Alberto Cruz, nuevo dueño de A Marola: «Pretendemos seguir con lo que hacían Lola y Fausto, no queremos inventar nada»
FERROL CIUDAD
Tras dos años en el ambigú de Canido, coge el testigo de un clásico de la hostelería ferrolana, donde el raxo y el hígado encebollado son innegociables
21 dic 2022 . Actualizado a las 18:49 h.Alberto Cruz llevó durante dos años el ambigú de la Sociedad Recreativa y Deportiva de Canido, al que logró dar aires nuevos y con el que consiguió atraer clientes de otras zonas de Ferrol. El éxito de esa experiencia lo empujó a embarcarse en un proyecto fuera de su querido barrio. Hace una semana cogió el testigo de A Marola con la intención de seguir ofreciendo su archiconocida carta, protagonizada por el hígado encebollado y el raxo.
En su plan inicial no estaba bajar hasta la calle María, sino seguir en el barrio alto de la ciudad, pero la vida acaba llevando por derroteros distintos a los que uno había pensado: Alberto, que estudió Ingeniería Informática, se dedica ahora a la hostelería. Por el momento, en este terreno le ha ido bien y gracias a la trayectoria y a los amigos que ha ido haciendo por el camino, a A Marola está acudiendo ya gente de lo más variada: «Vienen los clientes de toda la vida de a A Marola y también los que nos conocen de Canido». Lo cierto es que algo harán bien, porque la clientela es fiel. Las previsiones para lo que queda de mes son muy buenas: «Aún nos estamos rodando, pero por ahora estoy encantado», confiesa.
Alberto habla de esta reapertura como un proyecto conjunto, que no habría sido posible sin su equipo, eminentemente femenino: «Seguimos teniendo a Carmen, la cocinera que trabajaba antes aquí». Quería dar continuidad a los platos de A Marola, así como a su concepto. Por eso, en la carta reinan las raciones de siempre, aunque además cada día ofrecen un plato diferente. Tratan con mimo el restaurante: «Siempre hay algo de pescado. Me levanto temprano, todos los días voy a la plaza del mercado y compro producto fresco y de aquí. Luego, soy el primero en llegar y vengo personalmente a hablar con los distribuidores».
Coger el testigo de un clásico de la restauración ferrolana tiene muchas partes positivas, pero también conlleva una responsabilidad grande y si hay una fórmula para hacer bien las cosas, lo mejor es seguirla: «Da un poco de respeto reabrir un sitio que todo el mundo conoce, pero lo que pretendimos desde un inicio fue seguir lo que hacían los dueños, Lola y Fausto. No queremos inventar nada».
De Canido de toda la vida
Alberto Cruz dice que «la cabra tira al monte, y yo tiro siempre a Canido, pero no hay muchos locales libres que se adecúen y cuando surgió esta oportunidad no lo pensé más». En el libro de reservas hay que escudriñar para encontrar huecos estas Navidades. Por suerte, todavía quedan mesas libres para un manjar propio de estas fechas, o para unas raciones con amigos en pleno centro de Ferrol.