Los alcaldes llaman a la responsabilidad individual con las nuevas normas

C. López / A. F. Cuba FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Los mandatarios de Ferrolterra se muestran cautelosos pero valoran el soplo de aire que supone para el sector hostelero la reapertura de los locales

03 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los alcaldes de los municipios afectados por las nuevas normas para la hostelería se muestran cautelosos, pero deseando que todo salga bien, para lo que hacen un nuevo llamamiento a la responsabilidad individual de los ciudadanos. Así, el regidor de Ferrol, Ángel Mato, sigue apostando por la colaboración entre administraciones para hacer frente a la pandemia y valora el soplo de aire que supone la reapertura parcial de la hostelería para uno de los sectores más castigados.

Por su parte, Valentín González Formoso, regidor de As Pontes, concello en el que se incrementan las restricciones, sostiene que si las propone el comité clínico hay que asimilarlas, porque el objetivo fundamental es la salud, y pide un esfuerzo mayor a la población.

Marián Ferreiro, alcaldesa de Narón, lleva semanas pidiendo a la Xunta que informe a los concellos «por escrito» al mismo tiempo que se hacen públicas las medidas, para evitar confusiones. En cuanto a la apertura de la hostelería hasta las cinco de la tarde, con uso exclusivo de las terrazas (al 50 % de su capacidad), prefiere no opinar. «Non teño capacidade para saber se son boas ou malas medidas. Nós acatarémolas e faremos que se cumpran, con afán de colaboración, como fixemos sempre», remarca.

Juventino Trigo, alcalde de Fene, se muestra cauto sobre las nuevas medidas, a la espera de conocer la publicación del DOG y de la reunión semanal con los responsables de la Consellería de Sanidade y del Área Sanitaria de Ferrol, que se celebrará esta mañana a las diez. «Están cambiando as cousas dun momento ao outro, e ata que se vexa no DOG non vale de nada», constata. En todo caso, celebra que se autorice la reapertura de la hostelería: «Alegrámonos de que se poidan tomar estas medidas porque supoñemos que é como consecuencia de que melloramos nos datos de evolución dos contaxios. A alegría é dobre, aínda que sempre con prudencia». Lamenta que se anuncien los cambios antes de su publicación oficial, por la confusión que genera.

El mandatario local de Neda, Ángel Alvariño, también está pendiente del encuentro telemático con los responsables sanitarios. Ayer incidía en la sensación de «agravio». «Neda está por debajo de los diez casos, estamos en seis según nuestros datos, y aquí no tenemos núcleos de gran densidad, sino que la mayoría son viviendas unifamiliares, muy dispersas, y en el centro de salud se atiende a mucha gente que no vive aquí. No sabemos si se contabiliza solo a los vecinos o el número total de tarjetas sanitarias. En todo caso, estaríamos por debajo de diez y, por lo tanto, sería la misma situación de Ares y Mugardos». De ahí que no entienda por qué las restricciones son más duras en Neda. Alvariño alude al grave impacto que han supuesto las semanas de cierre para los negocios hosteleros. Y, sobre todo, «al impacto psicológico que tiene para los niños no poder jugar con otros niños, no poder socializarse, y también para los mayores no poder reunirse, aunque sea en grupos pequeños. Eso se echa mucho en falta».

El alcalde de Ares, Julio Iglesias, ahonda en la diferencia de trato a ayuntamientos en condiciones similares, en relación con la pandemia. «No se trata de escaparse de las restricciones -subraya-, pero sí que los criterios sean uniformes, iguales para todos». Y reitera su malestar por la decisión de la Xunta de poner fin al cierre perimetral en Mugardos, hace una semana, y no en Ares, «a pesar de la semejanza de los datos, y de que la evolución de los últimos siete días era peor en Mugardos que en Ares, al revés de lo que ocurría en los últimos 15». Insiste en que las circunstancias «son muy completas» y recuerda que «lo más importante es pensar en todas las familias de Ares que viven de la hostelería, y que ahora van a poder volver a trabajar. «Es una buena noticia, pero sabemos que esto es asimétrico, y que hoy es así y mañana cambia», apunta.

Cristina Fuste, hostelera de As Pontes: «Ya contábamos con más restricciones»

JOSE PARDO

Cristina Fuste es copropietaria del mesón 7 Camiños, de As Pontes. La limitación del aforo a solo el 50 % de la terraza que se implantará en este municipio a partir de mañana, viernes, no la coge por sorpresa. Manifiesta que «ya contábamos con más restricciones, porque aumentaron mucho los casos». En su establecimiento estaban sirviendo 50 menús diarios, a clientes que trabajan en la villa, muchos de ellos de fuera y que se hospedan en hoteles, además de los cafés de la mañana. Ahora, Cristina y su socio estudian la posibilidad de abrir solo los fines de semana con comida para llevar, y planteando un ERTE para sus dos empleados. En otro negocio de As Pontes, el café bar Daniel, su titular Daniel Barro, asegura que «desde hace diez días ya sabíamos que esto iba a pasar». Su local se centrará también ahora en la comida a domicilio, que ya suponía el 10 % del negocio.

Ginés López, hostelero de Ares: «Casi prefería seguir así, porque me duele el abre-cierra»

JOSE PARDO

Ginés López es el propietario del café bar Tarrafa, ubicado en Ares y que a partir de este viernes podrá reabrir, con el 50 % del aforo en el interior y el 75 % en el exterior, y cierre a las 23 horas. Pero no se muestra muy optimista. De hecho señala que «casi preferiría seguir como ahora, porque me duele el abre-cierra». Desde que el pasado 6 de noviembre se decretó el cierre de la hostelería, solo estaba sirviendo comida a domicilio a través de la plataforma take away, y explica que si ahora abre «poco más voy a tener, porque vivo mucho del restaurante, de gente que viene de Ferrol y de A Coruña, y siguen sin poder venir». Ginés tiene seis empleados, cuatro están en ERTE y entre él y los otros dos están sacando adelante los encargos de comida para llevar. La facturación le bajó entre un 40 y un 45 %, y destaca la implicación de la clientela con la hostelería