La plaza de Armas, de armas tomar

José Picado DE GUARISNAIS

FERROL CIUDAD

25 jul 2021 . Actualizado a las 10:34 h.

Qué cómo estaba la plaza? La plaza estaba a punto de colapsar. Materiales fatigados, estructura agrietada, el hormigón con los hierros corrugados al aire, agua filtrándose por todas partes, y cosas así, impedían acometer su reparación. El coste de sustituir el aparcamiento por otro, al parecer, era demasiado elevado a la vez que improcedente. La decisión estaba tomada y sólo faltaba encontrar un proyecto rompedor, distinto, sorprendente. Carlos Pita, profesor de arquitectura y arquitecto archi galardonado, ganó el concurso para el nuevo diseño de la plaza de Armas con un diseño de armas tomar. Una plaza muy vacía (Pita opina que Ferrol necesita oxigenarse, ventilarse, permitir que corra la brisa atlántica por la Magdalena ilustrada) perimetrada por tilos y con pavimento hecho a base de una mezcla de áridos. Arena gruesa compactada, dicho en ferrolano. Estaba llamada a ser el «lugar de todas las cosas» que posteriormente devino en «lugar de todas», quien sabe si por sugerencia de algún militante en el mareante lenguaje inclusivo. Una plaza con vocación de recuperar el espacio central para celebrar todo tipo de actividades: musicales, escénicas, exposiciones, mercadillos y ferias temáticas, etcétera.

El tiempo y el jurado de la asociación Fomento de las Artes y el Diseño (FAD) le han dado la razón. A la nueva plaza de Armas le concedieron el premio en la categoría de Ciudad y Paisaje, poniendo en valor el atrevimiento al convertir ese espacio en algo más humano y acogedor. La respuesta en las redes sociales, muy ferrolana y mucho ferrolana que diría aquel político amigo de fumarse puros ante cualquier disyuntiva, fue la esperada. Polarizada, extremadamente polarizada. Y, en todo caso, alejada de la mesura, la razón y la templanza. El concejal Basterrechea, que tomó el galardón como si fuera el Pritzker de arquitectura, anunció que saldría desnudo a la plaza a celebrarlo. No sabemos si lo hizo. Los partidarios de la autodestrucción -de lo que sea- respondieron con el estilo habitual: eso no es una plaza, es un descampado; es una lameira; la arena se escurre; si querían quitar a Franco se podía hacer de otra manera (esto, de la plaza de España, vale para cualquier hilo de cualquier tema de conversación); lo que debían hacer era arreglar las fochancas que rompen los palieres; Ferrol está muerto porque no se puede aparcar; y todo así.

La plaza de Armas, de la fuente de Churruca, del Carmen, del mercado de leña o de los tilos ilustrados, que tanto da, ya tiene su premio FAD. Su nuevo pavimento de arena durará lo que dure una corporación cogobernada por Mato y Suárez. En cuanto la presida Rey Varela la plaza cambiará de aspecto. Una vez más. Veremos.