Teresa de Jesús Cajamarca Rivera: «Me puse antes el pinchazo de refuerzo para poder viajar a París»

FERROL CIUDAD

Teresa de Jesús Cajamarca Rivera
Teresa de Jesús Cajamarca Rivera cedida

La tercera dosis le tocaba a mediados de junio, pero se la puso un mes antes para poder viajar a Francia, donde se exige la pauta completa de vacunación o la de refuerzo si desde la segunda ya han pasado más de 270 días, como era su caso

05 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay quien se pone la vacuna justo cuando le toca, pero también hay quienes en estas fechas están adelantado unos días la administración del pinchazo de refuerzo para poder viajar al extranjero. Este último es el caso de Teresa de Jesús Cajamarca, una camarera del Bonilla de Ferrol a la que los clientes aprecian mucho porque siempre está al pie del cañón, recuerda con memoria prodigiosa cómo le gusta el café a cada persona y se mueve a la velocidad de la luz para que nadie tenga que esperar por su pedido.

Teresa esperaba como agua de mayo las vacaciones de primavera para poder volar a París, pero cuando fue a la agencia de viajes se topó con un imprevisto. Allí le dijeron que debía contar con la dosis de refuerzo para poder volar, ya que, aunque en Francia se exige la pauta completa, es decir, dos dosis, a ella la segunda ya se le había caducado al pasar más de 270 días desde su administración.

«Como cogí el covid en enero, a mí la dosis de refuerzo no me tocaba hasta mediados de junio, porque hay que esperar cinco meses, pero al final decidí ponérmela antes, a mediados de mayo, para poder viajar a París con mi madre y porque mi médico me dijo que no pasaba nada», explica Teresa, que el pasado 2 de junio puso rumbo a la capital francesa.

Otra opción hubiese sido presentar una PCR o un test de antígenos negativos obtenidos en las 72 o 24 horas previas al vuelo, pero Teresa no tenía claro si le pedirían otra prueba a la vuelta. Y también le habría valido un certificado de recuperación del covid, pero no lo tenía porque cuando se infectó no le hicieron PCR y no quedó acreditado de forma oficial que hubiese pasado la enfermedad.

En cualquier caso, ella se encuentra ahora en París, disfrutando del viaje soñado con su madre, aunque no oculta la sorpresa que sintió al aterrizar en el aeropuerto. «Los controles del pasaporte covid estaban montados justo a la salida, pero tal vez porque era ya de noche no había nadie y no nos pidieron nada».