaciones no acaban de llegar, mientras el mantenimiento ordinario se revela insuficiente. Hay parcelas que son el paradigma del bache. El aparcamiento de la parcela 1008, en Batallones, estacionamiento no oficial del campus universitario y sus aledaños es el mejor ejemplo. El Concello no contempla su arreglo porque, entre otras cuestiones, oficialmente está calificada como zona verde. El Sánchez Aguilera le hace competencia, con baches recurrentes por más capas de zahorra que se hayan extendido: una docena en los últimos nueve años. Justo al lado le ha salido competencia. Su problemática es más reciente, a pesar de la degradación de un entorno sobre el que no se ha actuado en décadas. Frente a la entrada del párking de la estación de tren el adoquín original sepultado asoma en varios agujeros entre una gruesa capa de asfalto. Y los coches rebotan sobre esa calzada hundida, punto de paso continuo de autobuses y camiones. Lo denunció recientemente el PSOE, aunque el problema no es nuevo. En las Navidades del 2023 la calzada se hundió tras unas obras de canalización de ADIF. El Concello lo parcheó, pese a defender que no era su competencia. Y en octubre adjudicó un contrato menor por 31.689 euros para su arreglo, que no se ha ejecutado.

Aglomerado pendiente

También la carretera de Catabois aguarda por el aglomerado integral por 354.596 euros que debía haberse iniciado el pasado año, pero que continúa a la espera. Mientras, el entorno del hospital acusa los problemas de las obras del plan director del CHUF, aunque la calle Irmandade de Doadores de Sangue ya era pasto de los baches antes de su inicio. Ahora se suma también un nuevo hundimiento en la avenida de la Residencia, frente al CIFP Leixa. Y como esos, problemas en la FE-13, donde el Ministerio de Transportes ya tuvo que actuar hace unos meses ante un bache de grandes dimensiones. Y tendrá que volver a hacerlo, porque se ha reproducido. Los baches salpican también los barrios. Los hay en la calle Españoleto (Esteiro); hundimientos en Río Xubia y Río Sor (San Xoán), Enxeñeiro Comerma y Bolivia (Ultramar) o en O Raposeiro, en la bajada hacia A Malata, por poner solo algunos ejemplos.

El alcalde, José Manuel Rey Varela, recordó ayer que el pasado año su gobierno hizo un plan extraordinario de reparación de vías y aglomerados, que están adjudicados pero que «desgraciadamente, por condicións climatolóxicas non se puideron desenvolver». Señala que entre ellos se encuentran el del Paseo de la Estación y otros en la zona urbana y la rural, por un importe de un millón de euros. «Teñen instrucións de executalos canto antes», aseguró, pero para ello se precisa, apuntó, de «varios días de bo tempo e unhas condicións de temperatura, porque por debaixo dos oito ou nove graos é complicado». Y aguarda que «nas próximas semanas» esas actuaciones estén listas. El estado de las calles «é un dos temas clave», añadió admitiendo que el contrato de mantenimiento es «claramente insuficiente e tamén o teremos que ampliar, pero imos ir por orde».