Un vestido de novia que une a Ferrol

Carla Elías Martínez
c. Elías FERROL

FERROL CIUDAD

DANIEL SANTALLA FOTOGRAFÍA

Ana Prados Atelier propone un editorial en el que recupera la tradición gallega nupcial

16 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

TERRA a nosa es un editorial que apuesta por la vuelta a las raíces. Cuenta la historia de dos niños que se conocen, crecen, se enamoran en su aldea y se casan volviendo a su infancia, recuperando tradiciones gallegas como a regueifa, un baile que se realizaba antiguamente con un mollete de pan en la cabeza, el cuál era regalo de la madrina, y se comía en el banquete simbolizando abundancia para el matrimonio. Detrás de las imágenes hay un amplio abanico de profesionales relacionados con el sector nupcial, muchos de ellos ferrolanos, encabezados por Ana Prados Atelier. «En abril saqué una colección de novia y uno de los vestidos es el protagonista que sale en la editorial», comenta Prados. Este vestido lo tiene en su cabeza desde antes de casarse. «Lo tenía en mente cuando me casé. Era un poco inspirado en la Belle Époque, de algodón, con encajes... Pero la cosa se giró y me casé de una forma totalmente diferente. Cuando saqué la colección era uno de los vestidos que estaba en mi cabeza, y en la medida en que lo iba confeccionando, le fui viendo el punto de un vestido tradicional gallego y le empecé a meter más guiños», comenta la diseñadora.

Se rodó y fotografió en el Fogar do Santiso, en Teo, «un lugar muy gallego». «Teníamos el bosque, la luz, aparellos gallegos de labranza... Todo recordaba al inicio y a nuestra historia como gallegos», comenta el fotógrafo Daniel Santalla. La idea de fotografíar el diseño aunó a muchos profesionales del sector. El traje masculino es de Elías Rumbo y el infantil de Había Una Vez Ceremonia y Eventos. Las zocas que lucieron los modelos, David F. Balseiro (novio), Noe Seoane (novia), Mateo (niño) y Vega (niña), del alfocense Alberto Geada. Participaron la firma de organización de eventos Días Felices Eventos, el maquillaje y la peluquería corrió a cargo del Salón Marina Allegue —el hijo de Marina Allegue y el de su compañera Inés fueron los modelos infantiles—, la figuración @aduardob y Lara Fontela y vestuario de figuración Tamparrantán. Además, el mantón es de Bulideira y las conservas de La Pureza. «El tema trata de volver a las raíces. Decidí contactar con gente de Ferrol porque, aunque tengo el atelier en Santiago, soy de ahí y hay mucha gente muy buena dedicada al sector nupcial. Para mí Daniel Santalla es uno de los fotógrafos más punteros, hace una fotografía muy especial, Marina Allegue es muy demandada e hizo una trenza espectacular, Elías Rumbo hace una sastrería masculina muy diferente, Lorena Pérez, de Había una vez ceremonias y eventos, tiene un gusto excepcional...», se deshace en elogios Prados.

Para el editorial diseñó el vestido de la niña, una «réplica del original adaptado a la pequeña», que también ha despertado mucho interés «Mi cuñada lo vio y le encantó para la comunión de mi sobrina», bromea la diseñadora.

Los estilismos de adultos e infantiles. El editorial cuenta la historia de dos pequeños que crecen, se enamoran y regresan a su aldea para el día de su boda
Los estilismos de adultos e infantiles. El editorial cuenta la historia de dos pequeños que crecen, se enamoran y regresan a su aldea para el día de su boda DANIEL SANTALLA FOTOGRAFÍA

El vestido ha traspasado ya las fronteras gallegas. Recuerda que la chica de Barcelona que colaboró con los zapatos que se usaron para fotografíar la colección de la que forma parte el vestido, se enamoró de él. «Cuando saqué la colección fue uno de los vestidos, con diferencia, que más gustó. Lo publicaron varias cuentas de Instagram de Madrid y Barcelona y le gustó a gente de toda España. Creo que es un vestido que, aunque tenga ese estilo tradicional gallego, gusta fuera de Galicia». También el de una novia que buscaba un vestido tradicional asturiano. «Vio el editorial, le encantó y me llamó», indica Prados.

Enlaces más íntimos

Esta estética que vuelve a los orígenes concuerda con el cambio de tendencias que vive el sector. «Hace unos años se pasó del punto de los banquetes a los pazos, y ahora se está pasando a las fincas familiares. Creo que el covid influyó para adaptar las bodas a las normas, y la tendencia va ahora mismo por ahí, bodas al aire libre, en fincas familiares... bodas gallegas, como se hicieron toda la vida», señala Prados.

Con esta idea cada vez más novias, madrinas, madres, hermanas.... recurren a modistas para hacer un diseño personalizado. «Es un día especial y quieren un vestido único. Buscan vestidos más cómodos y que tengan un aire más campestre, vintage..», indica.

Coincide el fotógrafo Daniel Santalla. «Cada vez se organizan bodas más íntimas, con menos invitados, incluso a veces en casa en vez de en un pazo. Desde justo antes de la pandemia quizás se empiezan a estilar las bodas más intimas, no tan excesivas, más personalizadas y hay un estilo más rural. Puede que esté empezando a haber una corriente», comenta.

Este proyecto ha unido a un buen puñado de profesionales ferrolanos. «En Ferrol hay mucho proveedor de bodas, ella es de aquí y quería hacer algo muy de casa», indica Santalla. Lorena Pérez, de Había Una Vez Ceremonia y Eventos, lleva 27 años en el sector y destaca la importancia de crear sinergias. «Es muy importante mostrar el trabajo de los grandes profesionales que tenemos en Ferrol, a mí me parece que es un trabajo brutal y muestra el potencial», destaca. Y Marina Allegue ensalza el proyecto y «el gusto» que exhibe todo el trabajo.

En busca de una canción

Tras contar con las fotos, ahora queda un nuevo paso, dar a conocer el audiovisual, que corre a cargo de la ferrolana Catu Martínez. «Estamos a la espera de que alguien nos ceda una canción tradicional, o alguien nos la componga, y algún músico nos pueda poner la música. El vídeo también es un trabajo genial porque se ve todo en movimiento», ensalza Prados.