
El 76% de las edificaciones indianas de la provincia están en Ferrolterra, Eume y Ortegal; con conexión cubana y vampírica
23 may 2023 . Actualizado a las 22:03 h.Peligro de tortícolis cada vez que pasamos delante de una de estas mansiones. Porque Ferrolterra, Eume y Ortegal cuentan con 45 de las casas indianas catalogadas por la Xunta entre las más importantes de Galicia: una de las comarcas con mayor proliferación de esta arquitectura por su espíritu navegante. Representan el 76 % de estas edificaciones en la provincia de A Coruña, donde hay fichas de 59 mansiones. Y solo A Mariña (con nada menos que 99 caserones) supera a esta zona.

Como indica el historiador Carlos Sixirei, en la investigación Casas de Indianos encargada por la Xunta en el año 2000, «el grupo indiano (habanero o no) de mayor peso económico asumió en plenitud las formas de vida de su nueva posición social y convirtió a sus moradas en un signo de clase con poder diferenciador». Imperaba así la conexión cubana, aunque también con influencias de otros países tropicales. Esta arquitectura, opulenta y con guiños al gótico vampírico, se alzó gracias al desembolso de emigrantes gallegos enriquecidos en las Américas entre finales del siglo XIX y principios del XX.

El listado realizado para la Xunta por especialistas en la historia indiana y su arquitectura destacan de Ferrol el chalé de Canido. Majestuoso ejemplo de eclecticismo, que algunos apuntan a 1921 y que en este estudio se fecha la construcción entre 1923 y 1925. Creado por Ucha Piñeiro, promovido por Juan Sisto, alcanza el cielo de Ferrol «con una voluminosa cubierta amansardada de origen francés confeccionada con escamas y remates de zinc, equipada con cuatro buhardas semicirculares coronadas con motivos florales». Si la imaginación se echa a volar puede asociarse con la Casa junto a la vía de Hopper, que después reconstruiría Hitchcock para Norman Bates.

El municipio de esta zona con más casas indianas con fichas realizadas por la Xunta es de lejos Ortigueira: un total de veinte, desde la Casa de Mariló a la do Crego de Leixa, el chalé de Carelle o la Casa de Antón de Seoane. Le siguen Ares, Mañón y Cariño (cada uno con cuatro mansiones fichadas en esa investigación). Y de Valdoviño se destaca Casa Robles, construida en 1923 por el impulso del emigrante a Cuba Andrés Robles Bogo.

Ferrolterra se corona así como país tropical. O como decía Castelao, «o galego non pide: emigra».