González Llanos: recuerdo y elogio de un ingeniero naval ilustre en el cincuentenario de la botadura del Arteaga
FERROL CIUDAD
El 15 de abril de 1972, hace cincuenta años, se botó en el astillero de Astano el petrolero Arteaga, que fue en aquel momento el mayor buque construido en grada inclinada, marcando un hito en el sector de la construcción naval mundial.
La historia de Astano previa a la construcción del Arteaga tuvo como protagonista a José María González Llanos Caruncho, a quién con motivo de esta efeméride el colegio de Ingenieros Navales de Galicia quiere recordar como ingeniero naval ilustre.
Nació en Ferrol el año 1899 e inició su carrera profesional como oficial del Cuerpo General de la Armada, donde alcanzó el grado de contralmirante honorario, obteniendo posteriormente el título de ingeniero electricista diplomado en el Instituto de Montefiore (Universidad de Lieja), con el número uno de su promoción, así como el de doctor ingeniero naval.
Entre 1929 y 1935 fue sucesivamente ingeniero jefe de los Servicios Eléctricos, de Trabajos y del Astillero de la factoría de Ferrol de la Sociedad Española de Construcción Naval. En el año 1935 fue nombrado director de la factoría cesando en 1949, en que fue nombrado Ingeniero consultor de la E.N. Bazán en Madrid. Preocupado por la formación de los operarios y técnicos, en su etapa como director promovió la escuela de aprendices y los cursos de delineación en los que se formaron promociones de técnicos de gran prestigio.
En 1942 obtuvo por concurso el nombramiento de ingeniero inspector del Puerto de Vigo y en 1947 ganó por concurso la plaza de catedrático de Electrotecnia en la Escuela Especial de Ingenieros Navales de Madrid.
Fue autor de numerosas publicaciones de carácter técnico sobre temas relacionados con la utilización de la energía eléctrica a bordo de los buques, el proyecto y construcción de buques de pesca, así como la situación de la construcción naval en España.
A lo largo de diferentes períodos fue presidente de la Junta de Obras del Puerto de El Ferrol, presidente de la Asociación de Ingenieros Navales de España, presidente del Instituto de Ingenieros Civiles de España, vicepresidente del Comité Español del Bureau Veritas, vocal de la Asociación Española de Investigación de Construcción Naval, miembro de la Association Technique Maritime et Aeronautique, miembro de la Association des Ingenieurs Electriciens de Montefiore, miembro del Honorary Editorial Cornmittee de la revista International Shipbuilding Progress y vocal del International Fishing Boat Committee de la F.A. O.
En el ámbito empresarial su figura adquirió especial relieve contribuyendo de forma decisiva al desarrollo de la construcción naval en España lo que permitió que nuestro país formara parte de los más importantes del mundo en este sector en la década de los setenta del siglo pasado.
En 1940 fue fundador de Fabricaciones Eléctricas, Navales y Artilleras (FENYA) empresa dedicada en Ferrol a la fabricación de sistemas de comunicaciones, motores y aparellaje eléctrico, que llegó a contar con quinientos trabajadores en la época de mayor capacidad productiva. Como había ocurrido durante su etapa al frente del astillero de Ferrol y más tarde se repetiría en Astano, González Llanos acogió en esta empresa a profesionales procedentes de la Armada y de otros ámbitos que habían sido represaliados al finalizar la guerra civil.
En 1941 fue el fundador y primer presidente de Astilleros y Talleres del Noroeste (Astano), que sería a partir de ese momento su dedicación fundamental y sin duda su gran obra como ingeniero naval del que fue posteriormente Consejero Director y Miembro del Comité Ejecutivo.
Dirigió el astillero con mano firme y segura, con el objetivo de convertirle en uno de los astilleros más importantes del mundo. Desde la construcción de series de buques de pesca hasta la botadura del Arteaga pasando por la construcción del metanero Laietá, un reto tecnológico en la construcción de este tipo de buques, Astano se convirtió en uno de los astilleros mas importantes del mundo, lo que permitió la creación de más de seis mil puestos de trabajo en la factoría y tres mil en las empresas auxiliares, con una incidencia muy importante en la comarca y otras zonas del país, ampliando posteriormente su prestigio cuando pasó a especializarse en construcciones off-shore.
En un periodo de graves carencias entre la población estableció una política social activa, con la creación de un economato laboral, fondo de previsión obrera, cooperativa de viviendas, comedores, escuelas de formación de aprendices, instalaciones modernas de seguridad e higiene en el trabajo, enfermería e instalaciones de aseo para el personal.
José María González Llanos fue un ingeniero naval que ha dejado una huella profunda, no solamente en la profesión sino también en la memoria de la ciudad de Ferrol y municipios próximos que recuerdan la riqueza generada por la actividad de las empresas creadas por su inteligencia y capacidad de trabajo.