El comerciante de Ferrol que bajó la persiana y dejó una nota: «Hay que tributar como un campeón aunque no recaudes un euro»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Aunque ha cerrado la tienda de repuestos, Daniel Montes sigue ofrecendo el servio de reparación de electrodomésticos de gama blanca
Aunque ha cerrado la tienda de repuestos, Daniel Montes sigue ofrecendo el servio de reparación de electrodomésticos de gama blanca CESAR TOIMIL

Tras más de 40 años de trayectoria, Daniel Montes cerró la tienda familiar con una misiva en la que critica la «nula capacidad» de las administraciones para apoyar al sector y advierte de que «hay que buscar soluciones o los pequeños negocios se mueren»

06 jun 2023 . Actualizado a las 10:44 h.

Tras más de cuatro décadas de trayectoria en Ferrol, primero en el barrio de Recimil y después en la avenida de Esteiro, la tienda de repuestos de electrodomésticos Montes Frías echó el cerrojo hace pocas semanas. Y lo hizo con una nota pegada al escaparate, en la que el responsable del negocio, Daniel Montes, hijo de los fundadores, daba las gracias a la clientela y explicaba que cerraba por varios motivos, pero, sobre todo, «por la nula capacidad de todas las administraciones para apoyar al pequeño comercio».

La nota sigue colgada en el escaparate del bajo del 28 de la avenida de Esteiro, que ahora Daniel utiliza como taller, ya que, aunque la tienda física de repuestos ya es historia, él sigue trabajando en el sector de las reparaciones para agencias de seguros y particulares. De ser una empresa de servicios con tienda de repuestos y cuatro empleados, Montes Frías se ha convertido en un pequeño negocio comandando por un autónomo. Pero Daniel se muestra tranquilo y convencido de la decisión que tomó. «Lo más duro de cerrar es saber que una de las empleadas todavía no ha encontrado otra opción laboral, pero tengo la conciencia tranquila porque sé que no había otra salida. Bajar la persiana me ha dado mucha tranquilidad y paz espiritual, porque sigo haciendo lo que más me gusta, pero ya no tengo la presión por mantener en pie algo que era insostenible», explica.

Muchos clientes se le acercan estos días para saber por qué cerró y lo que se esconde detrás de ese pedazo de papel pegado al escaparate. «Puse la nota para que la gente reflexione y se dé cuenta de que tenemos un problema. Hay que buscar soluciones o el pequeño comercio se muere», reivindica Daniel.

En su caso, fueron varios los motivos que lo llevaron a bajar la persiana. Por un lado, según explica, el auge del comercio on line, «que trajo consigo una reducción de las ventas en el mostrador», pero también «un sistema cuadriculado que no te permite adaptar los horarios de los empleados en función de las necesidades del mercado» y una «presión fiscal» que pesa como una losa. «Lo más justo sería tributar en función de lo que ingresas, pero aquí hay que tributar como un campeón aunque no recaudes un euro», se lamenta.

Además, este técnico con más de treinta años de experiencia en el sector también apunta a los últimos cambios en los contratos que ofrecen las casas de electrodomésticos a las empresas proveedoras del servicio de reparación. «Nos exprimen al máximo, porque buscan la máxima rentabilidad al menor coste», critica. Y en cuanto a la «nula capacidad» de las administraciones para apoyar al pequeño comercio a la que hacía alusión en su nota, Montes quiere aclarar que no pide más ayudas económicas, sino más asesoramiento legal y herramientas para conseguir que las pequeñas empresas y comercios sean rentables. «En vez de que te manden a un inspector para ver si estás al día con Hacienda sería mejor que te enviasen a alguien que te asesorase y te ayudase a diseñar un plan de gestión y rentabilidad», advierte.

Con el cierre de la tienda, Daniel pone fin a una historia que comenzó a principios de los años 80, cuando sus padres, José Montes y Mari Gloria Martínez, abrieron un pequeño comercio de repuestos de electrodomésticos junto al Mercado de Recimil. El negocio se amplió a principios de los años 90 con la apertura de una segunda tienda en la avenida de Esteiro, que convivió con la de las Casas Baratas durante veinte años y, tras el cierre de esta última, otro diez más en solitario. Daniel cuenta que el negocio siempre compaginó las dos facetas (servicio de reparación y tienda de repuestos), hasta que el pasado 31 de abril bajó la persiana del comercio.

«De alguna forma he vuelto a mis orígenes, porque a mí lo que realmente me gusta es el trabajo manual, reparar electrodomésticos. Con 12 años ya ayudaba a mi padre y después me formé con una FP», rememora. Y aunque le duele haber puesto punto y final a la tienda, no se arrepiente. ««Hice mis cálculos y, si hubiese esperado más, en dos años ya no podría darles un despido legal y procedente a mis empleados. Era cerrar o que yo trabajase de sol a sol, sin vacaciones ni ver a la familia. Económicamente me compensa más trabajar solo y ahora tendré más tiempo para mis hijos».