«Los vecinos están sufriendo el olor de la pólvora, que es insoportable, el polvillo que levantan las voladuras, las vibraciones, que se mueva todo cada vez que hay una explosión... ¿Y ahora, además de todo eso, van a tener que hacer escritos y pelearse con los seguros para que les arreglen los desperfectos? No nos parece justo», dice indignada. Además, se da otro problema y es que los vecinos aseguran que hay al menos sesenta viviendas afectadas, es decir, una decena más que las se visitó antes de las obras. «También queremos que nos digan cómo deben proceder los dueños de esas viviendas en las que no se tomaron fotos ni se levantó acta. Lo normal sería que un perito imparcial las visitase y dictaminase sin son producto o no de las obras».