La mítica discoteca Micro cumple 35 años: «Cada noche intento dar lo mejor de mí»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Miguel Fernández, en Micro, con los álbumes en los que guarda como oro en paño cientos de fotografías de sus 35 años de historia
Miguel Fernández, en Micro, con los álbumes en los que guarda como oro en paño cientos de fotografías de sus 35 años de historia JOSE PARDO

Miguel Fernández comanda desde 1989 el templo nocturno de Ultramar, por el que en sus días de gloria pasaron estrellas como Tino Casal, Manolo Tena o Rafa de La Unión. Hoy sigue en activo y se ha convertido en refugio de los amantes de los bailes latinos

30 dic 2024 . Actualizado a las 11:38 h.

Junto a una torre de álbumes de fotos, Miguel Fernández (Narón, 60 años) pasa cuidadosamente cada página y repasa con emoción las imágenes que marcaron los primeros años de vida de la mítica discoteca Micro de Ferrol. «Mira, mira, en esta foto salen tocando Pepe Ramos, Javi Amor y Octavio García. Y en esta otra, Manolo Tena, que se pasó por aquí después de un concierto... Y ahí tienes a Tino Casal, que a los diez días de visitarnos se mató en un accidente de tráfico, fue tremendo», comenta con un poso de nostalgia con cada instantánea del pasado, encaramado a uno de los taburetes de la discoteca, bajo la luz tenue de los focos.

Con la persiana medio bajada, a las once de la mañana, Micro da la sensación de ser más grande que la imagen que quedó grabada en la memoria de muchos cincuentañeros, tal vez porque cuando la frecuentaban —allá en sus dorados años de la adolescencia y juventud— siempre estaba hasta los topes y era imposible calibrar sus dimensiones reales entre tanto humo y jolgorio. Allí vivieron muchos sus primeras noches de fiesta, sus primeros conciertos, sus primeros besos... «No es una discoteca cualquiera, creo que marcó una etapa muy importante en la vida de una generación de ferrolanos muy especial», dice con cierto orgullo Miguel.

El músico ferrolano Pepe Ramos, en un concierto en la sala
El músico ferrolano Pepe Ramos, en un concierto en la sala

No es que él sea de esos a los que les gusta mirar al pasado, pero hoy toca hacerlo, porque Micro, la discoteca que abrió en su juventud —«a los 24 si no recuerdo mal»— cumple 35 años. Subió por primera vez su persiana en 1989, al quedar disponible el bajo del número 6 de la calle Sartaña. «Era un local ya muy conocido, porque antes había funcionado allí Estudio 68, Micro, La Ópera y Revés y yo decidí reabrirla y ponerle otra vez el nombre de Micro, porque me gustaba mucho», rememora Miguel, que por aquel entonces, y pese a su juventud, ya atesoraba mucha experiencia trabajando en locales de hostelería. «Mi hermana Nila llevaba O Sexto Pino y muchos fines de semana la ayudaba, también ponía música en algunos locales y vendía discos por toda Galicia», explica mientras viaja a una época en la que en Ferrol pegaban fuerte locales como Vanellus, Quelíceros, No se lo digas a mamá o Xolda (hoy Onda).

Miguel, hojeando los álbumes a la luz de los focos
Miguel, hojeando los álbumes a la luz de los focos JOSE PARDO

Abrirse camino ante tanta competencia no fue nada fácil, pero Miguel lo consiguió gracias a que tenía claro que quería un ambiente festivo pero «sin un solo follón de puertas adentro», para lo cual contrató a un equipo de porteros «con mucho carisma y a los que todo el mundo respetaba», y a un relaciones públicas, Nano Antón, capaz de arrastrar a mareas de jóvenes al local.

Eran los tiempos de los vaqueros Levi's y los polos Lacoste y en los altavoces sonaban los temazos de Modestia Aparte, Los Secretos, Golpes Bajos, Nacha Pop Duncan Dhu... «Además del horario nocturno habitual, los sábados por las tardes había guateques para los más jóvenes. Y gracias a Avelino, un alumno de Enfermería que hoy es profesor en esa facultad, empezaron a venir muchos estudiantes del campus y organizábamos fiestas universitarias », rememora Miguel.

Micro estaba tan de moda que aquel era también el lugar hacia el que enfilaban los pasos los famosos que hacían parada en la comarca por cualquier razón (desde Tino Casal a Manolo Tena, pasando por Rafa de La Unión, Diego Vasallo de Duncan Dhu o Ben Kinsley y Sigourney Weaver, que rodaban La Muerte y la doncella en Meirás), pero a mediados de los noventa, con la apertura de La Nave y Ozono, llegaron las vacas flacas.

Tino Casal en su visita a Micro pocos días antes de su fallecimiento en un accidente de tráfico
Tino Casal en su visita a Micro pocos días antes de su fallecimiento en un accidente de tráfico

«Eran dos discotecas muy grandes y con mucho tirón, con las que se hacía muy difícil competir, pero aguantamos el tipo», valora ahora Miguel sobre el fin de aquella etapa gloriosa. Fueron años complicados, pero Micro no cerró nunca sus puertas, y hace 17 años experimentó una metamorfosis que llevó a la sala a transformarse en meca de los amantes de los bailes latinos. «Álex Seijo, de la escuela Orishas de Esteiro, buscaba un local para que su alumnado pudiese ir a bailar y hacer exhibiciones, nos reunimos, hablamos y fue así como Micro cambió de rumbo. Las primeras horas de la noche son para los bailes y la música latina, y luego, a partir de las 02.30, hacemos las sesiones 'canalla' con pop español», detalla Miguel, quien también organiza conciertos con bandas de la zona como Malditos Pendejos.

Miguel no se explica por qué  sigue al pie del cañón después de tantos años —«será porque soy muy activo», sospecha—, pero tiene muy claro lo que hace falta para mantener un local abierto tantos años: «No hay más secreto que el trabajo y la constancia. Yo hago de todo en Micro, pongo música, atiendo la barra, hablo con la gente... Y cada noche intento dar lo mejor de mí mismo». Asegura que no sabe cuándo se retirará, pero avisa de que lo hará igual que cuando llegó: «Sin hacer ruido».