«Da igual dónde toque, mi entrega es igual en Ferrol que en el Carnegie Hall»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Con solo 28 años, Pérez Floristán es ya un referente para las nuevas generaciones de músicos españoles y europeos
Con solo 28 años, Pérez Floristán es ya un referente para las nuevas generaciones de músicos españoles y europeos Antonio del Junco

Juan Pérez Floristán, ganador del prestigioso premio Arthur Rubinstein, ofrecerá un concierto en el Jofre este domingo, pocos días antes de debutar en la sala más famosa de Nueva York

23 sep 2021 . Actualizado a las 10:42 h.

Tras obtener la Medalla de Oro en el prestigioso Concurso Internacional Arthur Rubinstein, considerado como los «Oscar del piano», Juan Pérez Floristán (Sevilla, 1993) declaró que no le importaba tanto «el honor y la gloria» como la oportunidad que le brindaba esa victoria para poder colaborar con músicos a los que siempre ha admirado. Es la marca de la casa de un virtuoso de solo 28 años que no sueña con estar en los pedestales, sino que simplemente quiere disfrutar de su pasión por «contar historias» con el piano. Y eso es precisamente lo que hará este domingo en el Jofre (a las 20.30 horas y con entrada gratuita), donde ofrecerá un concierto de la mano del Festival de Música Ferrol no Camiño, pocos días antes de poner rumbo a Nueva York.

-El 14 de octubre actúa por primera vez en el Carnegie Hall, nada más y nada menos, pero antes tiene una cita con los ferrolanos. ¿Cambian mucho las sensaciones de un auditorio a otro?

-Evidentemente es diferente, pero yo creo que no existe enemigo pequeño. No sería responsable ni sería ético que por ser una plaza digamos menor uno ofrezca menos porcentaje de sí mismo y de su alma. Da igual dónde toque, mi entrega es igual en Ferrol que en el Carnegie Hall. Dicho esto, hay que reconocer que sí es diferente, aunque incluso yo diría que en la comparación suelen salir ganando artísticamente las plazas menores porque, la mayoría de veces, son conciertos en salas con un público más selecto.

- ¿A qué se refiere?

-Me refiero a que si alguien va a un concierto de este tipo en una ciudad pequeña, como es Ferrol, es porque quiere. Están los que son y son los que están. Además, hay un ambiente más íntimo, no hay la sensación un gran evento y se recupera el espíritu doméstico del arte. Conseguir eso en el Carnegie Hall es más complicado, por el subidón y por la adrenalina.

Antonio del Junco

-Tras ganar el Rubinstein aseguró que lo consiguió «no queriendo». ¿Esto cómo se explica?

-Lo que quería decir es que cuanta menos responsabilidad te pongas encima y cuanto más vayas con la actitud de ir a disfrutar, más fácil lo vas a tener para ser tú mismo. Yo no fui con la actitud de que si no ganaba era el final de mi vida. Yo fui con la actitud de que si ganaba el concurso sería la leche, por supuesto, pero si no lo ganaba tampoco pasaba nada, porque estoy feliz con mi vida.

-¿El piano entonces no lo es todo en su vida ni es una obsesión?

-Claro que no lo es todo. El piano es mi pasión, es mi forma de vida, pero de ahí a decir que lo es todo hay un trecho. Yo soy una persona curiosa, inquieta. Y busco otras maneras de relacionarme con la gente más allá de la relación público-solista. Me planteo muchos retos extramusicales, como aprender interpretación o contar historias con una cámara.

-Y cuando se sienta al piano, ¿qué es lo que busca?

-Pues eso mismo, contar una historia, pero sin palabras. Que la gente se vaya con la sensación de que ha presenciado algo. Algo que antes era de una manera y ahora es diferente. Es un ritual, como cuando vamos al cine o al teatro, son cosas que hacemos para darle sentido a nuestras vidas. Tengo la esperanza de que el público no solo vaya por entretenerse, que también, sino a sentir que ha presenciado algo.

-En Ferrol tocará piezas de Beethoven, Chopin, Ravel y Gershwin. ¿Tiene algún compositor preferido?

-Eso es muy complicado de contestar. Es como si me preguntas si me gustan más las croquetas o la tortilla de patatas. ¡Imposible elegir!