«Estudiar en otro país te abre la mente y te ayuda a ver las cosas de forma diferente»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Harriet Kumi (a la izquierda) y María Reyes, fotografiadas este lunes en el campus de Ferrol, donde amplían su formación
Harriet Kumi (a la izquierda) y María Reyes, fotografiadas este lunes en el campus de Ferrol, donde amplían su formación KIKO DELGADO

La guineoecuatoriana María Reyes Obono estudia un máster de Diseño Industrial en el campus de Ferrol y la ghanesa Karriet Kumi realiza un doctorado sobre física nuclear

08 nov 2022 . Actualizado a las 15:52 h.

«Estudiar en otro país es un muy enriquecedor, porque te abre la mente y te ayuda a ver las cosas de manera diferente». Sentada frente a un refresco en la cafetería universitaria de Esteiro, María Reyes Obono reflexiona sobre lo que le está aportando su experiencia académica en el Campus Industrial de Ferrol, adonde llegó hace pocas semanas procedente de Guinea Ecuatorial para cursar un máster en la Escuela Universitaria de Diseño Industrial (EUDI). A su lado, Harriet Kumi, de Ghana —que acaba de comenzar un doctorado sobre física nuclear en el CITENI de Esteiro—, le da la razón y apunta otro de los alicientes de la aventura: «Estamos muy contentas de poder ampliar nuestra formación en Ferrol y esperamos que nuestra experiencia en el campus nos sirva para encontrar trabajo en el futuro».

Ambas llegaron a la urbe naval a mediados del pasado mes de octubre de la mano de un convenio entre la Universidade da Coruña (UDC) y la Fundación Mujeres por África, una entidad privada sin ánimo de lucro creada en el año 2012 por María Teresa Fernández de la Vega. María Reyes, titulada en Arquitectura Técnica, estará dos años en Ferrol, mientras que Harriet, licenciada en Físicas, realizará un doctorado de cuatro años bajo la dirección de Saúl Beceiro, investigador del programa Ramón y Cajal en la UDC. Ambas se muestran encantadas con la experiencia y muy agradecidas con el Campus Industrial de Ferrol, que sufraga los gastos del viaje de ida y vuelta a sus países, así como la matrícula, manutención y alojamiento.

María Reyes procede de Guinea Ecuatorial y cursan un máster de Diseño Industrial en la EUDI, donde se tomó esta fotografía
María Reyes procede de Guinea Ecuatorial y cursan un máster de Diseño Industrial en la EUDI, donde se tomó esta fotografía KIKO DELGADO

En un perfecto español, María Reyes cuenta que se tituló como arquitecta técnica en Bata, la ciudad más poblada de Guinea Ecuatorial, y después comenzó Administración de empresas en Malabo, la capital del país, aunque la dejó a medias para poder venir a Ferrol. De su experiencia en la EUDI valora los seminarios a los que está asistiendo para conocer el mundo del diseño industrial de la mano de profesionales del sector y de ámbitos tan variopintos como la aeronáutica o la industria del calzado. Y mirando al futuro, tiene claro que, una vez finalizado el máster, le gustaría quedarse en España para trabajar y hacer currículo. «En mi país es muy difícil encontrar trabajo como arquitecta técnica si no tienes varios años de experiencia laboral», advierte María Reyes, al tiempo que apunta que uno de sus grandes sueños sería emprender y poner en marcha su propia empresa en Guinea Ecuatorial en el futuro.

Harriet Kumi investiga sobre física nuclear en el Centro de Investigaciones Tecnológicas, que ha sido rebautizado como CITENI recientemente
Harriet Kumi investiga sobre física nuclear en el Centro de Investigaciones Tecnológicas, que ha sido rebautizado como CITENI recientemente KIKO DELGADO

A Harriet, que ya conoce España porque cursó un máster de Nanociencia en San Sebastián, también le gustaría quedarse en Galicia tras finalizar su investigación sobre física aplicada. «En Ghana las mujeres lo tenemos más difícil, y además, allí tampoco hay demasiadas oportunidades para trabajar en el campo al que yo me dedico. De hecho, cuando regresé del País Vasco a Ghana no encontré nada de lo mío y durante un año tuve que trabajar dando clases a niños de primaria», explica en inglés a la espera de sentirse más segura con el español, un idioma que entiende pero todavía no domina.

Por eso Harriet ve su estancia en Ferrol como «una gran oportunidad» y un «puente» hacia una oportunidad laboral que ella liga a la universidad. «Me encantaría poder quedarme y trabajar como profesora e investigadora y que mi marido pudiese venir y reunirse aquí conmigo», dice Harriet, que está casada con un «business man» que dirige un negocio de reciclaje de plásticos en Ghana.

Ambas se han hecho muy amigas —en la residencia universitaria comparten habitación—, y mientras se esfuerzan por adaptarse a su nueva vida en Ferrol, combaten la morriña como pueden. «Yo ya sé hacer paella, pero cuando siento nostalgia me hago una sopa de cacahuetes, que es típica de mi país», apunta entre risas María Reyes.