José Pardo disecciona la obra del admirado arquitecto de Ferrol a través de un libro que invita a contemplar sus edificios de una manera diferente y alejada del cliché
12 jun 2021 . Actualizado a las 14:52 h.El fotoperiodista de La Voz José Pardo (Ferrol, 1969) no está acostumbrado a estar en el foco de la noticia, sino detrás de ella, y teme resultar «pedante». Es la marca de la casa de un profesional brillante, con alma de artista, que nunca hace ostentación de sus virtudes y siempre habla desde la perspectiva de una persona profundamente humilde, en el mejor sentido de la palabra. «¡Yo solo hice unas fotos!», bromea mientras recorre con sus dedos las páginas de su precioso libro A buxaina de Ucha, recién salido del horno editorial gracias al apoyo de la Diputación de A Coruña y el Concello de Ferrol, que ya lo está utilizando como la mejor carta de presentación de la ciudad, en forma de obsequio institucional.
El volumen propone un retrato sorprendente y diferente de la obra de Rodolfo Ucha Piñeiro (Vigo, 1882-Ferrol, 1981), el arquitecto que durante décadas se dedicó a poner bonita la ciudad con los trazos de los estilos que lo influyeron a lo largo de su vida, desde el Modernismo hasta el Art Decó. «Quería mostrar que Ucha es mucho más que sus ocho o diez edificios más famosos y conocidos. Que también dejó huella más allá de A Magdalena, en barrios como Canido, Ferrol Vello o Esteiro. Y, sobre todo, me interesaba fotografiar su obra de una manera diferente a la que estamos acostumbrados, entrando y saliendo de sus edificios con imágenes poco reconocibles de sus fachadas e interiores», resume Pardo.
Por eso, A buxaina de Ucha se presenta como una suerte de acertijo visual, en el que al autor no le interesa que el espectador reconozca a primera vista si la imagen que le presenta se corresponde con este o aquel edificio, sino que lo invita a «contemplar, entrar y visitar» cada uno de ellos a través de un puñado de fotografías, en un viaje alejado del cliché. Y si tras ese recorrido todavía quedan dudas, basta con deslizar los dedos hasta las páginas finales de la obra, donde se ofrece un listado con la dirección y año en el que se proyectó cada una de las 55 joyas arquitectónicas retratadas por Pardo.
La idea de la publicación nació hace cinco años, cuando el fotógrafo se propuso contar «algo más» sobre Ucha en un «librito» de su colección Todo Fotos de José Pardo. Sin embargo, el proyecto fue haciéndose cada vez más grande, cocinándose a fuego lento en su cabeza y «madurando» a base de muchas visitas al archivo municipal, entrevistas con las hijas del arquitecto -Lucila y Clara Ucha (recientemente fallecida)- y cientos de fotografías tomadas en los edificios que iba localizando y en los que conseguía entrar a base de insistencia y perseverancia. «Llegó un momento en el que me di cuenta de que tenía material para mucho más que el libro discreto y autoeditado que me había planteado y fue entonces cuando le presenté la idea al alcalde, cuyo apoyo fue fundamental para sacar adelante el proyecto», dice Pardo agradecido.
Además de las imágenes del fotógrafo -un total de 179-, el volumen también incluye un texto del arquitecto Felipe Cotovad, en el que condensa la trayectoria profesional de Ucha, y otro del periodista Paulo Alonso, que aproxima al lector a la vida personal de aquel niño que jugaba con una peonza de sándalo -la «buxaina» que da título al libro- y de mayor se dedicó a embellecer la ciudad. «Si algo he descubierto gracias a este trabajo es que Ucha era un tipo muy jovial, al que le gustaba divertirse y que siempre buscaba transmitir felicidad tanto en su casa como con su trabajo», desvela Pardo.
Una banda sonora muy especial
José Pardo solo tiene una espinita clavada. Y es que le habría gustado que su padre, el músico Manolo Pardo, estuviese vivo para poder ver y palpar con sus manos las páginas de A buxaina de Ucha. No le dio tiempo, porque falleció en septiembre del 2019, antes de que el volumen viese la luz. «Él estaba especialmente interesado en este proyecto y durante sus últimos meses de vida compuso una pieza para el libro», explica el fotógrafo.
La partitura de esa composición para piano, «escrita con un lápiz afilado a cuchillo», acompaña la dedicatoria con la que su hijo lo recuerda en el libro. Y también sonará en el audiovisual que acompañará la exposición A buxaina de Ucha, comisariada por Vari Caramés, que incluirá 55 fotografías de la obra y se podrá ver en el centro cultural Torrente Ballester desde mediados del mes de junio.