¿Están preparadas las ciudades para el bum de las bicis que trajo el covid-19?

Carmela López
carmela lópez REDACCIÓN / LA VOZ

FERROL CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

A Coruña tiene 35 kilómetros de carriles específicos; Ferrol 9,5 y Santiago 1,6

23 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El confinamiento derivado de la pandemia del covid-19 generó un interés inusitado por salir de casa para dar un paseo caminando, corriendo o en bicicleta. Pero el interés desatado de repente por los velocípedos fue el más sorprendente y los negocios del sector así lo confirman. Las bicis salieron de los trasteros y saturaron los talleres de reparación y puesta a punto, las tiendas agotaron en pocos días sus existencias y las fábricas no dan abasto, hasta el punto de que sigue habiendo escasez en el mercado.

Una vez que se tiene el equipo a punto, es necesario encontrar lugares adecuados para poder pedalear con seguridad, sin tener que hacerlo entre los coches o por las aceras, molestando a los viandantes.

Búsqueda de opciones

Cabe la posibilidad de trasladarlo en coche al campo, algo que no está resultando factible en las grandes ciudades a causa de los perímetros cerrados por el covid, o de buscar el carril bici más próximo al domicilio. Y ahí es dónde surge casi siempre el problema, porque casi no hay, o no tienen continuidad, lo que obliga a tener que recorrer algunos tramos por calzadas abiertas al tráfico de vehículos o por las aceras, o a cruzar por pasos de peatones con la bici «por los cuernos», que es como se tendría que hacer, aunque algunos no lo hagan.

La ciudad de A Coruña es la que está mejor equipada al respecto, ya que cuenta con una red de 35 kilómetros de carriles bici, que representan que tiene un indicador de 14 kilómetros por cada 100.000 habitantes, lo que la iguala a la ciudad de Barcelona, superando a otras como Madrid, Bilbao o Málaga. Y el Concello sigue trabajando en la materia, porque se está ultimando la primera Ordenanza de Mobilidade de la ciudad -el pasado lunes finalizó el plazo para presentar alegaciones al documento-, que será la que regule los carriles bici.

Por su parte, Ferrol tiene a día de hoy 9,5 kilómetros de carriles bici, de los que 4,9 están en la zona urbana y 4,6 restantes en las playas. El de mayores dimensiones -1,5 kilómetros- discurre por la avenida del Mar de Caranza, la zona de Telleiras y la avenida de Esteiro. La ensenada de A Malata está semibordeada por hay otro tramo de 1,5 kilómetros y, en cuanto a las playas, hay 4 kilómetros de carril bici entre San Xurxo y Covas, y 600 metros en Doniños. El tramo de Caranza de acaba de reparar, porque las raíces de los árboles reventaron el firme; y está en contratación la mejora de parte del de la avenida de Esteiro.

El gobierno ferrolano tiene la intención de que, en un futuro, se puedan conectar los carriles bici existentes, para que los ciclistas puedan recorrer, sin tener que apearse, los 2,5 kilómetros de ruta entre Caranza y A Malata, e incluso conectar la zona urbana con San Felipe. Serían cinco kilómetros, y seis kilómetros incluyendo las playas.

Por lo que respecta a Santiago, es la ciudad de la provincia con menos infraestructura específica para los usuarios de bicicleta. De hecho, solo cuenta con 1,6 kilómetros de carril bici. El primero, que se abrió en mayo del 2008, está ubicado en el barrio de Fontiñas, discurre como una ampliación de la acera por la calle Berlín y bordea algunos edificios, con una longitud total de alrededor de 900 metros. Hace unos días se abrió el primer carril bici sobre la calzada y de doble sentido en la calle Clara Campoamor. Tiene una longitud de 800 metros.

El Concello de Santiago también tiene la previsión de abrir un carril para bicicletas en la zona de San Caetano y otro en la avenida Xoán XXIII.

«Lo ideal sería habilitar vías ciclistas»

Pedro Ausín es el presidente del Club Ciclista Ferrol. A su modo de ver, la movilidad en las ciudades tiene que pasar ineludiblemente por la habilitación de vías ciclistas, por las que los vehículos motorizados circulan muy despacio, ya que cada vez son más las personas que utilizan la bici como medio de transporte para desplazarse. Pedro parte de la base de que los carriles bici son para el ocio y otra cosa distinta son las vías que utilizan los ciclistas y la gente que se desplaza con ese medio. En cuanto a los carriles bici, asegura que en Ferrol lo que se necesita es «darles continuidad», conectándolos entre ellos, para evitar intersecciones y tramos que pueden ser peligrosos. Y plantea como solución para todos abrir vías ciclistas, con recorridos que podrían bordear toda la ría de Ferrol o desde el centro por la calle Río Xuvia hacia el puente de As Cabras y enlazar con Narón.

«En las bicicletas también hay tallas»

El responsable de relaciones institucionales del Club Ciclista Cambre, Antonio Carrodeguas, se mueve habitualmente por los carriles bici de la ciudad de A Coruña y confirma que «cada vez hay más gente, porque están muy bien». Lo que echa en falta son más puntos de estacionamiento porque «desde que llegó el coronavirus la bici está en auge. Es un auténtico desfase», comenta, satisfecho de que cada vez haya más personas que se mueven por este medio. A este respecto hace una recomendación: «Las personas que no controlan que se dejen asesorar en la compra, porque en las bicis también hay tallas, tanto para niños como en adultos». Carrodeguas insiste en que una elección adecuada es fundamental, igual que buscar la posición exacta del sillín: «se tiene que tocar el suelo con la punta de los pies para que no sufran las rodillas.

«La movilidad es un tema de salud pública y la bicicleta no es un juguete»

Faustino Gómez, presidente de la asociación Composcleta, de Santiago, y asegura que las infraestructuras en materia de movilidad son muy deficientes, en general, en España, y en el caso de Santiago todavía más. «La semana pasada solicitamos al Concello, a través del BNG, la modificación de la ordenanza de circulación y ocupación de la vía pública, que tiene 14 años y se ha quedado obsoleta, incluso desde el punto de vista legal». Para Faustino, «la movilidad es un tema de salud pública y la bicicleta no es un juguete o la vuelta a España», por eso insiste en la necesidad de que las administraciones se vuelquen en la habilitación de corredores ciclistas, utilizando parte de la vía pública para peatones y ciclistas. En cuanto a los dos carriles bici existentes en la actualidad en Santiago, apunta que están mal planteados, porque están desconectados y resulta imposible salir del carril sin bajarse de la bicicleta.