Julia López: «Mi madre ya no solo vive entre basura, ahora tampoco tiene luz, le rechinan los dientes de frío»

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

Julia López, en el portal donde vive su madre para la que pide ayuda
Julia López, en el portal donde vive su madre para la que pide ayuda CESAR TOIMIL

Cinco hermanos piden una intervención urgente para su progenitora, que vive en una casa de Ferrol en condiciones insalubres y que rechaza cualquier ayuda

09 dic 2022 . Actualizado a las 17:41 h.

Todas las semanas, desde hace una década, Julia López Iglesias acude a alguna ventanilla oficial para pedir ayuda para su madre, Julia Iglesias. Una mujer de 77 años que trabajó durante toda su vida para sacar, ella sola, adelante a su familia en Ferrol. Cuando se jubiló comenzó a tener conductas raras: de celos a obsesión por tener cosas en casa que compraba o recogía donde podía. Ahora mismo la situación es insostenible: su piso es una gran marea de bolsas y basura, pero no deja que nadie entre. Así que sus hijos se las ingenian como pueden para tratar de poner algún orden. Alertan de que su salud se está deteriorando de forma alarmante. Este domingo estuvieron en su casa y comprobaron que el caos era total: ya no tiene luz y duerme acurrucada en un sofá.

«Necesitamos que alguien nos ayude, no somos números: como ella no quiere a nadie no podemos entrar por ley a la casa, pero este domingo aprovechamos que salió y fuimos a limpiar... Fue horrible, mi madre ya no solo vive entre basura, ahora tampoco tiene luz, le rechinan los dientes, se muere de frío», cuenta Julia, que hace solo dos semanas se presentó en el juzgado de guardia para pedir que algún organismo intervenga. «El vigilante de la puerta y los funcionarios son muy amables, pero la jueza me dijo que no era cosa suya y me mandó a Fiscalía», recuerda sobre una jornada en la que tampoco pudo contactar con el fiscal. «No estaba ese lunes y presenté la petición dos días después, pero nadie nos ha llamado: ni los servicios sociales municipales, ni los de la Xunta, ni Fiscalía, somos solo un número».

Julia considera que ahora mismo la vida de su madre está en peligro, porque sufre de incontinencia y no está bien cuidada. No pide ayuda económica, solo que alguien intervenga para velar por su madre en la casa o llevarla a una residencia, donde la aseen, la alimenten y la traten como merece. «A nosotros no nos deja ni acercarnos, este domingo mismo nos amenazó con la escoba, bajamos decenas de bolsas al contenedor y ella fue detrás de nosotros a recuperarlas», insiste Julia que, a pesar de todo, trata de mejorar las condiciones de su madre a diario.

Este lunes por la mañana estaba mirando un colchón nuevo para sustituir el que vio en la habitación de su madre: «Mi madre tiene incontinencia, imagina cómo estaba negro, sucio, húmedo... Queremos hacer lo posible para bajarlo y llamar a Urbaser para que lo recoja, pero no sabemos si podremos, porque no nos deja entrar y le ampara una ley que tampoco permite que accedamos a sus informes médicos para pedir otras medidas», relata entre lágrimas una mujer que cada poco tiempo pasa por los servicios sociales municipales, pero su demanda nunca avanza.

«Hace dos semanas presenté una petición urgente en Fiscalía y nadie nos ha llamado. Necesitamos ayuda ya».

Los servicios sociales municipales alegan que han enviado servicio de ayuda a domicilio a esta mujer, pero que ella lo rechaza, como también les consta que no quiere que sus hijos entren en su casa. «Claro, porque mi madre está mal y no sabe cuidarse, no podemos dejarla así», se desespera Julia, a la que también le preocupa cómo reparar la avería que impide que su madre tenga electricidad. «No es que le corten la luz, a saber qué sucede en ese caos, porque cuando se sube el limitador enseguida vuelve a bajar, llevo dos días llamando a las compañías para poder solucionarlo», explica muy cerca de la casa en la que creció, en la calle Ourense del barrio del Ensanche, un lugar que cree que se ha convertido en una trampa de Diógenes para su madre.