Estos son los negocios que abre el feirón de Ferrol cada tercer domingo de mes

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Terraza del cafetín Amor el domingo del feirón
Terraza del cafetín Amor el domingo del feirón JOSE PARDO

Restaurantes, cafeterías, tiendas de alimentación y hasta de telas o menaje suben la persiana un festivo

20 mar 2022 . Actualizado a las 22:19 h.

Todo comenzó como un juego: los amantes de los mercadillos se aliaron con los devotos de objetos vintage y encontraron el lugar ideal para las mañanas del domingo en el feirón mensual de Ferrol. Un mercado que se celebra cada tercer domingo de mes y que ofrece universo de artículos rescatados de baúles o desvanes y que se ha ido completando con más oferta de primera mano. Primero llegaron los vendedores ambulantes, después los productores de embutidos, más tarde la pulpeira para alargar la mañana hasta la sobremesa y hasta mercancía de los viveros o aperos para continuar la tarde renovando el jardín o las plantas de terraza.

Todo un zoco galaico al que los comerciantes del centro se están sumando, viendo el éxito de público que cosecha. Una de las primeras incorporaciones fue la de la cafetería que más madruga entre semana: el cafetín Amor del mercado de A Magdalena. Entre semana sirve el primer desayuno a las cinco de la mañana y el domingo del feirón abre su soleada terraza y hasta encarga tortilla para la ocasión. «La verdad es que es muy agradecido, no tengo que madrugar ni llevar cafés lejos y hay mucho trabajo», explica una sonriente Amor Pérez antes de servir una de las solicitadas mesas de una terraza con vistas y acceso a la feria.

Abarrote en las terrazas de la plaza Vella
Abarrote en las terrazas de la plaza Vella JOSE PARDO

Casi a la misma hora las terrazas de la plaza Vella están ocupadas, incluso las de locales, como el la Tasca da Vella, que no abren hasta bien pasadas las doce de la mañana. «Todas las mesas llenas antes de abrir la puerta, no se puede respirar los domingos de feirón», resoplaba ayer una de las camareras, antes de comenzar una jornada que atrae a muchas personas de los alrededores de Ferrol y de la provincia.

De A Coruña llegó, por ejemplo, una pareja que acude al reclamo de la oportunidad de hacerse con chollos de otras épocas y un paseo ante la arquitectura de Rodolfo Ucha Piñeiro con final en el bar de vinos de Picasso del Cantón. «Ferrol es un descubrimiento y mira que lo teníamos tan cerca, pero lo vamos a conocer bien por venir al feirón», aseguran antes de partir hacia la ciudad herculina tras una jornada alegre y con un botín compuesto por piezas antiguas de cerámica de O Castro, un llavero de cuero y un cadena de plata por poco más de 20 euros.

Telas Santy
Telas Santy JOSE PARDO

Telas, pan y carne

Santiago Martínez abrió su comercio de telas ayer para participar de la alegría del feirón: «Me aburría en casa y la verdad es que el domingo Ferrol está animado, quería abrir la tienda, aunque para mí no es negocio», apuntaba. Igual que él otros vecinos de la zona engalanan bajos del centro o Ferrol Vello con los artículos de antiguos negocios, piezas de época y hasta ropa. «No es una tienda al uso, pero me gusta participar del espíritu del mercadillo», explica una de las responsables de una propuesta en las inmediaciones de la plaza Vella.

No muy lejos andaba José María Jordán, un cocinero y coleccionista que nunca se pierde el mercado de la Alameda del Carbón. Disfruta tanto localizando piezas para restaurar, como presumiendo de ellas en las redes, donde publica sus compras. Desde hace meses es uno de los hosteleros que sacrifica el descanso dominical para atender a los comensales que se pasen por su casa de comidas de la calle Coruña.

El mercado de la plaza de A Magdalena también tenía ayer sus puertas abiertas y aunque la gran mayoría de los puestos estaban cerrados, los que permanecían abiertos parecían ajenos a cualquier crisis: había amplio surtido de carne en dos puestos y embutidos, quesos y pan en otro, además de la barra del cafetín, también con vistas a algunos de los puestos que tomaron la avenida de Irmandiños, donde cada mes hay novedades. Desde cuchillos de Taramundi a cestas artesanas, productos del Bierzo o monedas y relojes de colección. Algunos con garantía de devolución, como si se tratase de unos grandes almacenes: «Ese colgante es de coral, llévalo y lo compruebas y si no lo es el mes que viene vuelves y te lo cambio por lo que quieras», prometía Avelino, uno de los vendedores de la Alameda del Carbón.