Adrián Pereiro, nutricionista: «Las sobras de la cena pueden ser una opción perfecta para el desayuno»
FERROL CIUDAD

Desde su consulta del centro de salud de Pontedeume lucha contra hábitos poco saludables y muy extendidos, como empezar el día con cereales y galletas industriales
14 abr 2023 . Actualizado a las 23:18 h.El Sergas incorporó el pasado mes de diciembre a los primeros nutricionistas que prestan servicio en la atención primaria de Galicia. Adrián Pereiro (A Coruña, 1989), con destino en el centro de salud de Pontedeume, es uno de ellos y en estos pocos meses ha podido comprobar cuáles son los principales errores que se cometen a la hora de sentarse a la mesa. Su veredicto no invita al optimismo. Percibe un escaso consumo de verduras y un abuso de productos ultraprocesados en meriendas y desayunos.
—¿Cuáles son los causas de consulta más frecuentes?
—La mayoría de las consultas que nos llegan son por obesidad y por las patologías que pueden venir asociadas, como diabetes, hipertensión, o dislipemia (colesterol alto).
—¿En qué consiste la asistencia que prestan los nutricionistas de los centros de salud? ¿Se hacen dietas específicas para cada paciente?
—Primero hacemos una valoración inicial y evaluamos los hábitos de cada persona. No se trata tanto de diseñar una dieta restrictiva como de ver en qué puntos debe mejorar su alimentación, de manera que pueda adquirir unos hábitos saludables, y además, que sea capaz de mantenerlos toda la vida. De nada sirve que una persona siga una dieta estricta durante unos meses si, luego, a la larga, se va a cansar y va a volver a los hábitos anteriores. Lo que buscamos es una alimentación saludable y sostenible en el tiempo.
—Al principio, los nutricionistas del Sergas atendían solo a pacientes con diabetes, hipertensión, insuficiencia renal crónica y colesterol alto, pero el abanico se ha ampliado hace poco. ¿A qué otros pacientes ven ahora?
—Así es. Recientemente se amplió la cartera de servicios y ahora también atendemos a embarazadas con sobrepeso y personas con alergias, intolerancias o patologías digestivas, como síndrome de intestino irritable o colitis ulcerosa. Los pacientes nos llegan derivados del médico de cabecera, matronas, enfermería, pediatría y odontología.
—En base a su experiencia, ¿cuáles son los errores más frecuentes que cometemos a la hora de confeccionar los menús diarios?
—Depende mucho de la zona geográfica, pero aquí lo que más me llama la atención es el escaso consumo de verduras. Es una pena, porque en esta zona mucha gente vive en casas con huertas y cultiva sus propias verduras, pero, a pesar de eso, no las consume tanto como debería. Las hortalizas tendría que ser las grandes protagonistas de nuestros platos y consumirse a diario, pero no se hace, y en cambio, se abusa de las carnes rojas, que es algo muy típico de Galicia. Casi se toman a diario, cuando con una o dos veces a la semana sería suficiente. Deberíamos priorizar el consumo de carnes blancas, pescados y alimentos con proteínas que no están tan extendidos, como el tofu.
—¿En los desayunos también percibe malos hábitos?
—Un problema típico de los desayunos es el abuso de los ultraprocesados. Tal vez por comodidad o porque son más baratos, se tiende a empezar el día con galletas y cereales con un alto contenido de azúcar y grasas poco saludables.
—¿Qué alternativas propone?
—Hay muchas alternativas, lo que ocurre es que el desayuno es una comida muy cultural y parece que si nos salimos del lácteo, los cereales y el zumo, no hay nada más, cuando realmente existen otras muchas opciones, como, por ejemplo, un bol de fruta con yogur y nueces o unas tostadas de pan integral con queso, crema y pavo o con tomate y aceite. Incluso las sobras de la cena del día anterior, si son saludables, pueden ser una opción perfecta para el desayuno, que es algo que parece muy raro, pero que realmente es súper válido a nivel nutricional. Es mucho mejor desayunar un revuelto de champiñones o los restos del arroz con verduras y pollo de la noche anterior que los cereales con formas de animalitos que anuncian por la tele. Hay muchas opciones y siempre hay que desechar aquellas que sean más azucaradas y con grasas malas.
—Los ultraprocesados cada vez tienen peor prensa. ¿Cree que se está ganando la batalla?
—Cada vez hay más conciencia, pero se sigue abusando de ellos y esto se ve mucho en las meriendas que llevan los niños a los colegios, con mucho envoltorio y mucho paquete, cuando esto se podrían sustituir fácilmente por una fruta o un bocadillo de pechuga de pollo.
—¿Hay falsas creencias sobre algunos alimentos? ¿Cree que hace falta más educación nutricional?
—Sin duda alguna. Y de hecho, la educación nutricional es una parte fundamental de nuestro trabajo, y no solo en la propia consulta, sino también a través de la labor comunitaria que estamos realizando los nutricionistas de los centros de salud mediante la organización de charlas sobre hábitos saludables en asociaciones de pacientes o colegios.
—En cuanto a las falsas creencias, ¿cuáles son las más frecuentes o las que más le llaman la atención?
—Me llama la atención que a veces se pone el foco en cosas que no son tan importantes en comparación con otras. Por ejemplo, hay personas que se preocupan mucho por ver qué frutas contienen más azúcar, haciendo caso a eso de que el plátano o las frutas con hueso engordan, y luego, en cambio, come galletas al desayuno, que son productos mucho menos interesantes, o abusa de los embutidos grasos. Me llama la atención que mucha gente considera el chorizo como una carne más y lo pone a la altura de la pechuga de pollo, cuando no tiene nada que ver, porque tiene grasas de peor calidad.