Rosalía Vázquez, nutricionista: «Ni el pollo está hormonado ni provoca cáncer»

FERROL CIUDAD

Rosalía Vázquez es nutricionista de la Asociación Española contra el Cáncer en A Coruña y Ferrol
Rosalía Vázquez es nutricionista de la Asociación Española contra el Cáncer en A Coruña y Ferrol JOSE PARDO

Presta consulta a pacientes oncológicos de la AECC en Ferrol y A Coruña y alerta sobre «bulos» como que el azúcar alimenta la enfermedad

03 jun 2023 . Actualizado a las 17:04 h.

Rosalía Vázquez Fernández (Ferrol, 1996) es dietista-nutricionista y se encuentra al frente de la consulta del programa de Nutrición oncológica de la Asociación Española contra el Cáncer en A Coruña y Ferrol. Atiende a pacientes de estas dos ciudades y percibe que todavía existen muchas falsas creencias y bulos sobre alimentación y cáncer. El programa de nutrición oncológica incluye consultas gratuitas para los pacientes con cáncer y sus cuidadores. Para acceder a este servicio, se puede llamar al teléfono 900 100 036.

—¿Cómo funciona el programa de nutrición de la AECC?

—Las consultas presenciales están dirigidas a pacientes oncológicos o a familiares que ejercen de cuidadores, pero el programa de nutrición de la asociación también incluye acciones puntuales de prevención dirigidas a toda la población, como charlas en colegios o actividades como Merca no mercado, para fomentar hábitos alimenticios saludables en la población general.

—¿Qué tipo de problemas presentan los enfermos de cáncer en cuanto a alimentación?

—Una de las frases que más escucho cuando llegan a la consulta es: «Tengo cáncer y no sé qué puedo comer». A los pacientes les llega mucha información contradictoria y eso crea mucha confusión. Además, en la consulta intentamos dar respuesta a los problemas derivados de los tratamientos, como dificultades para tragar, diarrea, náuseas, vómitos, desnutrición... En la consulta valoro cada caso y ofrezco una dieta personalizada a cada paciente.

—Antes hablaba de informaciones contradictorias. ¿A qué se refiere en concreto?

—Hay muchos pacientes que llegan a la consulta con falsas creencias sobre alimentación y cáncer. Además de la atención individual, en la consulta intento hacer sesiones grupales para desterrar esos mitos, como que el pollo está hormonado y provoca cáncer, que es algo que está muy extendido entre los pacientes con cáncer de mama. Todo eso es un mito. Ni el pollo está hormonado ni produce cáncer. Otra falsa creencia es que el azúcar alimenta el cáncer. No es verdad. El cáncer se va alimentar de cualquier reserva que tengamos en nuestro cuerpo. No hay un alimento en sí que alimente más las células tumorales que otro.

—También se habla mucho de la ingesta de cúrcuma como preventivo de cáncer.

—Aunque hay algunos estudios que relacionan el consumo de cúrcuma con un cierto efecto protector frente al cáncer, aún no hay una evidencia sólida que lo demuestra. Por eso todavía es más bien un mito. Mientras no hay una evidencia sólida, en el ámbito sanitario no podemos hacer ese tipo de recomendaciones.

—¿Pero entonces no existen los alimentos anticancerígenos?

—No. Ese es otro mito bastante extendido. No hay ningún alimento que por sí solo pueda prevenir o curar el cáncer. Pero sí es cierto que una mala alimentación puede aumentar el riesgo de padecerlo. De todas formas, hay que recordar que el cáncer es una enfermedad multifactorial y no se puede poner el foco solo en un factor. Además de cuidar la alimentación, también es importante hacer ejercicio físico y evitar el tabaco y el alcohol.

—¿Qué pautas recomienda a los enfermos cuando llegan a la consulta?

—Tanto para un paciente oncológico como para cualquier persona, la base de una alimentación sana tiene que sustentarse en la pirámide de la dieta mediterránea, o en el caso de Galicia, de la dieta atlántica. A partir de ahí se pueden hacer modificaciones o adaptaciones en función de cada caso, pero lo importante es poner el foco en los alimentos de origen vegetal. Lo recomendable es un alto consumo de frutas, verduras y legumbres. También es importante el aporte de frutos secos y granos enteros, es decir, huir de los refinados y optar por arroz, pasta y pan integral. Pero, sobre todo, hay que poner el foco en un alto consumo de frutas, legumbres y verduras, porque es la base de una alimentación saludable.

—¿Qué pasa con las carnes?

—Habría que reducir su consumo, porque por lo general es bastante alto. Tradicionalmente pensamos que comerse el filete es más importante que comerse la ensalada, cuando es al revés. A los niños siempre se les dice ‘acábate el filete', cuando lo importante sería decirles ‘acábate la ensalada'. Como mucho, habría que consumir carne dos o tres veces por semana y siempre optando por carnes blancas, como pollo, pavo o conejo.

—¿Y las carnes rojas?

—El consumo de carne de cerdo y de ternera debería ser ocasional, solo una vez cada quince días. También habría que reducir la ingesta de carnes procesadas, como fiambre de pavo, jamón cocido o jamón serrano, y consumirlas solo una o dos veces por semana. En cuanto a los pescados, se puede tomar tres o cuatro veces por semana, como las legumbres, porque tiene grasas de calidad y además en Galicia es un producto de proximidad. En resumen, hay que consumir mucho más verde y menos carnes rojas.

—¿A los pacientes oncológicos les cuesta cambiar sus hábitos tras pasar por su consulta?

—Al revés, están mucho más motivados que alguien que acude a una consulta convencional y tienen un nivel de compromiso muy grande, precisamente porque se encuentran en un proceso duro y están concienciados sobre la importancia de llevar una alimentación sana. Además, agradecen mucho disponer de una fuente de información fiable.