Edmundo Fraga: El hombre capaz de rastrear el pasado de todos los vecinos de Corrubedo

María Xosé Blanco Giráldez
M. X. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

FERROL CIUDAD

cedida

En su árbol genealógico ha conseguido situar a unos trece mil parientes

20 may 2021 . Actualizado a las 08:16 h.

Nació en Ferrol y actualmente reside en Barcelona, pero la relación de su familia con Corrubedo, de donde era su bisabuelo, llevó a Edmundo Fraga a rastrear el pasado de esta localidad ribeirense. Se había marcado como objetivo confeccionar su árbol genealógico y, tras un intenso trabajo de investigación, consiguió darle forma a un tronco con decenas de ramificaciones, hasta el punto de sumar unos trece mil nombres. Ahora, con toda la documentación que ha ido recopilando sobre familias y apellidos, se ve capaz de investigar los antepasados de todos los corrubedanos e incluso se ofrece a hacerlo de forma gratuita.

El hecho de que Corrubedo sea un pueblo relativamente pequeño y de que exista algún tipo de relación, aunque sea lejana, entre casi todas las familias facilita la labor que se ha propuesto realizar Edmundo Fraga: «Desde 1600 hasta hoy, hay una repetición constante de apellidos, que revela que todas las personas se han ido cruzando a través de los siglos. Es un círculo prácticamente cerrado». Tanto es así que, empleando unos 15 minutos, es capaz de reconstruir el pasado familiar de casi todos los vecinos, remontándose hasta los siglos XVII o XVIII y abarcando así una docena de generaciones.

Confeccionar estos árboles genealógicos es ahora un proceso fácil para él, pero detrás de cada uno hay 25 años de investigación y búsqueda de información. Durante todo este tiempo, ha recurrido a diferentes fuentes: «En genealogía, el recurso clásico son los archivos de registros de nacimientos, bautizos, matrimonios y defunciones». Eso sí, reconoce que la tarea es más fácil a partir de 1870, con la existencia de un doble registro: el eclesiástico y el civil.

Inventarios de testamentos que se pueden encontrar en los archivos históricos, puesto que cuando uno de estos documentos alcanza el siglo de antigüedad pasa a ser público; censos de población y hemerotecas de periódicos que permiten acceder a las esquelas constituyen las otras fuentes que Edmundo Fraga ha consultado para hacer acopio de información sobre el pasado de Corrubedo. El archivo diocesano de Santiago, el archivo municipal de Ribeira e Internet han sido fundamentales en la investigación que ha realizado.

 Parentesco asegurado

Ahora, con su enorme árbol genealógico en la mano, se siente capaz de reconstruir el pasado de todos los vecinos de la localidad: «Me han pedido su árbol una veintena de personas y todas tienen relación conmigo, la mayor parte de las veces es lejana, pero nuestras familias llegan a cruzarse. Por eso me resulta tan fácil este proceso, en cuanto encuentro esa conexión ya tengo todo hecho». Solo cuando se trata de personas procedentes de otras parroquias o de gente que no conserva sus apellidos reales, por ser por ejemplo hijos de soltera, se complica el trabajo de Edmundo.

Esta afición por la genealogía, especialmente por la que afecta a la historia de Corrubedo, le ha llevado también a investigar el origen de algunos de los apellidos más comunes de la localidad. Incluso se adentró en genealogía genética, que supone la realización de un test de ADN y permite así determinar la relación de parentesco que pueda existir entre generaciones, por muy lejanas que sean, para descubrir la procedencia de una persona. Investigó a los Romero y concluyó que existen coincidencias con habitantes de Suecia y Noruega, lo que podría significar que los primeros corrubedanos con este apellido eran de origen vikingo.

La información que maneja también le permitió concluir que Romero, Ageitos, Sayar, Lojo, Lijó, Gude, Olveira y Ayaso son los apellidos que más se repiten en el gran árbol genealógico de Corrubedo. Pese a todos los datos que maneja tras un cuarto de siglo de indagaciones, Edmundo Fraga no ceja en su empeño de seguir rastreando en el pasado de esta localidad ribeirense: «Empecé con el propósito de saber quienes eran mis antepasados, por simple curiosidad, pero cada vez quería remontarme más atrás. Una vez que empiezas ya no puedes parar».