Los responsables del café Oriental, donde se despachó el boleto ganador del sorteo de Euromillones, exponen que se ha disparado la rumorología sobre la identidad del premiado
26 oct 2022 . Actualizado a las 12:56 h.Uno de los rasgos distintivos de un buen lotero es la discreción. Un extremo en el que coinciden aquellos profesionales del sector de Ferrolterra que han repartido suerte en los últimos tiempos en la comarca. Es el caso de Héctor Cabana, responsable del café bar Oriental de Neda, que el viernes recibió la noticia de que había despachado el boleto ganador del sorteo de Euromillones, agraciado con el premio de El Millón, consistente en un millón de euros. Su establecimiento, emplazado en el número 55 de la avenida de Algeciras, ya luce con el cartelón identificativo del galardón y son muchas los interrogantes que se han generado sobre la identidad que se esconde tras el billete. Una incógnita a la que ni el propio Cabana puede dar respuesta, pues el nuevo millonario de Neda ha optado por paladear la victoria desde el anonimato. «No sabemos quién es y si lo supiese pero me hubieran pedido que no dijese nada, así sería», argumenta el vendedor.
Es este el caso más reciente de un gran premio registrado en la comarca, a través de Loterías y Apuestas del Estado. Según la información facilitada por el organismo, en los últimos ocho años se contabilizaron un total de 107 galardones por un valor total de 16.581.974,14 euros, excluyendo del montante las cuantías relativas a los premios correspondientes al sorteo de la Lotería Nacional, cuyo importe depende de los décimos vendidos de cada número.
«Se ha generado, como siempre en estos casos, una gran expectación en torno al premio», subraya Cabana. Según relata el responsable del despacho nedense, la clientela no ha dejado de hacerse preguntas desde el momento en el que trascendió la noticia. «La gente se interesa y nos pregunta, pero es algo que nosotros no sabemos porque la persona agraciada no ha venido por aquí a identificarse y es algo que tenemos que respetar», determina Cabana. «Es habitual que los ganadores no quieran que se conozca su identidad», expone este profesional con más de veinte años de experiencia en el sector.
Así, con la rumorología disparada en los últimos días, el café bar Oriental ha experimentado un incremento en sus ventas. «Desde el mismo día por la mañana ya comenzamos a ver caras nuevas por aquí», indica Cabana que, en los últimos años, ha entregado otros grandes premios en su local. Por ejemplo, en el año 2010, este establecimiento vendió un décimo agraciado con 1.300.000 euros, según rememora su responsable. «En esa ocasión las personas ganadoras vinieron por aquí a comunicarlo, que es algo que siempre se agradece», reflexiona el responsable del despacho. En total, según determinan desde la gerencia del café Oriental, se han repartido un total de siete grandes premios en el establecimiento en los últimos quince años. Algo que, entiende Cabana, puede considerarse como «una buena racha».
Esta cafetería con despacho integrado comenzó a funcionar en la década de los 70, cuando los padres de Héctor se hicieron con el negocio, y no ha dejado de recibir clientes llegados desde distintos puntos de la comarca desde entonces. «Tenemos una clientela fiel, que no viene solo a comprar Lotería. Se acercan por la calidad del café y del servicio», detalla el responsable del local. Con este nuevo gran premio en el haber del café Oriental, Cabana encara la campaña de Navidad con muy buenos pronósticos: «Todo lo que trae consigo este premio es bueno porque a un puesto de lotería es lo mejor que le puede pasar y más en la fecha en la que estamos, con la venta de los décimos de Navidad a la vuelta de la esquina», sentencia el vendedor.
Preservar el anonimato
Juan García, gerente de la administración número 1 de Ares, fue también el responsable de la venta de un boleto premiado con El Millón de Euromillones, a finales del pasado año. Además, en Loterías Galicia no tardaron mucho en volver a ser emisarios de buenas noticias en la comarca porque, en enero de este 2022, despacharon treinta décimos de la Lotería Nacional, con premios por valor de 60.000 euros cada uno. «En menos de tres meses repartimos suerte por valor de casi tres millones de euros. En estos casos, con premios tan grandes, los vendedores tenemos que canalizar las emociones de los agraciados», detalla el profesional aresano.
En el caso de uno de los últimos pellizcos millonarios, García rememora que fueron precisamente ellos los que trasladaron a una vecina de la localidad la buena nueva. «Pasamos el boleto por la máquina y saltó el premio y tuvo que sentarse de los nervios que le entraron», expone el lotero. Sobre la tendencia de los premiados a preservar el anonimato, el responsable de Loterías Galicia detalla que hay personas que deciden comunicarlo únicamente a los responsables de la venta, siempre con la condición de que su identidad no sea revelada. Una cuestión sobre la que coincide también Juan Veiga de la administración A Chamba, en Valdoviño: «Cada vez son menos las veces en las que conocemos quiénes son las personas premiadas».
La buena fortuna vivida en los últimos meses en la administración número 1 de Ares, al igual que en el café Oriental de Neda, despertó un interés en las ventas durante los días inmediatamente posteriores, según expone su responsable. No obstante, el reparto de suerte en forma de premios no garantiza necesariamente un aumento en la facturación porque, apunta García, «existe una fidelidad muy grande del comprador con respecto a su administración de confianza y es difícil conseguir un trasvase de clientes, lo que notas es que si la gente pasa por aquí para a comprar».
Nuevas tecnologías y retos
Juan Veiga, al frente de la administración de A Chamba, emplazada en Valdoviño, entregó el pasado 13 de octubre un pellizco de más de 360.000 euros a través del sorteo de la Bonoloto. Un galardón reciente que, detalla el vendedor, «siempre despierta interés, pero es difícil cuantificar si se traduce en un aumento real de las ventas». En este sentido, en A Chamba todavía recuerdan la buena acogida que hubo tras vender el Gordo de Navidad poco después de la apertura del despacho, en 1987. «Ahí se notó y mucho porque llegamos a multiplicar por ocho las ventas», explicita Veiga.
En A Chamba, además de la venta tradicional, han optado por incorporar una página web al negocio, con la finalidad de ampliar el espectro de venta. Actualmente, según detalla Veiga, entre el 5 y el 10 % de los ingresos están referidos a esta modalidad. «Por el momento no es un porcentaje que resulte altamente representativo, pero se está generalizando su uso entre la población de entre 30 y 40 años, con lo que resulta fundamental estar ahí», relatan desde el despacho de valdoviñés.
Y es que, según subraya su homólogo del despacho Galicia de Ares, el contexto de inflación e incertidumbre internacional también está afectado al sector de la Lotería. «No hemos perdido masa de clientes, pero es verdad que la gente mide más el gasto que hace», explica el lotero que desgrana, además, que en el caso de Ares ha sido durante el período estival cuando más se ha notado este cambio de tendencia de consumo. «Somos una zona que triplica su población en verano y la gente que viene de fuera siempre solía aprovechar para llevarle décimos a los amigos y a la familia. Este año, el consumo de este tipo ha bajado y es algo que se puede extrapolar a todos los despachos», concluye Veiga.
Radiografía de la suerte en la comarca
De los más de un centenar de premios registrados por Loterías y Apuestas del Estado en los últimos ocho años en Ferrol y su área, nueve de ellos superaron o igualaron el umbral del millón de euros, según la información recabada. La mayor cuantía se contabilizó en la administración la Bombonería de As Pontes, en febrero de 2016, por valor de 1.875.208 euros. Por zonas, un total de 50 laureles se entregaron a través de las distintos despachos de la cabecera de comarca, once en Narón, doce en Fene, cuatro en Ares, seis en As Pontes, uno en Ortigueira, seis en Cedeira, tres en Mugardos, uno en Cariño, uno en Moeche, ocho en Neda y cuatro en Valdoviño.
