Más personas sin recursos en Ferrol

gala dacosta diehl FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

La Cocina Económica atiende a 125 usuarios, y se espera que la cifra suba

29 oct 2022 . Actualizado a las 00:39 h.

La pasada semana tuvo lugar el Día Internacional de las Personas sin Hogar, fecha que Cáritas diocesana de Mondoñedo-Ferrol aprovechó para conmemorar el jueves en la plaza de Armas con una dinámica entre voluntarios y usuarios del centro de día de la calle Magdalena. Además de problemas de acceso a una vivienda digna, la organización explica que ha notado un incremento este año en las personas que han acudido a alguno de los locales de Cáritas en Ferrol para solicitar algún tipo de prestación, acompañamiento o cuidado.

En el albergue de Caranza, también conocido como refugio de la Fundación Santo Hospital de la Caridad, hay un total de 42 plazas, de las cuales suelen ocuparse el 75 %. La trabajadora social del centro, Helena Insua, cuenta que este año han notado que más mujeres acuden al refugio. De las 37 personas usuarias, 6 de ellas son mujeres y por este motivo se habilitaron más espacios separados. El perfil suele ser de hombre de mediana edad. Insua lo explica de la siguiente manera: «Normalmente, las mujeres sin recursos están más protegidas por la familia y permanecen dentro de ese vínculo».

María San Juan es la coordinadora técnica de la Cocina Económica de Ferrol. Explica que actualmente está atendiendo a 125 personas, de las cuales el 20 % no tienen hogar. Con la crisis, se espera que este invierno se superen cifras de usuarios con respecto a anteriores años. El presidente de la entidad, Antonio Tostado, añade que «notamos mucha inmigración con niños que acuden a la cocina. Además, este año, medio centenar de refugiados de Ucrania llegó a Ferrolterra y lo que hacemos es darles una tarjeta para gastos de manutención».

La coordinadora de Cáritas, Marta Pazo, da unas cifras igualmente reveladoras: en el centro de día, han atendido a un total de 439 personas este año y a 23 desde pisos de tránsito a la vida autónoma. Muchos usuarios llegan del refugio de la Fundación Santo Hospital de la Caridad, y la mayoría vienen de fuera de la comarca e incluso de fuera de Galicia.

Cambio del perfil de la pobreza

Pero el problema económico no solo afecta a las personas sin trabajo o sin hogar, sino que cada vez más jóvenes de entre 18 y 35 años se ven en la necesidad de recurrir a las distintas entidades de Ferrolterra. En 2021, los jóvenes conformaban el 19 % de los usuarios de los distintos programas de ayuda. Este año, rondan el 30 %.

«Conviven dos perfiles, fundamentalmente: trabajadores precarios que viven siempre al límite y que a la mínima subida de precios, no llegan a fin de mes ni siquiera trabajando más horas que la mayoría de las personas, o bien familias monomarentales en las que una mujer que se ha quedado sola con uno o más hijos a cargo y concilia trabajo y familia», señala Marta Pazo. Califica estos dos perfiles de preocupantes, porque «son personas que llegan a solicitar ayuda desmotivados y con la moral por los suelos. Ven que, a pesar de trabajar, nunca les llega», dice.

Colaboración ciudadana

En Cáritas, un equipo de 30 voluntarios se reparte para impartir clases de refuerzo a niños y también a adultos. Especialmente en el caso de los niños, no solo trabajan cuestiones académicas: también acompañan a los niños y los llevan al cine, juegan con ellos y hacen distintas actividades. En total, atienden a más de 80 menores en las actividades y están divididos en cinco grupos. En cada grupo, hay al menos un técnico y un voluntario. «Es fundamental esta actividad porque los niños, sobre todo los extranjeros, presentan dificultades para adaptarse al ámbito curricular y a las costumbres de aquí. También asesoramos a padres para que comprendan mejor cómo se relacionan en este país los niños y los adolescentes». Los requisitos para formar parte del equipo, según la coordinadora, son «tener ganas de ayudar y compromiso. El trabajo hecho aquí es gratuito, pero cada persona voluntaria vemos en qué puede encajar mejor».