«El ser humano tiene un potencial mental enorme, pero necesita mucho afecto»

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Valentín Escudero
Valentín Escudero CESAR TOIMIL

Subraya la importancia de la «seguridad emocional» en la vida de las personas

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Valentín Escudero (Palencia, 61 años), profesor e investigador del Campus Industrial de Ferrol, dirige en la universidad la Unidad de Investigación y Cuidado Familiar, así como el máster en Intervención Familiar. Su actividad docente tiene por escenario, además, centros como la State University of New York. Y es una figura de referencia en ámbitos como el de la psicoterapia, tanto individual como de familia; especialmente, en lo que atañe a la protección de la infancia. «Como soy psicólogo —dice— se espera de mí que investigue la mente humana, y la mente se asocia al conocimiento del cerebro y nuestra conducta. Y sin duda, es muy importante profundizar en ese conocimiento. Pero yo creo que se olvida algo esencial: un cerebro aislado no nos dice nada, no tiene sentido funcional, no hace una mente. Es muy importante tener en cuenta que lo fascinante de un cerebro se debe a que hay otro cerebro interaccionando con él, primero».

—¿Qué nos desvelará, en lo que atañe al cerebro, el futuro?

—El ser humano tiene un potencial mental enorme, pero necesita, desde el primer día de vida, mucho cuidado, mucho afecto; necesita ese otro cerebro que es imprescindible y va a determinar nuestra existencia. La relación humana es la clave de la salud mental en nuestro planeta. Por eso estudiamos las relaciones familiares y el cuidado de las personas. Y por eso, también, tenemos que centrarnos en las propias personas y en cómo se relacionan entre ellas.

—Parece que no estamos programados para prescindir del afecto de los demás. ¿O sí...?

— La clave de la salud mental es el afecto, el apego, la capacidad de conectar del ser humano. Ese

afecto que nos conecta, que nos une, genera una cosa que llamamos seguridad emocional. Y en base a eso se desarrolla y evoluciona una persona que puede aportar cosas positivas y cuidar y potenciar todo aquello que le rodea, incluida la naturaleza. Así, para mí, lo esencial que tenemos que estudiar y promocionar son las interacciones humanas. Las relaciones saludables son la clave de todo. Una persona que no ha recibido afecto no va a cuidar el planeta ni del medio ambiente. ¿Qué le importa a una persona que ha sido despreciada por los demás que sobrevivan bien los seres humanos de dentro de medio millar de años? ¿Pudiera ser que los desastres que están causando algunos líderes mundiales actuales se puedan entender mejor conociendo su infancia, la infancia de esos líderes? Pues igual es más determinante de lo que pensamos.

—¿Podría decirse, por tanto, que el afecto nos hace mejores personas?

—Quien ha recibido más afecto suele ser, emocionalmente, más seguro. Y eso es tan beneficioso para él como también para los demás,.

—El modelo terapéutico que ha sido puesto en marcha por usted y por todo su equipo ya se ha convertido en una auténtica referencia.

—Es un modelo de terapia que ha demostrado eficacia y aplicabilidad con personas y familias que se encuentran en gran desventaja social y que están en una situación de riesgo. Y ahora, mediante un convenio de la Universidade da Coruña con la Xunta, se va a aplicar en toda Galicia a través del denominado Sistema de Protección a la Infancia. Para nosotros es una gran satisfacción poder llevar a cabo una contribución tan social y necesaria a las personas más vulnerables de nuestra comunidad. Y todo esto se va a coordinar y gestionar desde el Campus Industrial de Ferrol.

«Lo que de verdad genera satisfacción es lo que produce bienestar en nuestro entorno»

Advierte Valentín Escudero, con evidente ironía, que «la felicidad es posible unos cuantos minutos al día, o algún día a la semana», pero no como un estado de ánimo permanente. Y es más: se muestra convencido de que «aspirar a eso», creer que la felicidad puede llegar a ser algo que no tiene fin, no es precisamente «conveniente», porque al final no genera más que frustración. Hay que mirar las cosas, dice, desde otra perspectiva, y «no perseguir un modelo de vida que en el fondo no va a beneficiarnos en nada». «En ese sentido [bromea], yo creo que la felicidad es algo que está bastante sobrevalorado».

—Conviene tratar de salir de uno mismo, ¿no?

—Lo que de verdad nos genera satisfacción es lo que produce bienestar en nuestro entorno, en las personas que nos acompañan. Eso es lo más beneficioso para nosotros: lo que repercute, para bien, en los demás, en los que nos devuelven afecto.

—¿En qué situación se encuentra ahora el Campus Industrial de Ferrol?

—Yo diría que se encuentra en un momento verdaderamente dulce. Un momento de despegue. Hay titulaciones que están teniendo muchísimo éxito.

—Y los niveles de inserción laboral del alumnado, en general, son muy altos...

—Así es. De hecho, es una cuestión a la que prestamos muchísima atención, y eso se está viendo en los resultados.

—Es un campus, además, que en aspectos como el arquitectónico resulta muy singular.

—La verdad es que sí. Nuestro campus cuenta con una arquitectura muy importante. Y con un extraordinario número de árboles, de especies muy valiosas. Además, está plenamente integrado en la ciudad, y eso es excelente en todos los sentidos.