El ferrolano Marcos Novo se retira: «No cambio el cariño de la gente por haber llegado a jugar en Primera»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

Tras haber pasado por el Valencia o el Balaguer, con el que ganó al Barcelona en la Copa Cataluña, dirá adiós a su carrera como jugador cuando finalice la campaña con el Miño

30 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Marcos Novo (Fene, 1980) recuerda emocionado la victoria del Balaguer en la final de la Copa Cataluña ante el Barcelona. «Esa temporada había marcado 34 goles con El Águilas y fiché por el Balaguer para jugar el playoff de ascenso. El técnico nos reservó en el partido de Copa que empezamos perdiendo 2-0. Salimos los titulares y yo metí el 2-2 y el penalti decisivo que daba el título. Para un equipo de Tercera ganarle a un Barça con Luis Enrique, Puyol, Xavi, De La Peña... fue impresionante. Tengo la suerte de estar en la historia del Balaguer», ensalza. Junto con vestir la camiseta delos equipos de base de la selección española son dos momentos inolvidables de una vida ligada al fútbol. Empezó con 4 años en Barallobre, desde donde se marchó al Racing, con el que ya debutó con la selección española, para dar el salto al Valencia. Con 42 anuncia que ha llegado el momento de colgar las botas cuando termine la campaña en primera regional con el Miño, club con el que también entrena en varios equipos de base. «Ya va siendo hora, son 42 años y tuve lesiones. Creo que me llegó el momento de decir adiós y dedicarme un poco más a entrenar, el trabajo y la familia, que tengo que darle más atención. El cierre del ciclo será cuando acabe la temporada. Con el Modestos, si dios quiere, a ver si conseguimos la Copa de Ferrol. Y sigo como entrenador con el prebenjamín, cadetes y benjamines», detalla.

Está más que agradecido con su carrera que le ha llevado por todo el país y extranjero. «He tenido grandes momentos, el fútbol me lo ha dado todo», ensalza. Con 14 años se marchó a Paterna para fichar por el Valencia y empezó «la locura». «El tercer año jugué con el Valencia B y empezó una locura de equipos. No se si estuvo bien o mal hecho, pero no me arrepiento de nada», valora. Regresó a casa gracias a la llamada de Javier Aneiros para O Val. Pero aún le quedaba tiempo para viajar un poco más. «Conocí a mi mujer, que es brasileña, y el destino quiso que ambos consiguiésemos trabajo allí», agradece. Así arrancó una etapa de 8 años en el Timbaúba y en el Sinop, con este último montó una escuela. «Fue una experiencia impresionable en la que me convertí en mejor futbolista, mejor entrenador y mejor persona», agradece. En esta etapa se fraguó su pasión por entrenar. «Tuve varios jugadores que se fueron al Fluminense e incluso al Corintias y al Atlético Mineiro», ensalza. Su último paso fue volver a saltar el charco para regresar a casa. «Estoy muy agradecido con Alberto, del Miño, por llamarme y darme trabajo. Me dio la oportunidad de volver a España y seguir jugando», valora.

Agradece todo el apoyo que está recibiendo desde que decidió finalizar su carrera como futbolista. «El cariño que estoy sintiendo de toda la gente y los clubes por los que he pasado está por encima de cualquier cosa. No lo cambio por haber llegado a jugar en Primera», agradece. Solo se arrepiente de una cosa: «Tendría que haber estudiado». Su futuro pasa por seguir avanzando en su carrera como técnico.