«Decidimos dejar Venezuela tras sufrir dos asaltos en casa a plena luz del día»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Víctor y Daysy, retratados este martes a las puertas de la Cocina Económica de Ferrol
Víctor y Daysy, retratados este martes a las puertas de la Cocina Económica de Ferrol B. A.

La Cocina Económica de Ferrol cada vez atiende a más inmigrantes que llegan a la ciudad huyendo de la inseguridad y la violencia. Víctor y Daysy son dos de ellos

15 mar 2023 . Actualizado a las 12:36 h.

En la Cocina Económica de Ferrol siempre han compartido mesa y mantel comensales de diferentes países, razas y culturas. Pero, desde ya hace unos seis meses, cada vez cobra más fuerza el acento latinoamericano. Según los últimos datos aportados por el comedor social de la calle Rubalcava, los usuarios extranjeros representan ahora el 43 % del total, cuando hace solo un año eran el 27 %. Y ese aumento ha venido propiciado, sobre todo, por la llegada de migrantes procedentes de países como Venezuela, Perú o Colombia, que piden protección internacional por la inseguridad y la delincuencia en sus países, en busca de sustento económico o para darles un futuro mejor a sus hijos, según detalla la trabajadora social, María Sanjuán.

Entre ellos se encuentran Víctor Medrano, Daysy Castillo y sus dos hijos —de 17 y 16 años—, un familia venezolana que, como otras muchas, han encontrado una mano tendida en la Cocina Económica. «Estamos muy agradecidos, porque esto supone una gran ayuda para nosotros», comenta la pareja poco antes de sentarse a la mesa del comedor social de la calle Rubalcava al mediodía.

Víctor llegó a España en el verano del 2022 y, pocos meses después, el resto de la familia le siguió los pasos. Él ya ha solicitado protección internacional, mientras que su mujer y sus dos hijos están a la espera de obtener cita para pedirlo también. «Decidimos dejar Venezuela tras sufrir dos asaltos en casa a punta de pistola y a plena luz del día, ese fue el detonante, pero también influyó la situación económica del país, la falta de trabajo, la bajada del nivel educativo... Queríamos ofrecerles seguridad y un futuro mejor a nuestros hijos, porque hoy en día en Venezuela no se vive, solo se sobrevive», resume el marido.

Daysy y Víctor tienen una hija de 17 años y un hijo de 16
Daysy y Víctor tienen una hija de 17 años y un hijo de 16 B. A.

La pareja relata que comenzaron a pensar en emigrar a España en el 2017. Ese fue el año en el que Víctor se quedó sin trabajo en una empresa de aceites y sufrió junto a su hijo el primer asalto con armas en casa de sus suegros. «Mi madre estaba tan asustada que, todo lo poco que tenía, se lo dio», rememora Daysy, quien como su hija no vivió aquel primer atraco. Del segundo, en el 2018, no se libró. «Ese fue estando en nuestra casa, sobre las seis de la tarde, y pasamos mucho miedo, porque a mi marido lo apuntaron con una pistola en la cabeza en presencia de nuestro hijo. Iban a cara descubierta y eran muy jóvenes», cuenta Daysy, quien asegura que nunca pasó tanto miedo en toda su vida.

Por eso, a pesar de todo lo que suponía dejar a su familia y a sus amigos, ambos no dudaron en hacer las maletas y emprender un viaje de más 7.000 kilómetros en busca de tranquilidad. Ahorraron durante cuatro años, vendieron todo lo que tenían y abandonaron Guacara, la localidad donde vivían. «Mis hijos estaban traumados y ahora me dan las gracias por haberlos traído a Ferrol, porque aquí se sienten seguros y no tienen miedo», dice Daysy. «En Venezuela a las cinco de la tarde teníamos que estar en casa, porque en la calle está todo oscuro y corres más peligro de que te atraquen», expone Víctor.

Ahora cruzan los dedos para obtener la protección internacional, y a la espera de que eso se produzca, cuentan que han conseguido salir adelante gracias a la ayuda de Cáritas, la Cocina Económica y los últimos ahorros que les quedaban. «Estamos muy agradecidos con toda la gente de Ferrol, porque nos hemos sentido muy acogidos», concluyen Víctor y Daysy.