Navantia fabricará en Ferrol parte de las plantas de hidrógeno de Repsol

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

La factoría de Turbinas pone en marcha una nueva línea productiva de electrolizadores

15 jul 2022 . Actualizado a las 09:55 h.

La fábrica de Turbinas de Navantia, ubicada en el astillero ferrolano, está llamada a convertirse en un referente industrial en el incipiente sector productivo del hidrógeno verde. Hace solo unos días que Reganosa dio a conocer que parte de los componentes de los electrolizadores para la planta de hidrógeno que va a construir en As Pontes se harán en estas instalaciones por encargo del tecnólogo Siemens, y este jueves se puso de largo el acuerdo firmado con Repsol en la misma dirección. Mediante esa alianza, Navantia pondrá en marcha en la fábrica de Turbinas una línea de producción de electrolizadores, que está previsto que arranque su actividad el próximo año. Lo hace de la mano de Repsol, que es actualmente el primer productor y consumidor de este elemento químico de la Península.

Dar el salto al hidrógeno verde —es decir, producido con fuentes renovables— es el reto que afrontan ahora juntas ambas empresas. La compañía energética dispone de una planificación que prevé la materialización de proyectos en toda la cadena de valor de esta industria, con una inversión superior a los 2.500 millones de euros hasta el 2030.

En la firma del acuerdo estuvieron presentes en Ferrol el presidente de la compañía pública naval, Ricardo Domínguez; el director de Navantia Seanergies, Javier Herrador; Tomás Malango, director de Hidrógeno de Repsol; el secretario general de Industria, Raúl Blanco; el conselleiro de Economía, Francisco Conde; el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; el presidente de la Diputación, Valentín González, y el alcalde de Ferrol, Ángel Mato, entre otros.

Domínguez subrayó que ya trabajan estrechamente con Repsol en Endesia, una asociación creada para favorecer la aplicación de los datos en la industria. Además, también apuntó a que caminarán en alianza en la búsqueda de biocombustibles para que sus diseños de barcos sean más eficientes.

Juan Abascal, director ejecutivo de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, incidió en la importancia que puede tener la transición energética como vector para la reindustrialización. Añadió que, en el contexto actual, es tan importante propiciar el cambio del modelo hacia la descarbonización como garantizar la seguridad del suministro. Por ello, afirmó que «ninguna tecnología sobra» en ese camino que además, plantea notables retos. Así, la UE, recordó, prevé que los países miembros tripliquen el consumo del hidrógeno, pasando de los 7 millones de toneladas actuales hasta los 20.

La compañía parte con objetivos ambiciosos, ya que quiere liderar el mercado en la Península Ibérica y jugar un papel protagonista en Europa instalando una capacidad de 552 megavatios en 2025 y 1,9 gigavatios en 2030. Repsol utilizará todas las tecnologías disponibles para alcanzar estos objetivos: la electrólisis, la producción a partir de biogás cambiando la materia prima de origen fósil por residuos u otras alternativas, y la fotoelectrocatálisis. Para implementar esta estrategia está llevando a cabo distintos proyectos, entre ellos la transformación industrial de la refinería coruñesa.

Un centro clave

Javier Herrador afirmó que la fábrica de Turbinas es un centro clave para Navantia, que con la diversificación actual hacia el sector del hidrógeno quiere «impactar en toda la cadena de valor», es decir, generar ocupación en su red de empresas auxiliares. Además, también subrayó que la apuesta que en su día hizo la empresa pública de forma coyuntural para la diversificación hacia segmentos de negocio ajenos al naval —como sucedió con la eólica marina— se ha convertido en una apuesta estratégica, que se ha concretado en la creación de Navantia Seanergies.

El secretario general de Industria también abundó en la transformación de la compañía y manifestó su confianza en que el Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del naval —que publicará las bases este mismo mes y abrirá la convocatoria en septiembre— sirva de catalizador para la actividad de la compañía.

El conselleiro de Economía cerró el acto, subrayando que la producción de hidrógeno verde es una de las apuestas realizadas en el marco de la Axenda Enerxética de la comunidad, con la que Galicia esperar obtener en el 2030 alrededor de 100.000 toneladas, a partir de 500 megavatios procedentes de fuentes renovables. Además, enfatizó la colaboración público y privada en el acuerdo entre Navantia y Repsol.

La transformación hacia una Smart Factory que comenzó hace más de un año

Navantia está cosechando los frutos de la apuesta realizada desde hace más de un año para adentrarse en el mercado de la economía circular y la producción de hidrógeno. Así, la fábrica de Turbinas ha acometido un proceso de modernización y digitalización de los procesos de producción con la implantación de un modelo de Smart Factory que le permitirá mejorar su eficiencia y competitividad. «Este proyecto supone una oportunidad de poner en valor su experiencia y alto nivel de cualificación en el marco de los grandes montajes y mecanizados, y avanzar en su incorporación al desarrollo del hidrógeno, con unas expectativas de crecimiento muy por encima de la mayoría de los sectores industriales», subrayan desde la firma pública.

La reactivación de la actividad en la fábrica ferrolana es un objetivo al que no han renunciado en los últimos años los representantes de los trabajadores, que precisamente habían apuntado el sector de las energías verdes como uno de los vectores de crecimiento para estas instalaciones.

Otros acuerdos

La alianza firmada en Ferrol viene a sumarse a otros acuerdos que tienen en vigor Navantia y Repsol: juntos trabajan ya en la evolución del comportamiento de los nuevos combustibles líquidos de baja huella de carbono (biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos) que desarrolla Repsol, para probar en los motores fabricados por la empresa pública en su fábrica de Motores en Cartagena. También en iniciativas de sostenibilidad dentro de los compromisos ESG (siglas en inglés que se refieren a los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo), y en el consorcio Shyne, en el que 33 firmas trabajan por la descarbonización de la economía.