El animal visita con asiduidad a los vecinos en busca de comida
21 jul 2021 . Actualizado a las 20:40 h.Por las corredoiras y caminos de Doniños no resulta extraño toparse de vez en cuando con algún zorro. Una vecina de la zona cuenta que le ha pasado en más de una ocasión desde que reside en la parroquia ferrolana, hace ya dieciséis años, pero este verano ha sido la primera vez que se encuentra con uno en el mismo porche de su casa. Le sucedió este martes, y no ha sido la única lugareña que ha vivido la experiencia estas últimas semanas.
En la casa de al lado, sin ir más lejos, el animal se ha convertido casi en un habitual y a menudo se dedica a saciar el estómago en los comederos de los gatos de los propietarios, a primera hora de la tarde, mientras los mininos aguardan tranquilamente y sin asustarse a que el invitado acabe su ración. «Supongo que tendrán poco de comer en el monte para acercarse tanto a las casas», apunta la dueña.
Keko Gómez, también vecino de la zona, cuenta que la primera vez que se encontró con el animal fue el pasado mes de junio. «Estaba en el jardín de atrás, comiéndose unos nísperos que habían caído del árbol, y después lo volví a ver varias veces en el camino del campo de tiro, cerca del local social de Doniños», comenta.
Los vecinos no saben a ciencia cierta si se trata siempre del mismo zorro —hay quien asegura que son dos, un macho y una hembra—, pero en lo que coinciden todos es en su carácter manso y dócil. Por todo ello, el raposo se ha ganado la simpatía de muchos de los residentes en la parroquia, por donde se pasea como «Pedro por su casa», según apuntan los lugareños.