Una tonelada de memoria y discordia: polémica en Ferrol por la estatua de González-Llanos

FERROL CIUDAD

La estatua de González-Llanos preside la rotonda existente entre la avenida de Esteiro y la Vigo.
La estatua de González-Llanos preside la rotonda existente entre la avenida de Esteiro y la Vigo. JOSE PARDO

De símbolo franquista a homenaje al legado del fundador de Astano, las posturas encontradas tras la aprobación en pleno de la retirada de la efigie

08 dic 2022 . Actualizado a las 11:50 h.

Una tonelada de bronce de casi dos metros y medio de altura es el nuevo objeto de la discordia en Ferrol. La ciudad, curtida en mil batallas escultóricas —la más importante, la que culminó con la retirada de la estatua ecuestre de Franco una madrugada de hace casi veinte años— se sumerge ahora en un nuevo debate a cuenta de la efigie que preside una de las rotondas de la avenida de Esteiro. Desde lo alto de su pedestal, José María González-Llanos apunta con su índice derecho a los astilleros de los que fue su director, hoy Navantia, entonces Bazán. Pocos podían sospechar en 1999, cuando la asociación de vecinos, impulsora del monumento, Xunta y Ayuntamiento se felicitaban a sus pies por perpetuar la memoria del que fue el fundador de Astano que veintitrés años después su permanencia estuviese en liza.

La retirada de la estatua fue aprobada por el pleno el pasado 31 de marzo, pero no se moverá de donde está, pese a que incluso el grupo de gobierno, el PSOE, votó a favor. Solo el PP se abstuvo ante una moción promovida por el colectivo de presos políticos de Ferrol en la Dictadura, y presentada por Ferrol en Común y BNG, en la que se pedía la supresión de distinciones y diversa simbología franquista, incluida la estatua de Esteiro.

En escritos enviados a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y en la denuncia realizada ante la Fiscalía Superior de Xustiza de Galicia, recuerdan que González-Llanos y Caruncho, militar y empresario, colaboró con el levantamiento golpista de 1936. En ese momento dejó su cargo como director del astillero de Ferrol para embarcar en el crucero Canarias y participar con el ejército de Franco en el bloqueo del estrecho de Gibraltar. Antes de que la Guerra Civil tocase a su fin, volvió a su puesto en Bazán, donde trabajó en su modernización, con la creación de la escuela de aprendices, la fábrica de turbinas o la fundación de Fenya. Y en 1949 fundó Astano.

Biografía «branqueada»

Para los presos locales del franquismo «a súa biografía, como a de tantos outros, está ‘branqueada’», y su «faceta de golpista non aparece na biografía oficial», describe Manuel Monge, autor de Os restos do franquismo en Galiza, que ejerce como portavoz del colectivo. El pleno de Ferrol suprimió en 1981 la denominación de González-Llanos a la carretera de Circunvalación, aunque una placa antigua con su nombre todavía se encuentra a la vista. Y el pasado mes, Defensa renombraba el callejero interno del Arsenal Militar, borrando los nombres asignados durante el franquismo, entre ellos el de González-Llanos. «En coherencia con esa decisión», se presentó ante el pleno la iniciativa, que, entre otros puntos, pedía la retirada del título de Hijo Predilecto otorgado a González-Llanos en 1968 y la de la estatua.

El alcalde de Ferrol, Ángel Mato, reconocía esta semana que se equivocó al votar la propuesta a favor. El PSOE defendió tras el pleno que compartía la filosofía de la iniciativa, pero que cada caso debía ser estudiado en el seno de la Mesa de memoria histórica. «Cometimos un error», admitió el regidor, apuntando a que debían haberse votado los puntos de la iniciativa por separado. «Compartimos la ley de memoria histórica, pero cuando se habla de nombres, la cosa cambia, porque por desgracia en muchas ocasiones se han cometido errores tremendos», expuso. «Ni vamos a retirar la estatua ni estamos de acuerdo», porque «no nos consta en absoluto que González-Llanos haya cometido ningún acto que le haga merecedor de la retirada de la estatua, todo lo contrario», sostiene. Y agregó: «No creo que solamente fuera un error por parte del PSOE, sino en general, por haber puesto encima de la mesa ese nombre».

Tras lo ocurrido, el PP registró una moción en apoyo al papel de Gónzalez-Llanos. «Una ciudad no ganará su futuro si no es capaz de reconocer el legado de aquellos que contribuyeron a su creación, y este es el caso de José María González-Llanos y Caruncho», defendió el portavoz popular, José Manuel Rey Varela, que justificó la abstención de su grupo: «Una moción generalista basada en una resolución de la ministra de Defensa retirando el nombre de González-Llanos del Arsenal buscando el cumplimiento de la memoria histórica no puede votarse en contra en un pleno municipal, que debe cumplir la ley, guste o no», expuso. El portavoz del BNG, Iván Rivas, reclama al alcalde que sea «honesto» y cumpla lo votado, retirando la estatua. Lo contrario, dice, es «enganar á cidadanía». Y considera que el debate sobre González-Llanos, a quien define como «un destacado membro do réxime franquista», es «extemporáneo», por llegar cuarenta años después de que el Concello quitase ese nombre a la carretera de Circunvalación, en una iniciativa promovida, asegura, por el alcalde socialista Jaime Quintanilla.

Contra la retirada de la estatua se pronunció Tribuna para el Diálogo, que mostró su «absoluta disconformidad y estupor» ante la decisión plenaria. También el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, habló anteayer sobre la cuestión en Ferrol acusando a quienes pretenden quitar la estatua de «pisotear el pasado» y de «ponerle una tacha a quien solo dio trabajo, saber y nombre a estas tierras».

Fundida en la Armada con diseño de Guillermo Feal

La estatua de la discordia se fundió en los talleres de la Armada a partir de un modelo del escultor fenés Guillermo Feal. La iniciativa partió de la Asociación de Vecinos de Esteiro, que buscó apoyos y logró una subvención del Concello de 4,5 millones de pesetas [27.000 euros]. La Autoridad Portuaria, ente del que González-Llanos fue presidente durante ocho años, aportó otras 300.000 pesetas [1.800 euros]. La escultura se inauguró el 17 de septiembre de 1999, con el teniente de alcalde socialista Bonifacio Borreiros —el regidor entonces era Xaime Bello (BNG)— y el conselleiro de Industria, Antonio Couceiro (PP).