Alarma ante la caída de cascotes en Ferrol Vello: «Vivimos entre ruinas, aquí cualquier día hay una desgracia»
FERROL CIUDAD

Uno de los dos inmuebles afectados pertenece al plan Rexurbe de la Xunta
26 ene 2023 . Actualizado a las 21:10 h.La vecindad del barrio de Ferrol Vello está acostumbrada al contraste entre las edificaciones que han recuperado lustre tras un proceso de rehabilitación y aquellos inmuebles de los que apenas quedan algunos vestigios de su estructura y que requieren de enrejados y elementos de protección para evitar el desprendimiento de cascotes a la vía pública.
En los últimos días, residentes y comerciantes de las inmediaciones de la calle Carme Curuxeiras han constatado que queda todavía recorrido para que el barrio tenga que dejar de preocuparse por los riesgos derivados de la ruina que les rodea. El derrumbe de la pared medianera que se sitúa entre los números 6 y 8 se saldó con la caída de cascotes y el vallado de la zona por parte de la autoridad municipal.
«Es un peligro porque hay una de las casas adyacentes que está habitada y queda por debajo del muro que está vencido. Cualquier día va a haber una desgracia y le va a caer a alguien algo y entonces nos llevaremos las manos a la cabeza. Vivimos entre vallas y ruinas», denuncia una residente de la zona.
Por su parte, el presidente de la asociación vecinal portuaria, Manuel Zapata, se trasladó también al punto tras recibir una llamada de aviso. «Es un sitio de tránsito de gente, que ha quedado vallado, pero entendemos que habría que tomar medidas cuanto antes», señala el máximo representante vecinal.
Fuentes expertas explican que el encalado que se observa en muchas de las edificaciones en estado de ruina de la zona portuaria tiene como razón de ser el ejercer precisamente de agarre de la estructura y apuntan a que en el caso de la medianera desprendida, que no contaba con el recubrimiento de color blanco, la lluvia o las inclemencias meteorológicas pudieron ir desgastando la composición de barro y piedra hasta su posterior derrumbe. Aunque el grueso del desprendimiento se produjo dentro del propio solar, también cayeron algunos cascotes al garaje que se sitúa en la parte posterior de las viviendas, así como en la propia Calle Carme Curuxeiras.

Ejecución de urgencia
Fuentes municipales destacan que Bomberos y Policía Local acudieron hasta el punto, con el objetivo de elaborar un informe y adoptar las correspondientes medidas. En este sentido, el Ayuntamiento ha dado parte a la propiedad de ambos inmuebles afectados. En este caso, un particular y el Instituto Galego de Vivenda e Solo, respectivamente.
Concretamente, el edificio número 8 forma parte de la iniciativa Rexurbe de la Xunta de Galicia para la rehabilitación de vivienda con fines sociales. El Ayuntamiento de Ferrol ha notificado a IGVS la necesidad de llevar a cabo una ejecución de urgencia, que deberá materializarse en los dos días siguientes a la notificación, para garantizar la seguridad en la vía pública.
Así, se deberán retirar los elementos sueltos de la pared medianera colindante con el número 6, así como las vigas, proceder a la limpieza de la vegetación existente, impermeabilizar con mortero de tipo hidrófugo o levantar un paso de protección para evitar la caída de elementos a la calle.
Por su parte, desde la Xunta de Galicia señalan que «o IGVS, ademais de informar ao Concello de Ferrol da situación para que adopte as medidas oportunas, tamén está tramitando unha actuación de emerxencia para desmontar todos aqueles elementos que poidan supoñer calquera tipo de risco» y destacan que solicitaron la licencia de rehabilitación para el inmueble en febrero de 2021, «a cal non foi concedida ata o mes de setembro do ano pasado. Este atraso provocou a renuncia da empresa adxudicataria, ao tempo que un deterioro maior do inmoble», defienden.

Vecinos de las viviendas desplomadas en Ferrol: «Fue como una bomba, la casa se vino abajo y se cubrió todo de polvo»
Mañana de muchas fotos y ojos de susto ante los escombros de dos casas de la calle Carlos III, que se derrumbaron el lunes en el barrio ferrolano de Esteiro, en Ferrol. El portal de Ricardo Darriba está dentro de la zona acordonada y para salir de su casa tiene que sortear los cascotes: «Vivimos en el 24, justo enfrente, así que vemos cómo está esto todos los días, al escuchar el ruido mi hija exclamó: ‘Se cayó la casa de enfrente papá'», dice un vecino que también critica la lentitud de la burocracia para hacer rehabilitaciones en este barrio de Ferrol. «Nos cogen tres áreas de protección, a mí tardaron tres años en darme permisos y tuve que poner las ventanas de madera, de guillotina y pintar en blanco, sin otra opción posible».