La Cocina Económica de Ferrol vuelve a atender a familias con menores

B. ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Imagen de archivo del comedor social de la calle Rubalcava
Imagen de archivo del comedor social de la calle Rubalcava JOSE PARDO

Entre ellas se encuentra la formada por Denys González, Meybel Tepata y su hijo de 10 años, que tuvieron que abandonar El Salvador por la violencia de las maras

19 jul 2022 . Actualizado a las 09:57 h.

La Cocina Económica de Ferrol registra un repunte de usuarios desde el pasado mes de mayo. Y si entonces atendía a una media de 70 personas al mediodía, ahora la cifra roza ya el centenar, de los cuales la mitad (sobre 50) también son atendidos en el servicio de cena.

¿A qué se ha debido este incremento de la demanda? Según explica Antonio Tostado, presidente del comedor social de la calle Rubalcava, el repunte ha venido propiciado por la eliminación de los límites de aforo que se establecieron durante lo más duro de la pandemia para evitar los contagios —y que se fueron levantando de forma progresiva recientemente—, pero también al fin de las tarjetas monedero de la Xunta, un recurso provisional que la administración autonómica puso en marcha para que las familias con escasos recursos pudiesen comprar comida y productos de higiene tras el estallido de la crisis sanitaria.

Gracias a esas ayudas, las familias con niños dejaron de acudir al comedor de la Cocina Económica, pero ahora que ya no están disponibles, los menores han vuelto a hacer acto de presencia en el comedor de la entidad. Los primeros llegaron en el mes de mayo y actualmente el comedor atiende a cuatro familias con ocho menores de 2 a 14 años. «Este comedor está pensado para personas que están en una situación severa de exclusión, pero no para familias cuyo único problema es la falta de recursos económicos. Creo que todos estamos de acuerdo en que ningún niño tendría que acudir a un comedor social, sino que su sitio está en casa, con su familia», advierte Tostado.

Por eso, reivindica que las administraciones agilicen y activen los recursos necesarios para que estas familias reciban ayudas que les permitan comprar y preparar la comida en sus propios hogares, sin necesidad de que tener que llevar a sus hijos a la Cocina Económica.

Debido a diferentes trabajos de mantenimiento en el comedor, desde este lunes el servicio en mesa ha quedado suspendido y los menús se reparten en bolsas para llevar, pero dentro de dos semanas se reactivará y los usuarios de la Cocina Económica volverán a comer en las instalaciones de la calle Rubalcava.

Refugiados ucranianos

Tostado también reclama que las administraciones se impliquen con la treintena de refugiados ucranianos que viven en la comarca. Y a la espera de que perciban ayudas oficiales o encuentren trabajo para subsistir por sus propios medios, la Cocina Económica ha ideado un sistema para poder tenderles una mano. Al estar acogidos en casas de particulares, no pueden acceder al comedor social, pero la entidad les apoya mediante tarjetas de 125 euros mensuales por persona (sufragados con fondos propios) para comprar alimentos y productos de aseo en Mercadona, uno de los principales benefactores de la entidad.