Una emprendedora francesa diseña y vende una mochila portabebés desde Ferrol

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

La mochila, confeccionada en lino ecológico , es de cuatro colores, verde, azul, rosa y mostaza
La mochila, confeccionada en lino ecológico , es de cuatro colores, verde, azul, rosa y mostaza CESAR TOIMIL

Anaïs Bourdon, asentada en la ciudad, ha creado un modelo «muy cómodo y de mucha calidad», que comercializa bajo la marca Nickie Rose

04 feb 2023 . Actualizado a las 23:07 h.

Cuando nació Nicolás, el benjamín de la familia, su madre, Anaïs Bourdon (Burdeos, 34 años), se empeñó en buscar «una mochila de porteo sencilla, de tejido natural, bonito, que también pudiera utilizar el padre y que sirviera cuando vas medio arreglada». Pero solo encontró modelos «un poco feos, como muy de montaña...», lo que acabó sirviéndole de pretexto para lanzarse a emprender, un deseo que albergaba «en un rincón» desde hacía tiempo. Entonces se decidió a crear su propia mochila, y una amiga costurera le dijo que si ella buscaba algo que el mercado no ofrecía, seguramente alguien más compartiría su inquietud y su deseo.

Así, «de forma muy artesanal», surgió Nickie Rose, la marca de mochilas portabebés ideada por Bourdon, que comercializa a través de su página web, igual que una bandolera, una muselina de lino y un cojín de lactancia —«todos los que probé me parecen horrorosos, nada cómodos», explica—. Esta joven empresaria estudió Relaciones Internacionales y Demografía en Ginebra, donde conoció a su marido, ferrolano, con quien se asentó en la ciudad naval hace cuatro años. «Él había ido a Suiza por trabajo, vivimos en varios sitios y yo fui la que tiró para venir, es un lugar ideal para la familia», confiesa.

Nicolás tiene año y medio, y la mochila a la que él y sus hermanas, Eugénie y Rosalía, dan nombre (es la suma de las primeras sílabas), empezó a venderse en diciembre. «El enfoque siempre ha sido el mismo: artículos de calidad, producidos aquí, trabajando con proveedores locales... un proyecto que aporte a toda la comunidad», resume. La primera campaña, lanzada antes de Navidad a través de la web y las redes sociales, obtuvo una respuesta «bastante buena». Pero, concluye, fabricar en España «resulta muy complicado». «Tuve que dar muchas vueltas para encontrar un sitio que haga las cosas con los requisitos de calidad que quiero, y ahora trabajo con un taller de Santiago con el que estoy muy contenta», señala.

Además de vender en línea, esta emprendedora de origen francés organiza talleres «para que la gente pueda ver y tocar los productos», de la mano de terapeutas, matronas y otras profesionales vinculadas a la maternidad. En breve se desplazará hasta A Coruña, Santiago o Vigo. «Son presentaciones de no más de quince personas, así les permite conocer el artículo, la marca y a mí», indica esta devota del porteo. «Cuando está bien hecho es muy seguro y muy cómodo, no tiene que cansar la espalda, y aporta mucho al padre y a la madre», recalca. A la hora de diseñar, Bourdon se guía por su experiencia como mamá, «todo de sentido común y muy práctico, para hacer la vida más fácil».

Las ventajas del porteo

Cuenta que viajó mucho con sus hijas mayores, cuando eran bebés. «Y hay productos que no están probados en la vida real. Por eso quería una mochila lo más simple posible, pero con todas las funcionalidades necesarias, para llevar por delante y también por la espalda, algo muy cómodo a partir de los seis o siete meses», comenta. Los primeros portabebés de Nickie Rose son de lino ecológico (con certificado europeo), «un tejido que cumple con las exigencias de seguridad», de color verde, rosa, mostaza y azul. Y cuestan 190 euros: «No es barato porque tiene muchísima calidad [una obsesión para mí] y la idea es que sirva para hermanos, primos... que se pueda reparar y aprovecharlo al máximo».

Defiende el porteo por la autonomía que da: «No sé si estaría aquí si no [ríe], te permite seguir con tu vida y atender las necesidades básicas de tu bebé sin tener que estar totalmente enfocada en si duerme, tiene calor o frío. Puedes bailar, hacer la comida, viajar, trabajar...». De Galicia espera dar el salto al mercado español y, más adelante, al francés: «Puede aportar mucho, está hecho con muchísimo amor y calidad».