Daniel Montes cerró su tienda familiar hace un año en Ferrol: «Estoy tristemente feliz, desde el primer día no me he arrepentido»
FERROL CIUDAD
Sin el espacio de venta de electrodomésticos en la avenida de Esteiro, se centra en el área de reparación: «Es lo que me gusta»
29 jun 2024 . Actualizado a las 11:50 h.Hace un año la nota que dejó Daniel Montes en el escaparate de su la tienda de repuestos de electrodomésticos Montes Frías sorprendía a clientes y vecinos del barrio de Esteiro. «La decisión se debe a diversos motivos, pero sobre todo obedece a la falta de apoyo al pequeño comercio por parte de las administraciones en un momento en que la competencia por Internet es muy dura», explicaba. Un año después, aún con el pesar de echar el cierre a parte del negocio familiar que iniciaron sus padres cuarenta años antes en el barrio de Recimil, reconoce que fue «la decisión acertada». «Estoy tristemente feliz. Yo la tienda la cerré pero seguía teniendo trabajo, lo que pasa es que yo ahora trabajo con una salvajada menos de responsabilidades y obligaciones», explica.
Se mantiene en el área de reparaciones de electrodomésticos, lo que le gusta, y servicio oficial de varias marcas. «Es una pena, pero personalmente estoy muy bien. Cerrar la tienda era el único camino que tenía, el otro sino era seguir sufriendo», reconoce. Ahora ha podido hasta cogerse hasta unos días de vacaciones y hacer una escapada en moto al Pirineo.
Sus padres, José Montes y Mari Gloria Martínez abrieron un pequeño comercio de repuestos de electrodomésticos junto al Mercado de Recimil. Ella atendía la tienda mientras que él era el reparador. «Cuando yo tenía ocho años mi padre convenció a mi madre para coger un local que se traspasaba en las casas baratas. Mi madre había tenido su tercer hijo y buscaba trabajo, se estaba incorporando la mujer al mundo laboral», explica. Entonces, señala, era la única tienda en Ferrol del sector. El negocio se amplió a principios de los años 90 con la apertura de una segunda tienda en la avenida de Esteiro, que convivió con la de las Casas Baratas durante veinte años y, tras el cierre de esta última, otro diez más en solitario.
Daniel recuerda cómo conoció el trabajo desde niño. «Empecé con doce años con mi padre en las reparaciones, y ahora tengo cincuenta recién cumplidos. Llevo toda mi vida en esto», comenta.
«Sigue entrando gente»
El bajo situado en el número 28 de la avenida de Esteiro lo utiliza ahora Daniel solo como taller. Aunque la tienda física de repuestos ya es historia, él sigue trabajando en el sector de las reparaciones para agencias de seguros y particulares. Y los clientes siguen confiando en él para encontrar lo que necesitan. «Si estoy trabajando allí yo sigo teniendo la puerta abierta. A veces aún entra gente todavía. Me siguen pidiendo por whatsapp recambios que a veces son un poquito complicados de encontrar», comenta.
Advierte de que las ventas a través de Internet son una manzana envenenada. «El mundo cambia y hay que saberse adaptar. Todos los que estamos en este mundo vemos el problema serio que hay con el pequeño comercio, se tiene que reducir, sí, pero es que se está extinguiendo. Y cuando el comercio pequeño no sea competencia, la venta online ya no será tan barata», advierte. Y recuerda que su firma familiar no ha sido la única en cerrar. Con todo, incide en que ha sido la mejor decisión a nivel personal. «Es triste que tuve súper clara esta decisión y desde el primer día no me he arrepentido, lo que me costaba a mí económicamente mantenerlo, emocionalmente y las de dios», destaca.