Vanesa Díaz: la madre «azul celeste» que lucha por la inclusión a golpe de pictograma
FERROL CIUDAD

Madre de un niño con Asperger, ha iniciado una cruzada para que las tiendas lleven a sus escaparates un recurso que facilita la vida de las personas con TEA
06 feb 2023 . Actualizado a las 21:20 h.Muchas veces se refieren a ella como una «luchadora», una «guerrera», pero ella se quita importancia. «¡Es que no te queda otra! Luchas porque no hay otro remedio que tirar para adelante, aunque reconozco que siempre intento sacar el lado bueno de las cosas. La vida te trae a veces situaciones difíciles que no puedes cambiar, pero la actitud con la que las afrontas sí es algo que está en tus manos», dice Vanesa Díaz Rey (Ferrol, 1982), creadora del Blog de una mamá azul celeste e impulsora de una campaña para que los comercios incorporen a sus escaparates pictogramas con el objetivo de facilitar la inclusión social de las personas con trastornos del espectro autista (TEA).
A ella la vida le trajo un buen puñado de esas «situaciones difíciles» de las que habla en los últimos años. En octubre del 2019 le detectaron un cáncer de mama que ya ha logrado superar. Y solo dos años después, en el 2021, llegó otro diagnóstico que le cambió la vida: su hijo Quim tenía síndrome de Asperger, uno de los trastornos del espectro autista. Vanesa explica que fue un golpe duro, pero al mismo tiempo supuso un alivio, ya que ella y su marido llevaban años peregrinando de consulta en consulta para saber lo que le pasaba a su hijo. Porque a Quim le diagnosticaron Asperger a los 8 años (ahora tiene 9), pero las visitas a los médicos habían comenzado mucho antes, cuando solo tenía dos.
«A esa edad le empecé a notar comportamientos diferentes. No tenía interés por estar con otros niños de su edad, prefería estar solo y se ponía muy nervioso con los ruidos y el barullo de las reuniones familiares, pero los médicos me decían que era su personalidad», rememora Vanesa, una auxiliar de enfermería que curiosamente años antes había debutado en el mercado laboral con un trabajo en una residencia para personas con autismo.
Por suerte, todo cambió cuando Quim cambió de colegio y se matriculó en el San Xoán de Filgueira, donde los profesores tendieron una mano a Vanesa y le recomendaron buscar ayuda en varias asociaciones, entre ellas Asperga (Asociación Galega de Síndrome de Asperger), donde un equipo multidisciplinar dio por fin con el diagnóstico.
A partir de entonces todo cambió. Quim comenzó a asistir a terapias privadas dos veces por semana (con una psicóloga y una logopeda). Y Vanesa se inscribió en un montón de charlas y cursos sobre Asperger, «porque la información es poder». Además, en un intento por visibilizar las necesidades de las personas con TEA, creó el Blog de una mamá azul celeste. «Lo llamé así porque ese es el color que se relaciona con el autismo», explica mientras muestra orgullosa un corazón azul tatuado en su muñeca, una copia exacta de uno igual dibujado por su hijo. Y como Vanesa no sabe estarse quieta, hace poco también puso en marcha una campaña para concienciar a los comerciantes sobre la importancia de señalizar sus negocios con pictogramas, unos carteles con dibujos que representan la actividad que realizan y ayudan a las personas con autismo a seguir una rutina y a «anticiparse» a lo que va a suceder, lo que evita que se pongan nerviosas o puedan sufrir una crisis. «Las personas con TEA son pensadores visuales, lo que quiere decir que entienden mejor las cosas con imágenes», explica Vanesa, al tiempo que recalca que estos dibujos también resultan útiles para mayores con demencia o personas extranjeras.
Esta mamá «azul celeste» comenzó haciendo campaña en su barrio, el Ensanche A, donde fueron muchos los comerciantes que se prestaron a colaborar y colgaron pictogramas en sus escaparates. «Cuando mi hijo los vio se puso súper feliz y me dijo: ¡Mami, cómo molas!», cuenta Vanesa con una sonrisa de satisfacción. La cosa no quedó ahí, y a través de las cuentas de Facebook e Instagram de su Blog de una mamá azul celeste, Vanesa sigue haciendo campaña para concienciar e informar a los comerciantes de toda la ciudad sobre la posibilidad de descargar los pictogramas en la página web arasaac.org.
«Estoy muy contenta porque a raíz de esta iniciativa muchas tiendas han incorporado los pictogramas y hay una heladería que no solo ha hecho eso, sino que también está preparando un carta de helados con pictogramas», comenta entusiasmada. Y antes de la despedida, concluye con una frase para la reflexión: «Sé que la inclusión va más allá de poner un pictograma en una tienda, pero es un primer paso para conseguirla». Como decía el poeta, se hace camino al andar.