Dicieséis trayectos en bus a la semana para poder impartir educación física

FERROL CIUDAD

En la imagen, estudiantes del IES Ferrol Vello cruzan la calle Breogán para coger el autobús que los lleva a FIMO
En la imagen, estudiantes del IES Ferrol Vello cruzan la calle Breogán para coger el autobús que los lleva a FIMO JOSE PARDO

EL IES Ferrol Vello alza la voz contra la falta de un pabellón en el centro, lo que conlleva un gasto anual de 14.000 euros y el traslado de todo el alumnado del centro al recinto ferial de FIMO

25 ene 2023 . Actualizado a las 17:52 h.

Francisco González desembarcó en el IES Ferrol Vello en el curso 2020-2021 y asegura que se quedó de piedra al constatar que el centro no disponía de ningún pabellón ni instalación deportiva cubierta y que los estudiantes tenían que coger el autobús para poder recibir las clases de educación física en instalaciones municipales. «Levo máis de dez anos dando clase, pasei por uns corenta centros e nunca vira nada igual», comenta.

Hoy, convertido en director del instituto —cargo al que accedió hace casi año y medio—, es la cara visible de una reivindicación que une a padres, estudiantes, profesores y al resto del personal del centro y que cuenta también con el respaldo de la asociación de vecinos y otras entidades. Se trata de la misma reclamación que durante más de veinte años enarbolaron sus predecesores (en concreto, desde finales de los 90, cuando el centro pasó de ser colegio a convertirse en IES) y que ahora todos juntos se han propuesto reactivar. Exigen que el Concello y la Xunta muevan ficha para dotar al centro de ese ansiado pabellón, que también podría dar servicio al barrio portuario, y proponen que la infraestructura se levante en la parcela donde se alzan las naves abandonadas de la antigua fábrica de jabones Beceiro, situada justo al lado del centro.

El centro conlinda con las ruinas de la  antigua fábrica de jabones Pucho-Beceiro, donde se propone que se construya el pabellón
El centro conlinda con las ruinas de la antigua fábrica de jabones Pucho-Beceiro, donde se propone que se construya el pabellón JOSE PARDO

Mientras no se disponga de esa infraestructura, advierten, el instituto seguirá teniendo que enfrentarse a una «situación anómala, que provoca moitos problemas a nivel organizativo», en palabras del director. Según explica Francisco González, los estudiantes pueden recibir clases de educación física gracias a las instalaciones municipales que cede al centro el Concello —este curso es un pabellón de FIMO—, pero eso conlleva tener que trasladar en autobús a los 177 alumnos de los cuatro cursos de la ESO. Son un total de 16 trayectos a la semana (dos por cada uno de los ocho grupos de Secundaria) y juntos suman un gasto anual de 14.000 euros por el alquiler del bus, que sufraga la Consellería de Educación.

«Se durante todos este anos se tivese invertido ese diñeiro nas obras, xa teríamos o pavillón», dice con sorna el presidente de la Anpa del centro, José Paz.

Pero el coste económico no es el único problema. Álvaro García y Daniel González, profesores de Educación Física, apuntan que las dos clases semanales de 50 minutos se tienen que unir en una sola sesión de 100 minutos para reducir el número de trayectos —«lo que no es aconsejable desde el punto de vista metodológico»—; que entre idas y venidas se pierden más de 20 minutos de clase; y que las instalaciones de FIMO no son las más adecuadas para impartir la asignatura. «Cuando llueve hay goteras y el suelo resbala mucho. Yo ya me he caído alguna vez», corrobora una alumna de tercero de la ESO.

El director del instituto (a la izquierda) junto a Daniel y Álvaro, los profesores de educación física
El director del instituto (a la izquierda) junto a Daniel y Álvaro, los profesores de educación física JOSE PARDO

A esas dificultades se suman los problemas que plantea el traslado de material. «Si un día lo dedicamos al bádminton no pasa nada, porque cada alumno puede llevar su raqueta, pero cuando toca baloncesto y hay que llevar un montón de balones, o si queremos hacer ejercicios con aros y conos, tengo que utilizar mi propia furgoneta», señala Álvaro García. Además, ante cualquier tipo de imprevisto, como una caída o un mareo de algún estudiante, el profesor «se ve solo» y no cuenta con el apoyo de sus compañeros. Y también recae sobre sus hombros la responsabilidad de velar por la seguridad de los estudiantes en los trayectos a pie hasta el autobús.

«Nos vemos condicionados para todo, incluso para diseñar los horarios, porque a partir de la una de la tarde ya no podemos usar FIMO», añade Álvaro García, que califica de «rocambolesca» la situación. Pero el impacto de esta carencia va todavía más allá. «Cando chove non podemos organizar actividades que impliquen a participación de todo o alumnado do centro, e nos recreos, os rapaces teñen que quedar no interior porque apenas hai zonas cubertas ao aire libre», advierte el director.

El BNG y el PSOE proponen diferentes soluciones para el mismo problema

A la izquierda, el IES Ferrol Vello, y justo al lado la antigua fábrica de jabones Beceiro
A la izquierda, el IES Ferrol Vello, y justo al lado la antigua fábrica de jabones Beceiro

Entre las organizaciones que apoyan la reclamación del IES Ferrol Vello se encuentra el BNG, que este mismo jueves presentará una moción en el pleno para que el Concello de Ferrol declare de utilidad pública la parcela de la fábrica de jabones Beceiro. De esta forma, apunta el BNG, el Ayuntamiento podría hacerse con los terrenos para después ponerlos a disposición de la Xunta y que la Consellería de Educación financiase las obras.

El gobierno local del PSOE también reclama que la Xunta dote al centro de estas instalaciones, pero propone otra solución «más rapida y menos costosa», en palabras del edil de Urbanismo, Julián Reina. «Sobre la moción del BNG, hay que preguntarse qué interés tiene en que ese pabellón se levante en una parcela privada, cuando no parece, ni de lejos, la alternativa más rápida. Dentro del propio IES Ferrol Vello hay una pista deportiva descubierta, por lo que quizá cubrirla sería una solución mucho más ágil y los alumnos dispondrían de las instalaciones en un tiempo mucho más reducido», apunta el concejal. Y añade: «El BNG vuelve a caer en los mismos errores. En junio solicitó formalmente a la xunta que declarase la casa natal de Carvalho Calero Zona de Especial Necesidade de Rehabilitación (ZER) porque, argumentaba, sería un trámite muy corto. Aseguraba que en menos de cuatro meses estaría lista. Ocho meses después seguimos esperando».