«Estaba predestinada a ser actriz: mi madre rompió aguas en un escaparate»
FERROL CIUDAD
La actriz Cristina Moreira, fundadora del festival Fóra do Mapa, se declara feminista, amante del rock y admiradora de su ciudad natal: «Ferrol es Twin Peaks»
09 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.En este 2020 que ya nadie jamás podrá olvidar, el coronavirus consiguió dar al traste con dos de los proyectos más ilusionantes de Cristina Moreira. A la cómica ferrolana le encargaron este año la dirección de la gala de los premios María Casares, pero una semana antes de su celebración España entera se tuvo que confinar. Y luego, ya en noviembre, la segunda ola de la pandemia obligó anular el estreno en Vigo de su nuevo monólogo: No estamos bien. «Es una parodia sobre esa moda que hay ahora de que siempre tenemos que estar felices, meditando, tranquilos y con coaches que nos motiven. ¡Por favor! Yo creo que hay que relajarse y vivir la vida con más naturalidad», comenta entre risas la actriz, que cruza los dedos para que su nuevo monólogo y la gala de los Casares puedan por fin ver la luz en el 2021.
Para quienes no la conozcan, esta actriz de la cosecha del 82 fue la inventora de Fóra do Mapa, ese maravilloso festival que proponía pequeños montajes teatrales en espacios no convencionales de la ciudad: desde la habitación de un hotel hasta una casa de Ucha, pasando por una antigua tienda de frutos secos o una cafetería. «El objetivo era llamar la atención sobre el patrimonio arquitectónico de Ferrol, para desde ahí alimentar nuestra autoestima como ciudad y aprender a valorar más lo nuestro», apunta Cristina.
La actriz habla en pasado de Fóra do Mapa, porque, tras celebrarse cuatro ediciones consecutivas entre el 2016 y el 2019, en el 2020 ya no se pudo programar por la pandemia. Y tampoco está claro que en el 2021 vaya a regresar a la parrilla cultural de la ciudad: «Todo depende de que el Concello lo quiera apoyar, porque lo financiaba al cien por cien», advierte Cristina.
Vocación
Moreira sabe ponerse seria cuando toca, pero el resto del tiempo hace gala de su vocación de cómica y aborda todas las cuestiones con un toque de humor. «¿Que desde cuándo me gustan los escenarios? Yo creo que en la barriga de mi madre ya estaba predestinaba a ser actriz, porque ella rompió aguas montando el escaparate de su comercio», comenta divertida.
Sin embargo, no fue hasta los 18 años cuando se puso a ello. Alguien dijo que las mujeres no eran graciosas, ella se picó y en menos de un pispás estaba protagonizando un monólogo en el antiguo bar Corner. «Afortunadamente las cosas han cambiado y ahora hay muchas más mujeres monologuistas que cuando yo empecé», dice en un inciso esta feminista confesa.
Tras estudiar Turismo y trabajar durante algún tiempo en un hotel de París, Moreira se dio cuenta de que aquello no era lo suyo, así que al volver a Galicia se matriculó en la Escola de Teatro de Narón, donde comenzó un largo camino de formación que después continuó con cursos de clown, cabaré, danza...
Moreira mezcla cariño y nostalgia al recordar sus pinitos profesionales en el Manchita Cosa -cuando el pub de A Magdalena daba refugio a toda una generación de jóvenes apasionados por la cultura-, su trabajo de pincha roquera en el pub Pinsapo y todos y cada uno de los garitos en los que creció como actriz. «Me encanta el pequeño formato, el ambiente de las salas y los bares, aunque disfruto igualmente en un teatro y me gusta también el cine», comenta una actriz con una trayectoria de lo más variopinta. Y es que, aunque comenzó con los monólogos, Cristina también hizo teatro -junto a Lúa Gándara montó la compañía Amargo Sueco-, cosechó aplausos como humorista en Luar, y recientemente debutó en la gran pantalla con un pequeño papel en la película Quien a hierro a mata, un thriller con Luis Tosar.
Tras haberlo tocado casi todo -teatro, monólogos y cine-, Moreira sigue cavilando en nuevos proyectos. «Ahora estoy preparando un nuevo espectáculo musical con Rocío Romero, y también Covid’s love, un programa humorístico on line junto a otros cómicos y cómicas», anuncia ilusionada. Y antes de la despedida, no duda en declararse una enamorada de Ferrol. «Esta es una ciudad especial y un poco surrealista. En el Manchita Cosa había una pintada que ponía: Ferrol es Twin Peaks, y me hizo mucha gracia, porque yo pienso lo mismo».