Vigilante de seguridad, información y más luz, demandas para la estación de bus de Ferrol: «Sola no paso por el túnel»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Aunque el espacio recuperó algo de actividad con la oficina de Arriva de tarde, los viajeros denuncian problemas, sobre todo en las horas más tempranas y tardías

17 dic 2024 . Actualizado a las 13:16 h.

«Da miedo». Es el calificativo que más veces repiten los usuarios de la estación de autobuses de Ferrol. Tanto por sus instalaciones como por el entorno y los accesos. Y es que aunque el recinto ha recuperado estas fechas algo más de actividad y vida en su interior con la reapertura de la oficina de atención de Arriva en horario de tarde, los viajeros lo ven insuficiente. La falta de vigilancia, gente para pedir información y más iluminación de madrugada y a última hora del día son las principales reclamaciones que plantean para mejorar la sensación de seguridad en la zona y la actividad de la estación.

Alba Coutado y Lucía Baixeras son vecinas de A Coruña y estudiantes de Ingeniería Industrial en Ferrol, por lo que usan el transporte público a diario. Conocen su línea y las instalaciones de la estación al dedillo.

C.E.

«Vamos y volvemos cada día. Solemos coger el bus de las 7.30 horas desde A Coruña para llegar a las 8.30 horas a Ferrol. Y nos deja en el campus, lo que es un puntazo, la verdad», comenta Alba. Los problemas se ciernen para regresar. Si no tienen pasantía no pasa nada, vuelven al mediodía. Todo cambia cuando se les hace de noche en la universidad. «Los días de pasantía que volvemos tarde a casa, de noche, es una penuria», lamenta, a lo que apuntilla Lucía: «Cuando vienes hacia la estación hay que pasar por un túnel en el que siempre que hay un señor sentado en la sombra. Da miedo. Es que se sienta justo en la zona más oscura», advierte Alba. Reconoce que los días que no le coinciden las prácticas con su amiga y debe volver sola a casa prefiere dar toda la vuelta a la manzana para acceder a la estación por otra calle. «Prefiero caminar más que pasar sola por el túnel», reconoce. Y tampoco es mejor el panorama dentro. «Yo pediría a alguien de información o de seguridad dentro para preguntar. Te pasa algo y no hay nadie. Solo estamos los que cogemos el bus», señala Lucía.

Coincide en las críticas Mario Ríos, estudiante de Ingeniería de Diseño Industrial. «El año pasado yo venía a Ferrol a diario desde A Coruña porque no tenía piso. De noche en la estación de Ferrol pasas miedo, la verdad, en la de A Coruña no tanto. Aquí no hay una luz. Yo vine ayer —por el domingo— de noche y dentro aún bueno, pero llegar...», advierte. Y coincide de nuevo con el resto de estudiantes con su principal petición: «Debería haber alguien de seguridad».

C.E.

No quiere dar su nombre otro estudiante universitario que ayer procedía a coger el autobús a A Coruña. Recuerda cómo a principios de año pasado le robaron en las inmediaciones de la zona. «Era muy tempranito y venía con el móvil en la mano por la calle del instituto. Eran dos tipos con unas pintas... Uno lo cogió y salió corriendo. Me asusté y aprendí la lección de no ir con el móvil en la mano por la calle», recuerda. No obstante, cree que lo que le pasó fue algo puntual. «Al margen, está claro que se podría mejorar muchísimo la zona poniendo más luz en la calle, en el callejón, en las escaleras para subir a la entrada y dentro. Cualquiera que use el bus lo ve», apunta.

Aguarda la cola del autobús a Santiago David Albes. «Soy de Ferrol pero estudio en Santiago, así que vengo a la estación los domingos a por la noche o lunes por la mañana. La verdad es no hay mucha luz, no se ve mucho en la estación, pero bueno. Como realmente cuando vengo viene más gente a coger el mismo autobús...», valora. En sus caso, sus críticas van mucho más enfocadas a la idiosincrasia de la estación. «Está gestionada horriblemente mal. Es que es tremendo. Lo peor es el momento que vas a colocar las maletas y la gente se amontona, se te echa por encima para colocar la suya, y acabas de último. Llega un momento en el que puedes llegar aquí una hora antes para hacer cola y acabar sin poder coger el bus directo», expone.

JOSE PARDO

La Xunta acometió el año pasado trabajos de acondicionamiento de estas infraestructuras que contemplaron la mejora de la iluminación exterior con la instalación de seis crucetas con doce focos y la reposición del alumbrado interior del edificio, concretamente en la zona del vestíbulo. En la zona del aparcamiento se sustituyeron la valga y la baranda dañadas, así como las señales de tráfico existentes. También se repararon la acera y las valgas quitamiedos en la zona del taller y las dársenas. Por último, se intervino en los baños de las instalaciones, tanto en los de la primera como en los de la planta baja, donde se renovaron los sanitarios y se pintaron los techos.