La ferrolana Fátima Casanova comparte recetas sencillas que triunfan en Instagram
19 feb 2021 . Actualizado a las 18:28 h.Cuando tenía veintinueve años Fátima Casanova descubrió que era intolerante al gluten. Tuvo que adaptarse a una dieta que debe seguir por el resto de su vida y, trece años más tarde, se está abriendo camino para guiar a otras personas sobre cómo hacerlo. «Yo tengo el recuerdo del sabor de las cosas, intento crear la receta lo más similar posible», explica. La pandemia sanitaria le impulsó a lanzarse al mundo de las redes sociales y el pasado mes de abril abrió su cuenta @lacocinadefati_singluten y un canal de YouTube donde comparte multitud de recetas con dos características: son fáciles y no llevan gluten. «Desde hace año y medio estoy de baja por un accidente que tuve, a mi siempre me encantó cocinar, así que cuando empecé a poder ponerme en pie quise retomar la cocina. Como mi familia tenía a veces problemas para hacerme comida sin gluten yo les enviaba muchas fotos por wasap. Así que pensé que era buena idea publicarlas con las recetas. Llegó el confinamiento y me decidí a abrir la página de Instagram y mi pareja me animó a grabar los vídeos», recuerda. Con su pasión por la cocina y la cámara que tenía en casa de cuando salían a hacer rutas en bicicleta puso en marcha sus redes sociales en las que en menos de un año cuenta con dos mil seguidores. «Ver que a la gente le gustaba, me comentaba y le daba a me gusta me animó a hacer más recetas. Fue muy motivante porque cuando empecé yo aún estaba con un andador», agradece.
¿Cuál es su secreto? Adaptar las recetas de cocina tradicional para hacerlas sin gluten, pero sin que pierdan ni el sabor ni la textura original. «Lo que más gusta son las recetas de los postres, bizcochos, masa de pizza y los panes, todo lo que es difícil de hacer para una persona con esta intolerancia», explica. Pero también elaboraciones para comer en el día a día como rape con salsa americana, merluza con espárragos y salsa de ajo, propone como dos ejemplos. Explica que es autodidacta. En su familia siempre les impulsaron la pasión por la cocina desde niña, pero sus estudios se decantaron por un camino muy diferente, el de Biblioteconomía y Documentación.
El paso de los años le ha hecho aprender sobre los productos para conseguir los mejores resultados en sus recetas. «No vale con cambiar una harina normal por otra cualquier sin gluten. En mi casa debo de tener unos veinte tipo de harinas sin gluten, siete tipos de almidones, aditivos naturales que ayudan a conseguir el efecto esponjoso de masas», explica. Y es por ello que en sus redes sociales trata de mostrar marcas que se puedan adquirir por Internet o en supermercados de la comarca como Santa Rita Harinas, Schaer, Glutify, Foody tu comida amiga o Maná productos sin gluten para sus recetas.
Apoyo de familia y amigos
Para quienes acaben de recibir un diagnóstico similar explica que es esencial el apoyo de la familia y amigos. «Cuando te dicen que eres intolerante lo principal es que tu familia y amigos lo acepten y vayan contigo. En muchas ocasiones tu puedes llevar tu alimentación, pero si vas a casa de alguien y no hay nada para ti...», comenta. Y ahora ellos se han convertido en sus críticos. «La gente que no es intolerante en mi familia son mis mayores críticos, prueban lo que hago. Si a ellos les gusta, está bien», bromea. Su ilusión es seguir creciendo en el mundo culinario sin gluten y poder dar algún taller de cocina.