Arquitectura con alma desde Ferrol: «En solo cinco meses, puedes tener una casa de madera»
FERROL CIUDAD
Eunoia apuesta desde Ferrol por «el uso de materiales ecológicos como la paja»
01 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Con grandes vigas de madera y orientada hacia el sol. Nuestro hogar de los sueños tiene ecos de la infancia con nuestros abuelos, pero con las innovaciones del siglo XXI y siempre desde la bioconstrucción. Cada vez se ven más casas pasivas por Ferrolterra (construcciones con consumo energético muy bajo, para tener todo el año una temperatura ambiente confortable). Y el estudio Eunoia las crea desde Ferrol, también con base en Ribadeo, con especial predilección por la madera: «En solo cinco meses puedes tener una casa de madera, cuando en una construcción convencional los tiempos son de año y medio».
Tras esta empresa de arquitectura se encuentra Ángela Martínez Lago (Ferrol, 1980), que junto a su socia Macarena Outeiral comparte inquietudes ecológicas. «En bioconstrucción ya utilizamos la paja en Galicia que tenía cierta tradición en granjas de EE. UU., este residuo del cereal se convertía en material muy aislante», explica Ángela Martínez. En este estudio, «creamos una estructura de madera y la paja se coloca como cerramiento de tu casa (es la fachada pero revestida), mucho más aislante que otros materiales». Se emplea para ciertas construcciones, como están haciendo en Irixoa, «y si no usamos fibra de madera o corcho, pero la paja tiene la ventaja de que ya es un residuo y se consigue de forma barata».
Otros materiales de Eunoia en bioconstrucción son «cal en vez de cemento porque en ella no crecen microorganismos y facilita la reducción de humedades, revestimientos de arcilla que absorben olores, pinturas vegetales...» Tras estudiar Arquitectura en A Coruña, Ángela se formó en bioconstrucción. «Pertenezco a entidades ecologistas y vi que mi trabajo puede aportar mucho, hice un curso con el Instituto Español de Bioconstrucción y formo parte de la asociación Espiga», explica.
Eunoia nació en 2017: «Hace años se fue abandonando la construcción con madera en Galicia y se usaba básicamente en rehabilitación, pero ahora vuelve a la obra nueva con un corte mecánico de precisión milimétrica para ensamblar y montar en obra». Como explica Ángela, «en la obra que tenemos ahora de cerramiento de paja el levantamiento de la estructura se hizo en solo una semana (una planta de 150 metros cuadrados)». La madera ya venía cortada, «y es como un mecano, vas ensamblando».
Todo depende de las dimensiones y circunstancias de la obra. En una construcción de madera, «la cimentación suele ser convencional con la ventaja de que todo el edificio es más ligero». La construcción de una unifamiliar convencional puede ser de un año y medio (o un año si se aceleran los plazos), «en una de madera puede ser de cinco meses, los tiempos se acortan a menos de la mitad». Se logra «una estructura más ligera, una ejecución más rápida, aislamiento, gran valor estético y también la calidez emocional (remite a la tradición arquitectónica gallega)».
Con abetos del norte o castaños
Asegura esta arquitecta que «en grandes ciudades como Vigo ya se hacen edificios de madera de cuatro plantas». Se usan sobre todo castaños («con un resurgir en Galicia del cultivo y transformación de bosques»), pero son más baratos los pinos o los abetos del norte de Europa. En cuanto al miedo al fuego, «las normativas son cada vez más estrictas, se exige conocer la respuesta al fuego del material y el tiempo de seguridad para la evacuación». Como corrobora, «los clientes tienen cada vez mayor conciencia ecológica, y se vuelven a valorar elementos antes secundarios».
Esta empresa trabaja sobre todo en las provincias de Lugo y A Coruña, además del oeste de Asturias: «La filosofía de ser ecologista tiende al kilómetro cero, sin desplazamientos exagerados». Hace especialmente viviendas y locales comerciales, «acabamos de terminar una casa en Serantes con estructura mixta de termoarcilla, tejado de madera y diseño bioclimático; estamos con una rehabilitación en madera en Valdoviño, en Ferrolterra vemos un bum de las rehabilitaciones y un regreso a los cascos históricos». Estas casas no son más baratas, «pero la administración apuesta mucho con ayudas a la construcción en este material». Además, con la tendencia del clima a temperaturas más extremas (tanto altas como bajas), la eficiencia energética no deja de avanzar.