Comenzó el ajetreo en las sedes de los partidos políticos preparando las próximas elecciones municipales que se celebrarán el 28 de mayo. En Ferrol se conocen los candidatos a ocupar la cabecera de las principales listas y pronto se conformarán las candidaturas completas que se presentarán en la campaña electoral, con los programas que estarán impregnados de rigor, estabilidad social y política, y proyectos con los remedios nuevos para mejorar la ciudad. Y por supuesto, con el fin primordial de convencer a la ciudadanía para que acuda a las urnas a votar. Y digo ciudadanía porque en democracia cada ciudadano es considerado con su voto, un político en potencia que decide muchas cosas, y porque se identifica con sus derechos regulados en el principio general de igualdad que recoge la Constitución.
Para el caso de Narón, hay un derecho natural que rige nuestras conciencias, en esa municipalidad a los socialistas se les vinieron dando resultados muy por debajo de los compañeros de la comarca, lo que obligó a intervenir al secretario general, Valentín González Formoso, y designar candidato a alcalde al abogado laboralista Jorge Ulla.
Allá por los años cincuenta en Bazán había dos clases de empleados: los de tarjeta y los de chapa. Y mientras aquellos tenían treinta días de vacaciones, servicios de urinarios aparte y salían por la puerta como señores, los de chapa tenían quince días de vacaciones, urinarios cochambrosos y eran registrados al salir por la puerta de la factoría.
Fue la etapa negra que también vivió con amargura Augusto Pena, hasta que Franco se fue al nicho. Después, el buenazo de Tito se dedicó a cuidar gente que lo necesitaba y en el año 1992, fue nombrado Ferrolano del Año, y posteriormente sus compañeros de la Agrupación Socialista de Ferrol lo eligieron presidente. Hoy vive tranquilo mirando al mar y al cielo desde su Caranza, recordando la herencia que dejó en Bazán.
A los cargos públicos de esta comarca con escaño en el Congreso y Senado, Natividad González y Montserrat García por el PSOE, y Juan Juncal y Verónica Casal por el PP, les recordamos aquello del amor abnegado por esta tierra, que nos repitieron en la campaña electoral, pero por lo visto, no entró en balance. Natividad y Montserrat están más entre la gente con el principio de cordialidad; la senadora Verónica y Juncal, con menos caserismo, despachan la legislatura con un trabajo sujeto al debate.