Daniel Castromil: «El objetivo no es el destino, sino disfrutar del trayecto»

Su debilidad son las motos. O mejor dicho, viajar en moto. Pero estos días vive pegado a su bicicleta. «Pedaleo unos treinta kilómetros a diario porque la próxima semana me voy a hacer el Camino de Santiago en bici desde Roncesvalles y hay que estar entrenado: son más de setecientos kilómetros y queremos hacerlo en once días», comenta Daniel Castromil Meijide (Ferrol, 1962).

Amante de la aventura y apasionado de los deportes, este militar de la Armada en la reserva es el creador de la página de Facebook y el canal de Youtube De Ferrol al mundo en moto, donde cuelga vídeos de sus rutas sobre dos ruedas por España y el extranjero y cuenta con seguidores de toda la península, pero también de lugares tan remotos como Brasil, Japón o la India. «Lo creé con el objetivo de dar a conocer el nombre de Ferrol, porque soy un enamorado de mi ciudad. En los últimos años ha estado muy castigada, pero yo creo que puede salir adelante si todos la apoyamos y aportamos nuestro granito de arena. Si con mi página contribuyo un 0,0001% a lograr ese objetivo, ya me doy por satisfecho», dice orgulloso su de su tierra natal.

Daniel explica que su pasión por las motos es algo que lleva impreso en el ADN. «Con un añito ya salgo en una foto montado en la Vespa que tenía mi padre, así que lo debo llevar en la sangre», bromea sobre un retrato suyo de bebé que se puede ver en uno de los vídeos de su canal de Youtube. Con 24 años y sus primeros ahorros, se compró una Benelli 500, y a partir de ahí, otras motos pasaron por su vida. Entre ellas, una Kawasaki GTR 1400, con la que viajó desde Ferrol hasta la Toscana, Normandía o el Cabo Norte, en Noruega, sin duda uno de los destinos «top» de la tribu motera. «Para mí, ha sido la mejor ruta hasta el momento. Los paisajes, los fiordos, la forma en la que la gente siente la naturaleza... Todo es espectacular en Noruega», resume Daniel, que en su vídeo sobre su aventura hasta el fin del mundo -como se le llama al Cabo Norte- acumula ya más de 30.000 visualizaciones.

«Nos gustó tanto ese viaje que a la vuelta, en vez de bajar directamente a España, decidimos desviarnos, cruzar el canal de La Mancha y recorrer todo el sur de Inglaterra en la moto, para luego coger un ferri desde Plymouth a Santander», comenta sobre aquella ruta que le ha dejado huella.

Ahora tiene dos motos clásicas: una Montesa Impala de 1963 que está restaurando y una Bultaco del 62. Y también una flamante BMW 1200 RT con la que acaba de recorrer la ruta por los doce faros más emblemáticos de Galicia -en un periplo que lo llevó desde Estaca de Bares hasta Cabo Silleiro en apenas doce horas- y sobre la que ya planea alcanzar nuevos destinos. «En el 2022 viajaré de Ferrol a Moscú y a finales de este verano iré a los Alpes o a Irlanda», anuncia entusiasmado.

«Siempre hacia delante»

Aunque, siendo sinceros, para Daniel el lugar al que se viaja «casi es lo de menos». «En una ruta en moto el objetivo no es el destino, sino disfrutar del trayecto. A mí lo que me gusta es viajar en moto, hacer parada en un sitio, dormir, y luego seguir, siempre hacia adelante», advierte. Eso sí, aunque a veces deja hueco a la improvisación, él prefiere planificar la ruta «al detalle» para saber dónde parará, cuántos kilómetros recorrerá cada día o en qué hoteles se alojará antes de salir.

Rompiendo una lanza a favor de sus compañeros de asfalto, asegura que la imagen del motero que va a toda pastilla y no cumple las normas «no se ajusta a la realidad», porque, «por lo general, somos gente muy responsable y prudente». Y para terminar, se despide reivindicando un mayor apoyo para la promoción del turismo motero en Galicia y España: «Tendríamos que aprender de los estadounidenses o de los portugueses, que han hecho de la Ruta 66 y de la Nacional 2 dos auténticos polos de atracción turística».

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