«Pedimos que non se rompa a sintonía do barrio, de orixe mariñeira»

gala dacosta / a.u. FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

CARLOTA LÁZARO

Los vecinos esperan que el Plan Rexurbe reactive la zona tras años de abandono

31 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un lunes temprano en el barrio portuario de Ferrol no hay ruido ni trajín, ni gentío ni vehículos de reparto ocupando las aceras. Hubiera sido impensable hace décadas, recuerda Carmiña, vecina del barrio «de toda la vida». Por aquel entonces había guarderías y «podías comprar una aguja en cualquier tienda, ahora no la encuentras ni en el centro».

Fue a partir de la construcción de viviendas para los trabajadores en Caranza cuando Carmiña comenzó a notar el declive: «Después de los 60 se vaciaron las casas y pusieron muchos clubes de alterne que ahora por suerte ya no existen». Añade que, en realidad, ya no existen muchas cosas de las que había antes en Ferrol Vello.

Un ultramarinos de la calle de la Merced forma parte de esa resistencia que no se rinde: «La gente que vino a vivir aquí hace poco dice que es como vivir en la aldea», dice Fe, dueña de la única tienda que ofrece útiles para la vida diaria. Es, además, miembro de la Asociación de Veciños de Ferrol Vello. «El silencio de noche es total, estamos en el barrio más seguro de la ciudad ahora mismo». Y la comerciante no anda desencaminada, pues eso es lo que más aprecian los nuevos inquilinos de las calles rehabilitadas. Por mucho tiempo el puerto de Curuxeiras fue considerado un sitio poco deseable para vivir; pervivía en la memoria de los ferrolanos la mala fama de los peores años de la droga, que por desgracia hicieron mella en el barrio.

Pero ahora Ferrol Vello nada tiene que ver con esa imagen sórdida: el Plan Rexurbe promete atraer a muchos más inquilinos hasta estas calles, como también planificó la Xunta en otros ocho concellos gallegos.

Este es el caso de Iago, que llegó al barrio hace relativamente poco. En 2016 abrió un estudio de arquitectura con su socia y juntos adquirieron un edificio entero que rehabilitaron para vivir en dos casas. Fue la primera vivienda que compró jamás: «Antes estuve alquilado y viví mucho tiempo en casa de mis padres». Y es que acceder a una casa en Ferrol es relativamente económico, pero hay que planteárselo bien por distintas cuestiones que señala el arquitecto y vecino de Carmen Curuxeiras: «Esta calle es peatonal, el problema es que es difícil conseguir un bajo con una fachada lo bastante amplia para poner garaje, y si no tienes garaje te juegas una multa por estar en calle peatonal aparcado».

Reconoce que aunque le guste mucho hacer vida de barrio y salir a tomar algo con sus amigos de la zona, es complicado adaptarse a ciertas carencias, y que los vecinos llevan tiempo reclamando cosas básicas como un cajero: «Para que venga gente tiene que haber servicios, no solo hostelería».

Diferencia generacional

Hace hincapié en la diferencia generacional con otros vecinos de la zona, pues el modelo de ciudad está cambiando, y tanto en Ferrol como en otras zonas urbanas el concepto no es el mismo que hace veinte años.

Durante cuatro años los habitantes de Ferrol Vello no pudieron disponer de conexiones de autobús que los llevase hasta la residencia, por ejemplo. Es indispensable, ya que mayoritariamente era gente mayor. Lo mismo ocurre con los ascensores, que a menudo no pueden instalarse en los inmuebles porque están protegidos por Patrimonio.

Manuel Zapata, presidente de la Asociación de Veciños, reclama cuestiones prácticas así como estéticas: «No día a día preocúpanos as pragas. Ademais, algunhas fachadas do Plan para a Praza Vella son modernos e non están en sintonía co barrio, de orixe mariñeira. Pedimos que se respecte isto e non se rompa esa sintonía». Además, apunta que desde el comienzo de la pandemia se suprimió un servicio tan básico como el consultorio médico situado en la calle Manuel Comellas y que, dada la longevidad de los vecinos, es algo fundamental. En definitiva, el futuro solo será esperanzador en Ferrol Vello si recibe el apoyo que los vecinos no cesan de pedir.