«Vivimos encima de un tesoro, pero no lo valoramos lo suficiente»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Apasionado por el Camino Inglés y el patrimonio ferrolano, Pepe Perales Garat trabaja por su defensa y divulgación a través de dos asociaciones

20 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay gente con tantas inquietudes que siempre anda metida en mil fregados. «¡Es que no lo puedo evitar! Yo veo un charco y me lanzo de cabeza», comenta sonriente Pepe Perales Garat (Pontevedra, 1974). Y es que a este marino licenciado en Humanidades no le basta con atender su trabajo en la Escuela de Especialidades Antonio de Escaño y sus compromisos familiares -tiene tres hijas de 13, 11 y 9 años-, sino que también es capaz de arañar tiempo al tiempo para meter los pies en otros muchos charcos. Ejerce como secretario de la Asociación de Amigos del Camino Inglés, también trabaja activamente en la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Ferrol (Paferr), y por si eso fuera poco, es vocal de cultura en la junta directiva del Casino Ferrolano.

«Es que cuando me llaman para pedirme ayuda, no sé decir que no, y además, yo creo que uno tiene que comprometerse con lo que quiere y le gusta», dice convencido. Eso que él quiere y tanto le gusta se llama Ferrol. Pero también Ferrolterra, Eume y Ortegal. Porque Pepe habla con el mismo entusiasmo del castillo de San Felipe, la arquitectura modernista o las playas ferrolanas que del castillo de Narahío, las Fragas do Eume o el monasterio de Santa Catalina. «Vivimos encima de un tesoro, pero no somos conscientes de ello ni lo valoramos lo suficiente. Tendríamos que darnos cuenta de que el patrimonio es un generador de riqueza y que destinar dinero a su conservación no es un gasto, sino una inversión», defiende con vehemencia.

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Por eso, Perales no entiende cómo el monasterio de Monfero -«que en cualquier otro país se explotaría como un reclamo turístico de primer nivel»- todavía no ha sido rehabilitado. O por qué la ermita de Santa María de Caranza, por donde pasa el Camino Inglés, se encuentra llena de pintadas desde hace años.

Desde Paferr y la asociación de amigos de la ruta jacobea que parte de Ferrol lucha por divulgar y reivindicar la conservación de toda esa riqueza, pero además este capitán de Infantería de Marina también trabaja con ahínco en el Casino Ferrolano, donde ahora acaricia un proyecto que le hace especial ilusión: la conmemoración del centenario del imponente edificio de Rodolfo Ucha que le da cobijo, y ya de paso, un homenaje a la obra modernista del insigne arquitecto, de cuyo fallecimiento se cumplen 40 años en el 2021.

«Lo íbamos a celebrar todo en el 2020, pero el covid lo impidió. Había previstas muchísimas cosas: un Cluedo modernista, un baile años veinte al estilo del Gran Gatsby, un rali con coches de época, charlas... La pandemia chafó todos esos planes, pero ahora confiamos en poder organizar esa conmemoración en el año 2021, y queremos que sea una celebración abierta a todos los ferrolanos, y no algo solo para los socios del Casino», dice esperanzado. 

«Predestinado» a ser marino

Aunque vivió toda su infancia y juventud en Ferrol, Perales vino al mundo en Pontevedra, donde estaba destinado su padre cuando el nació. Por tradición familiar, cuenta que estaba «predestinado» a la vida militar, aunque de adolescente soñaba con ser periodista, después empezó a la carrera de Derecho, y finalmente se graduó en Humanidades, desde donde dio el salto a la Marina para ingresar como oficial de complemento.

Pepe es el duodécimo de quince hermanos, y cuenta que tener una familia tan numerosa le marcó para bien. «Creo que me hizo tener un carácter hospitalario y me enseñó a no ser egoísta, porque mis hermanos y yo siempre lo compartimos todo. Por ejemplo, en casa solo había dos bicis, una para los mayores y otra para los pequeños, y teníamos que hacer turnos para poder usarla», rememora. Ahora, como entonces, considera que la «familia es lo más importante» en la vida. Y por eso cada día da las gracias por las cuatro «mujeres» que hacen más feliz la suya: su mujer, Reyes, y sus tres hijas, Reyes, Paloma y Teresa. «Soy el rey de la casa, el preferido de las cuatro, pero ellas son las que mandan. Como dice el dicho, el rey reina, pero no gobierna».