La hostelería de Ferrolterra respira con las dos horas extra de servicio nocturno

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Desde el sábado, los bares pueden abrir hasta las once de la noche, y los restaurantes, hasta la una
Desde el sábado, los bares pueden abrir hasta las once de la noche, y los restaurantes, hasta la una CESAR TOIMIL

La primera jornada sin toque de queda, desde la medianoche del sábado, discurrió con más tráfico y mayor presencia de gente en las calles, pero sin incidencias

10 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las buenas temperaturas y, sobre todo, el levantamiento del estado de alarma y el fin del toque de queda, se dejaron sentir en las calles de las ciudades de Ferrol y Narón y del resto de municipios de la comarca. La primera jornada sin restricciones a la movilidad, desde la medianoche del sábado, discurrió con más movimiento en las carreteras y con mayor presencia de gente en los espacios públicos, pero sin incidencias de relevancia. Los vecinos de Ferrolterra, Eume y Ortegal sintieron el alivio, tras meses sin poder salir más allá de las diez o las once de la noche, y los hosteleros respiraron por fin.

«Parece que nos estábamos ahogando, y ahora ya se ve otra cara, da alegría la sensación de poder salir con tranquilidad, y no tener que irte corriendo para casa por miedo a una multa», comentaba ayer Javier Santamaría, propietario del local A Pousada das Ánimas, de la calle Pardo Bajo, en Ferrol. «La gente agradece que cerremos a las once, en lugar de las nueve. Estábamos con el horario francés o alemán, y nosotros no somos de esa manera, y por eso se escapan los europeos para aquí, porque aquí tienen libertad», añadió, haciendo suyo el discurso que tanto se ha repetido últimamente en Madrid.

No es el único que alude a este concepto. «Tuvimos mucha gente para cenar... Se notaba que algo pasada, que había libertad», señalaron desde El Colonial, en la avenida Cataluña, en Narón. En algún establecimiento del centro de Ferrol advertían del riesgo: «Fue un caos, parece que hemos abierto las puertas de la selva y podemos escapar, la gente está muy desbocada, un año de pandemia no les valió para concienciarse». Y es que los hosteleros reconocen su alegría, pero también su preocupación. «Estamos contentos, pero hay que seguir cumpliendo las medidas, el aforo, las distancias, el uso obligatorio de la mascarilla... Si no, sería un retroceso», alerta Tamara Varela, dueña de La Continental, en la Estrada de Castela, en Freixeiro (Narón).

«No queremos volver atrás [...]. Todos tenemos miedo de que nos vuelvan a cerrar», reconoce María Teresa Barrio, al frente de A Caseta do Parque, en As Pontes. Todos observan «las ganas de salir de la gente, deseosa de socializar». «Andábamos todos medio amuermados, y ayer se veía alegría», abunda esta empresaria, consciente de que, en ocasiones, tiene que advertir a algún cliente, «pero son los que menos, la mayoría se portan muy bien».

Daniel Montero, propietario del mesón café A Canfurnada, en Ferrol, confiesa su mezcla de sentimientos, «alegría y miedo». «El sábado pudo más el deseo de la gente de salir a la calle sin tener que recogerse a las once... Lo hemos pasado bastante mal, estuvimos cerrados durante mucho tiempo, y ahora el objetivo tiene que ser enlazar con el verano», señala. «Volver para atrás sería tremendo», apunta José Manuel Fernández, responsable del mesón Vila Vella de Cedeira. Apela a la responsabilidad individual: «Tenemos que ser conscientes de lo que hay, una pandemia».

En el bar Cuatro Caminos, en Boebre (Pontedeume), recuerdan que los límites de aforo y las medidas de seguridad en la terraza y en el interior del establecimiento se mantienen. «Llevamos un año y pico sufriendo, entiendo las ganas de fiesta de la juventud, pero tenemos que tener todos un poco de cabeza y una actitud correcta, para que esto no vuelva para atrás -recalca Sonia Orgeira-. Los cierres perimetrales de Ferrol, Narón, Cabanas o A Coruña nos machacaron, y ahora se está trabajando muy bien, notas las ganas de la gente de venir».

Los negocios con licencia de restaurante ya pueden servir cenas, previa reserva, hasta la una de la madrugada. La mayoría compaginan los servicios de comida para llevar, en algún caso con reparto a domicilio, con la atención presencial. «Hay que adaptarse a las normas que nos van poniendo. El sábado hicimos dos turnos de cenas y todos querían en el de las diez y media», cuentan en el mesón Vila Vella.