La oferta inmobiliaria crece en Ferrolterra, con la mirada puesta en el mercado extranjero

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Jennifer Servia, en la oficina que inauguró ayer por la tarde en la Estrada de Catabois
Jennifer Servia, en la oficina que inauguró ayer por la tarde en la Estrada de Catabois CESAR TOIMIL

La fenesa Jennifer Servia Collado abre la agencia Housefulness en Catabois, con casas a la venta de Pontedeume a Ortigueira

09 oct 2023 . Actualizado a las 10:26 h.

El efecto pandemia, que llevó a mucha gente a buscar una vivienda mejor acondicionada, ha ido diluyéndose, pero la demanda inmobiliaria persiste y la oferta crece. De ahí que Jennifer Servia Collado (Fene, 36 años), que empezó a trabajar en el sector por cuenta ajena en octubre de 2019 y se hizo autónoma en agosto de 2020, haya decidido abrir una oficina como sede de su agencia, Housefulness, en la Estrada de Catabois, en Ferrol. Cuenta con dos comerciales y pronto necesitará una tercera, lo que demuestra que el mercado de la vivienda continúa activo en la comarca.

Servia y su equipo trabajan en el área metropolitana de Ferrol y Narón, pero su radio de acción va más allá, hasta Pontedeume, Ortigueira o As Pontes. «Llegamos incluso a Miño y a Sada, mucho a Ares y Mugardos, una zona que está muy explotada, y también Valdoviño [Pantín o Meirás], Cedeira, Moeche y San Sadurniño. A veces no es que busquemos, pero nos surgen compromisos, alguien que realiza una compra con nosotros y quiere poner a la venta su casa, o alguien que conoce a alguien que quiere vender una herencia... el boca a boca nos funciona muy bien», agradece esta joven emprendedora.

Su agencia se distingue por los servicios que presta, que van más allá de los esenciales en un negocio de este tipo. «Hacemos funciones de consultoría, nos encargamos de gestionar documentación, por ejemplo en el caso de una herencia, con el notario y los propietarios. Y nos preocupamos de asegurarnos de que toda la información está al día antes de publicar el anuncio de la vivienda, para evitar sorpresas después, que aparezca un comprador y tengas que decirle que no se puede vender», explica.

Quince portales digitales

Los anuncios que diseñan en Housefulness, a partir del reportaje gráfico del inmueble que efectúan en cuanto un cliente contacta con la agencia, se publicitan a través de su página web —housefulness.com— y en otros quince portales inmobiliarios, nacionales y extranjeros. Además de trasladarlos a su cartera de clientes, gente que aguarda una oportunidad. El propio nombre de la empresa, cuya traducción equivaldría a «tu casa al completo», apunta a la idea de negocio que maneja Servia. «Queremos transmitirle a la gente que le vamos a asesorar en todo lo que necesita para comprar una casa, alarma, financiación, una obra...», indica. También analizan las circunstancias de cada cliente y cada propiedad. «Como ejemplo, si una vivienda no está registrada el comprador solo puede hacerse con ella si tiene ahorros, porque no va a poder hipotecarla. Trabajamos sobre seguro», detalla.

El mercado extranjero constituye uno de sus objetivos preferentes. La subida de los tipos de interés dificulta el acceso a la financiación, «pero aquí hay gente con dinero y hay ventajas fiscales para quien vende una casa si compra otra en determinado plazo... y el cliente de fuera no tiene problemas económicos», apunta la responsable de la agencia, que inauguró ayer la oficina. «Creo que nos va a reforzar el hecho de tener un espacio físico, aunque el trabajo en línea de estos años ha funcionado muy bien», dice.

La demanda

¿Qué demanda el mercado inmobiliario de la zona? «Pisos con terraza, seminuevos, con tres habitaciones, garaje y trastero, en Ferrol o Narón; y casas habitables con jardín por 150.000 euros [cuando entra algo así sale muy rápido]», enumera. Hay quien se decanta por una vivienda de 80.000 euros, «que necesita una reforma, como un cambio de tejado», y clientes dispuestos a pagar 200.000 por un inmueble «en el que no hay que tocar nada».

A la agencia acuden familias —«algunas tardan mucho en dar con lo que les encaja, y cuando aparece te transmiten esa alegría, es lo más gratificante»— e inversores —«personas que compran por comprar cuando surge algo interesante»—. En ocasiones les toca lidiar con conflictos familiares. «Con nosotros suele contactar un heredero, a veces dos, pero a lo mejor son siete u ocho, y procuramos que nos firmen un documento con un acuerdo sobre el precio, para que luego no sea un problema para el comprador», señala. No es la primera vez que una operación se frustra en el último momento por alguna discrepancia entre los herederos.

Otros se arrepienten cuando solo falta la firma final, «por los impuestos que van a tener que pagar o porque le tienen cariño a la vivienda». «Es un marrón, pero a veces pasa», reconoce, ilusionada con la nueva etapa. «Con trabajo y esfuerzo... no tengo miedo a que nos vaya mal».