Nombres

José Varela FAÍSCAS

FERROL CIUDAD

11 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo es probable que el santoral católico sufriese un eclipse que oscureció buena parte del listado onomástico: cinco de los chavales de la cuadrilla de la calle de Ínsua lucíamos el hipocorístico Pepe. Con matices. Mi primo de tres años más que yo era Pepe el Mayor; mi otro primo tres años menor, Pepiño; de mi edad, al que vivía al fondo de la calle le añadíamos como patronímico impropio el diminutivo de una de sus hermanas mayores. El que residía en una modestísima mansarda del corral de «la casa ardida», Perete, que imitaba el graznido de las gaviotas mejor que las gaviotas. Éstos dos, hombres fuertes y buenos, fallecidos tempranamente. Y, finalmente, yo, Pepe, sin más. El caso es que, como el primer apellido de mi madre coincidía con el segundo de mi padre, y mi nombre de pila era el de éste, mi nombre completo resultaba idéntico al de mi progenitor. En una de las frecuentes visitas al médico a causa de mis recurrentes accesos de anginas hasta que me extirparon las amígdalas, me acompañó mi padre; quizá a una de las consultas de los doctores López Pantín, Artabe o Del Valle. El galeno le preguntó cómo se llamaba, y le respondió que José Varela Cachaza. Al poco, le pidió mi nombre completo, y se lo dio. El médico creyó que no le había entendido que quería saber mi nombre, no el de mi padre, y repitió la pregunta, con idéntico resultado. No sé si más molesto que extrañado, reiteró de nuevo el interrogatorio con la aclaración pertinente. Algo así como ya sé su nombre, le estoy preguntando por tercera vez por el de su hijo. La respuesta no se hizo esperar: -Se llama igual que yo: lo tuve de soltero.