Unos 19.000 vecinos de Ferrol y su área residen en el extranjero

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Astrid Nakari Pérez, ferrolana afincada en Nueva York.
Astrid Nakari Pérez, ferrolana afincada en Nueva York. Cedida

El 2021 se cerró con cerca de 90 salidas más que el año anterior y el perfil mayoritario de emigrante se concentra en la franja de entre 30 y 54 años

04 ago 2022 . Actualizado a las 22:38 h.

Hay tantos motivos como personas para liarse la manta a la cabeza y labrarse un porvenir allende de nuestras fronteras: estudios, una oferta de trabajo o la falta del mismo, ganas de cambiar de aires, etcétera.

El último censo publicado por el Instituto Galego de Estatística (IGE), actualizado en enero de este ejercicio, revela que se ha producido un aumento del número de vecinos de Ferrol, Eume y Ortegal que residen en el extranjero. En términos absolutos, 18.697 personas nacidas en las comarcas tienen actualmente fijada su residencia fuera de España.

Una subida de más de tres millares en relación a los datos de hace una década, cuando eran 15.539 personas las que se encontraban viviendo en el extranjero. Actualmente, el perfil mayoritario de emigrantes se concentra en la franja de entre 30 y 54 años.

Incremento tras la pandemia

El fin de las restricciones de movilidad, derivadas de la pandemia, podría estar detrás del repunte. Por comarcas, Ferrolterra reporta 63 salidas más que en 2020, con 244; el Eume casi duplicó el número de personas que abandonaron la zona, pasando de 25 a 48, y tan solo Ortegal ha visto reducido su número de migraciones al extranjero, de 29 a 28.

Por municipios, A Capela, Moeche y As Somozas son las únicas localidades en las que no se produjeron emigraciones fuera del país. En el otro extremo, Ferrol encabeza el podio con más de un centenar de salidas.

«Vine a Nueva York como experiencia para aprender inglés; encontré el amor y me casé»

Astrid Nakari Pérez, actualmente en la Gran Manzana.
Astrid Nakari Pérez, actualmente en la Gran Manzana.

Emigrar es complicado, pero haberlo hecho dos veces antes de cumplir la treintena lo es, si cabe, todavía más. Es el caso de Astrid Nakari Pérez, una joven de 28 años afincada desde 2017 en Nueva York y originaria de Venezuela.

Con tan solo ocho años, Pérez llegó a Ferrol, donde residió hasta que se marchó a Pontevedra para cursar el grado de Comunicación Audiovisual. Al terminar sus estudios, Astrid trabajó algunos años en Galicia en empleos relacionados con su campo.

La joven tenía claro, no obstante, que quería salir de su zona de confort y aprender inglés. «Vine a Nueva York para aprender el idioma y estuve un tiempo trabajando como canguro», relata. Aprovechó, además, su estancia en la Gran Manzana para realizar un curso de Diseño de Moda y publicar un libro de poemas.

Proceso creativo

Su obra Mañana dejo de fumar, confiesa, es el fruto de «un proceso creativo muy chulo que viví junto a un amigo. Escribíamos en los bares, en los parques, y bajo los puentes», rememora.

Actualmente, Astrid se encuentra totalmente establecida en Estados Unidos: «Ahora tengo aquí a mi marido y a mi perro. Son mi familia», reflexiona. A nivel laboral, aunque trabaja en el sector infantil, le gustaría poder dar el salto a la industria de la moda y valora también intentar publicar inglés. Actualmente, Astrid descarta volver a Galicia, aunque la experiencia le ha enseñado, detalla, que «nunca puedes decir nunca».

«Obtuve una beca internacional y ya llevo dos años en el exterior»

Alejandro Cobelo, ferrolano que trabaja como consultor en México.
Alejandro Cobelo, ferrolano que trabaja como consultor en México.

Con 29 años de edad, Alejandro Cobelo afronta su segundo año consecutivo en el extranjero. El ferrolano explica que, a través de un excompañero de colegio, se introdujo en un programa de Becas ICEX del Instituto de Comercio.

Tras un período formativo en Madrid, Cobelo logró embarcarse en una aventura profesional en Buenos Aires, ciudad en la que residió todo el pasado año. Esta experiencia decantó «el debate interno» que el ferrolano tenía sobre el rumbo que debía tomar y, actualmente, se encuentra trabajando en México como consultor estratégico de Oppino, una consultora con sede en Madrid y presencia global.

Morriña permanente

Además, el ferrolano había pasado anteriormente dos años en Países Bajos y confiesa que fue precisamente «ese día a día rodeado de personas de diferentes culturas» el que le impulsó a labrarse un futuro en el ámbito internacional.

Confiesa que, a pesar de estar viviendo una experiencia muy enriquecedora, «como buen gallego siempre llevo esa morriña interna que me impulsa a volver». Todavía no se plantea el futuro a largo plazo, aunque sí viajará a Ferrol para ver a su familia y poder reunirse con sus «nachos y nachas» y disfrutar del ambiente del Nachiños Fest, evento musical que el propio Alejandro impulsó, junto a su primo, Jorge, y su amigo, Fernando Amador.