Marina Allegue, estilista y empresaria, celebra su 25 aniversario: «Empecé sola con una peluquería de 35 metros. Recuerdo lo que lloré con la primera factura»
FERROL CIUDAD
Al frente de dos salones en Ferrol y Narón y un centro de estética, prepara un gran evento para festejar su trayectoria
28 nov 2024 . Actualizado a las 13:52 h.Parece mentira que ya hayan pasado 25 años desde que una joven Marina Allegue (Laraxe, Cabanas, 1977) abriese una pequeña peluquería en el barrio ferrolano de Esteiro que ahora se ha convertido en una firma referente a nivel nacional en el sector de la estética. Y eso que Marina no pensó inicialmente en dedicarse a ello. «Estudié delineación pero en ese momento no había la especialidad de edificios y obras, que es lo que a mí me gustaba, hice industrial, y fatal», recuerda. Con un cuarto de siglo de experiencia en sus espaldas prepara el 5 de diciembre una gran fiesta de aniversario para celebrar el éxito y la trayectoria con compañeros y amigos.
El azar quiso que Marina se replantearse qué quería hacer con su vida en un momento de bajón y encontrase su vocación. «A mí en verdad siempre me gustó la peluquería, desde niña, y mi médico me animó a lanzarme a por ello», recuerda. Dio un giro de 180 grados a su futuro y comenzó a formarse en su pasión en Nuevas Líneas, «un salón de referencia aquí en Ferrol» entonces, recuerda. «Tenía 19 años, era una cría, yo no era de Ferrol ni conocía a nadie, pero me chifló desde el principio», reconoce. También tuvo con ellos su primera experiencia laboral. «Acabé el contrato, cobré el paro y con ese dinerito, 21 años y el apoyo de mis padres, decidí abrir mi peluquería en la calle Españoleto. Después ya vino conmigo Inés, mi mano derecha, que fuimos compañeras de estudios y súper amigas», recuerda. Fue el germen de la empresa que es hoy en día su firma, el Salón Marina Allegue —marca que se estableció hace ocho años— con dos peluquerías, en Ferrol y Narón, y un centro de estética, y 25 empleados. «¡Pero yo soy más peluquera que empresaria! No podría vivir sin ir a diario a trabajar al salón», reconoce.
Ahora está feliz con lo vivido en estas dos décadas y media y valora el aprendizaje de los momentos más difíciles de los inicios. «La juventud te hace ser un poco inconsciente y luego sufrí un montón. Recuerdo lo que lloré con el primer recibo de la luz. Yo venía desde Laraxe, empecé sola, me pasaba todo el día ahí. Para ahorrar iba a Froiz, compraba una barra de pan y me hacía un bocata para comer para ahorrar al máximo», recuerda. Eran los inicios en su pequeña peluquería de la calle Españoleto. «Eran 37 metros cuadrados y la arreglé como pude. Con un retal de tela puse los estores. Fue empezar de cero. No tenía dinero e incluso mis cepillos eran los de la academia con mi nombre. 25 años después le das mucho valor», señala.
La actividad fue aumentando y se trasladó a la calle Velázquez, al local donde ahora cuenta con su centro de estética. ¿Cuál es el secreto para crecer y consolidarse? «Las formaciones, viajar e ir haciendo poco a poco el equipo que somos hoy», indica. Marina ha vivido en primera persona la evolución de este sector. «Hemos pasado de las típicas mechas gordas del principio a haber un millón de técnicas, formaciones, colorimetría... Ahora ya no se pone nunca un tinte, son mezclas, reflejos, jugar con las luces, sutilidad... Es otro mundo. Y la mayor parte de la gente se deja asesorar. Ya no es como antes, enseñar una carta de colores y que elijan, ahora te enseñan Pinterest y te dejan crear en tu laboratorio para conseguir el mejor color para esa persona», comenta. Todo fruto de una confianza lograda tras dos décadas y media de trabajo. Sobre los gustos y tendencias que triunfan en la zona, apuesta por los trabajos más sutiles y naturales. «Nos gusta mucho los colores con brillo, los cabellos muy sanos, pero dentro de la naturalidad», valora.
Novias, pasarelas y premios
Su firma se ha asociado en los últimos años también a estilismos nupciales. «Me apasionan las novias y tenemos la suerte de peinar a muchísimas, de Ferrol, A Coruña y de fuera. Este año llevamos todo el mes de noviembre sin parar, algo que antes no ocurría. Y nos queda una en vísperas de Nochebuena», comenta. Un trabajo que le apasiona por permitirle vincularse aún más con sus clientas. «Tengo a gente que he peinado para su comunión y para su boda, es muy emocionante. Son eventos que disfruto», agradece. También han pasado por sus manos para un día tan especial compañeras. «Bodas como la de Inés o Carolina han sido muy bonitas», recuerda. Aunque bromea con lo «quisquillosas» que pueden ser. «¡Somos las peores! ¡Yo soy la primera que me peinan y estoy quejándome por el remolino!», bromea.
Agradece las oportunidades de trabajar en entregas de premios o pasarelas como la última, de traje de baño en Canarias de la mano de la prestigiosa marca Oribe. «Eso sí que es una masterclass, el ver y estar codo con codo con otros peluqueros de todo el país. Y el poder conocer a gente que nunca lo hubiese pensado», agradece.
Ahora le toca solo pensar en celebrar toda una vida dedicada a la peluquería con una gran fiesta el 5 de diciembre en el Camiño do Inglés. «Hablé con Dani —chef del Camiño—, con quien tengo muy buena relación y creo que una trayectoria similar aunque en diferentes campos. Me apetecía celebrarlo en Ferrol y con gente de Ferrol, a quien yo le debo todo. Aunque no he nacido en Ferrol me enfado cuando alguien dice que es una ciudad muerta. Ferrol está muy vivo, ¡bien peinado y bien comido!», bromea. Un evento para el que, agradece, ha colaborado con ella la casa de cosméticos Wella y Cosméticos Anfer de A Coruña.